Capitulo 47

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Cierro el lateral del vestido negro que cubre mi cuerpo mientras que veo como el me observa al otro lado del vestidor, mis ojos se centran en ver cómo se pone unos gemelos dorados mientras que su mirada no se separa de mi.

Aparto mi vista de él y la pongo en el espejo alisando la tela de seda del vestido.

Un vestido de tirantes finos, bastante corto par mí gusto, pero no he encontrado algo mejor en este vestidor, ni algo que cubriera mis brazos o las heridas de mi piel, parece no haber otro estilo de ropa que no sean vestidos que valen millones de euros y expongan totalmente mi cuerpo.

Veo el escote que lleva en la espalda, totalmente descubierta, dejando a la vista todas las cicatrices que hay en ella, algunas más frescas que otras, suspiro intentando evitar mirar demasiado y me centro en como el vestido se ajusta a mí cuerpo a la perfección.

Miro mi maquillaje sutil en mi cara, al igual que mucho más pronunciado en el cuello tapando los hematomas que había en el, odio ponerme cualquier producto en mi piel, pero según él así me veo más bonita y hermosa.

Por una vez he accedido, necesito que se concentre en mi lo máximo posible, por ahora lo he estado consiguiendo a la perfección.

Dos días llevamos en esta isla, no he salido de la habitación en todo este tiempo, he descansado lo suficiente para estar esta noche lo más activa posible y alerta que pueda.

Lo voy a acompañar a una reunión, según él las personas que irán estarán acompañadas de sus mujeres, el quiere presumir conmigo, pero intuyo que hay algo más que no me dice, el quiere mucho más que eso.

Veo por el espejo como coje su móvil y la cara le cambia un poco cuando lee un mensaje que le ha llegado, pero aún así es cuidadoso para que no me dé cuenta aunque como siempre lo hago.

Estos dos días apenas ha estado a mí lado, se la ha pasado yendo y viendo, aparecía en las madrugadas totalmente ido como sino tuviera el control de algo, pero no podía deducir mucho más ya que antes del amanecer se iba de nuevo.

Un par de veces durante el día me llamaba o venía verme con una rosa negra de obsequio, cambiado totalmente la actitud.

El piensa ahora mismo que ya he olvidado el pasado y estoy disfrutando del presente como el ha querido desde que he llegado a sus brazos en contra de mi voluntad.

A empezado a confiar un poco más en mi, contándome cómo van los negocios, pequeñas cosas pero que me hacen saber que he ganado terreno en esta guerra.

Todo ha pasado bastante rápido, pero también es porque he dejado caer una barrera, he permitido que está dos noches tocará mi cuerpo como ha querido, siendo una muñeca sin vida para su disfrute.

No ha llegado a un nivel más porque siempre he puesto un alto cuando he visto que las cosas iban a más.

Todavía no estoy recuperada de la última vez, no puedo pasar por otra vez por ahí cuando se que mi mente todavía no puede soportar eso.

Y ahora debo mantenerme totalmente lúcida, o lo máximo que pueda.

Salgo de mis pensamientos cuando noto que el se ha guardo el móvil en el bolsillo y camina hacia mi directamente, ha cambiado totalmente la actitud que ha tenido antes, su cara es seria y sus ojos parecen dos pozos negros de oscuridad.

Cojo una liga de oro, en forma de una espina dorada trenzada sutilmente, haciendo un dibujo bastante bonito, no puedo negar lo que es evidente, es sumamente hermosa.

Levanto mi pierna y la pongo sobre el banco que hay cerca, dejando que vea aún más mi muslo, que contemple la poca piel que queda sin marcar en mi cuerpo.

El sacrificio de la reina (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora