Capitulo 68

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Escucho la puerta de la habitación ser tocada lentamente, inmediatamente se que no es el, ya que entraría sin más, nunca tocaría la puerta.

Me incorporo un poco de la ventana en la cual estaba recostada mientras que dejo de mover mis pies y vuelvo a estar completamente en el momento actual antes de hablar..

Ordeno que pase la persona que se encuentra detrás de la puerta, al igual que pongo mis pies en el suelo, siento el frío del ambiente calar mis huesos, pero aún así no los aparto.

Mis ojos captan seguidamente después como la puerta se abre lentamente, veo pasar a una chica morena la cual entra con una bandeja de comida, totalmente tapada, la cual deja en la pequeña mesa que hay en el centro de los sillones en total silencio.

Sin hablar se vuelve a retirar dejando la puerta abierta, mi vista no deja de mirar el exterior del pasillo oscuro, hasta que el aparece caminando hacia el interior de la habitación con una botella de mano.

Cierra la puerta lentamente mientras que se acerca donde está la bandeja, la deja a un lado de la comida, antes de quedarse de pie enfrente mía, totalmente quieto y sin dejar de mirarme en ningún momento.

Me levanto completamente y camino hasta quedar enfrente de la mesa, pero en vez de sentarme en el sillón como una persona normal, me siento en el suelo mientras que miro desde esta nueva posición.

—Hazme compañía —le digo señalándole el sillón que se encuentra detrás de él, el cual está enfrente de mi.

El asiente lentamente evaluando mis palabras hasta que se sienta, apoya sus codos en su rodilla, al igual que entrelaza sus manos al frente mientras me mira por el borde de los ojos.

Mi mirada vuelve hacia la bandeja que destapo, encontrándome unos raviolis con verduras y setas, al igual que un trozo de tarta de chocolate con virutas de trufa por encima.

Se ve apetecible, pero aún así no me fío como siempre por eso cojo un poco el tenedor, lo reviso con la vista durante unos momentos antes de mirarlo a él.

Le ofrezco el tenedor sin tener que ponerle ninguna excusa por medio, ya que el sabe perfectamente porque lo hago.

Estira su mano hasta coger el tenedor, rozándome los dedos haciendo que sienta un escalofrío en mi cuerpo y aparte rápidamente mi mano, veo como se lleva a la boca la comida, sus ojos están en mi mientras la saborea ocasionando que su mirada adquiera un brillo extraño.

Me ofrece el tenedor una vez que se ha tragado la porción de comida, lo observo por unos instantes antes de cogerlo rápidamente, evitando cualquier contacto que puedan tener mis manos con las suyas.

Cuando lo tengo en mis manos, empiezo a comer lentamente disfrutando del sabor y de la comida como antes lo hacía, extrañaba disfrutar comiendo al igual que poder comer libremente sin vomitarlo después.

—Nunca imaginé que volverías con una estrategia que no va contigo —habla haciendo que pare de comer por unos momentos y lo mire mientras que dejo el tenedor a un lado ante sus palabras—utilizar tu cuerpo para poner la situación a tu favor, no es propio de la pequeña de los Mancini —habla haciendo que otra vez surga ese estado de alerta en mi cuerpo al analizar sus palabras—tu utilizas tu astucia y inteligencia, dejas que tú presa vaya a ti esperando el tiempo que debes, no te apresuras, ni te ofreces tan fácilmente cuando odias que te toquen —sus palabras hacen que coja el cuchillo entre mis manos y lo apriete inconscientemente.

Sus ojos van hacia el, sonríe lentamente mientras que se inclina hacia la mesa, hasta estar a un palmo de mi, totalmente accesible si quisiera matarlo en estos momentos.

—Te he observado durante mucho tiempo, he logrado descifrar a la persona que todo el mundo tiene en mente—habla mientras que sus ojos bajan a mis labios por unos momentos antes de volver a subir a mis ojos—estas actuando de manera muy diferente a como lo sueles hacer, quieres que todo se acabe demasiado pronto y eso puede jugar en tu contra—habla mientras que vuelve a separarse de mi y sus ojos van hacia mi mano una vez que he recuperado mi espacio personal—no soy tu enemigo, nunca lo he sido—habla haciendo que sus palabras se meten en mi, sus ojos trasmiten en estos momentos, una serenidad y una verdad que hace que baje un poco mis defensas y poco a poco vaya soltando el cuchillo hasta dejarlo otra vez en la mesa.

El sacrificio de la reina (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora