Capitulo 20

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Termino de atar las cintas de los tacones rojos que porto está noche, me incorporo del banco en el que estaba sentada descansando por unos momentos y miro el resultado de tres horas de trabajo para verme mejor y aún más bonita.

Un vestido negro totalmente largo, con una raja en mi pierna derecha que estiliza aún más mi cuerpo y le da un toque de sensualidad, deslumbrante sobre mi y totalmente perfecto.

Un escote que llega hasta casi mi ombligo,hace resaltar aún más mis grandes pechos, pero sin ser obsceno, todo al milímetro, sin pasarme no un centímetro en mostrar demás mi piel.

Miro mi apariencia una vez mas con la cara totalmente fría como el hielo, estoy increíblemente preciosa, pero aún así al mirarme siento asco, de mostrarme así ante el, tan vulnerable a su mirada.

Mi corazón y mi mente por una vez están de acuerdo sabiendo que solamente debería vestirme así para una persona.

No para el diablo que me atormenta en las sombras y solamente espera que pierda la cordura.

Intento dejar esos pensamientos a un lado, mientras que aliso aún más mi pelo, hago que cubra parte del escote de manera elegante y sutil, sin perder el toque que había adquirido hace unos minutos.

Me acomodo mejor las mangas largas del vestido, dejando que se amolden a mis muñecas totalmente, pongo el último complemento de la noche,un cinturón en forma de serpiente totalmente rojo que acentúa aún más cintura y me hace sentir un poco más peligrosa de lo que soy.

No me vuelvo a mirar al espejo, ya que se que me cambiaría por lo más feo de este vestidor, mi mente tiene la constumbre de ser tan impulsiva que me arriesgo a cambiar totalmente mi jugada solo por mi apariencia exterior.

Camino fuera del vestidor hasta que llego a la  habitación y veo como se han encendido automáticamente las luces de todos los espacios de este lugar.

La noche se alza majestuosa, la luna también alumbra el mar, haciendo que me detenga unos momentos a obsérvala.

Maravillosamente perfecta.

Parece que la noche me acompaña en todos los sentidos, el mar se mueve lentamente bajo la luz de ese lucero en el cielo que me está dando la calma que necesito para seguir adelante, solamente dejando un pensamiento en mi mente.

Puedo hacerlo.

Voy hacia el mueble donde están mis cosas cuando he pestañeando un par de veces manteniéndome en el tiempo actual, me tomo una pastilla más por hoy, ya que me siento peor aunque intento disimularlo.

Mi cuerpo apenas acepta ya comida, he comenzado a sangrar con la orina, eso solo significa que hay alguna infección dentro de mi que pone aún más en riesgo mi salud.

Así que debo actuar rápido, pero también con inteligencia.

Hay en riesgo muchas vidas, sobre todo hay dos de ellas que son demasiado importantes para mi.

Por eso debo dar pasos seguros, aunque el tiempo vaya en mi contra, y se me esté acabando en muchos aspectos.

Cuando ya me he tomado la pastilla, intento que por las cámaras no se vea como me escondo mis dagas en mi muslo, puestas a la perfección sobre la liga, listas para cualquier momento.

Suspirando y cerrando un momento los ojos, relajo mi respiración todo lo que puedo y salgo en dirección al gran salón, donde me espera el causante de mi infierno.

Desde que lo vi por última vez hoy, no había ningún otro contacto pero se que estará esperando, es lo que más ansia.

Y se que con mi apariencia caerá esta noche a mis manos, pero tampoco lo puedo subestimar por eso tengo algo más en la cabeza.

El sacrificio de la reina (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora