Capitulo 83

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Tomo distancia de el mientras que observo como se queda estático mirándome, sus manos se encuentran tensas a cada lado de él, al igual que su cuerpo no reacciona al momento ante mis palabras.

Giro un poco mi cuerpo mientras que parezco cansada, aunque no necesito fingir mucho para que me crea, ya que mi mente hoy no ha tenido ni un segundo de tranquilidad.

Estoy al límite, y el que tenga que llevar a mi terreno está conversación y deba hacerle creer cada punto y coma, me está dañando aún más de lo que pensaba.

Mis ojos se dirigen hacia la parte del despacho que se encuentra oscura, no le doy ninguna mirada más, aunque mi cuerpo se encuentre alerta en todo momento.

—Sabias que iba a ver también la capilla, eso no es nada nuevo para ti—empiezo a hablar diciendo una verdad, ya que sabía que iba visitarla después de la villa—estaba tranquila observando el lugar que nos va unir para siempre—le digo mientras que lo miro de reojo y veo como su mirada no cambia pero si su cuerpo parece relajarse por unos segundos—el apareció de la nada a los pocos minutos de encontrarme alli—rio sin gracia mientras que me echo hacia atrás y acabo sentada otra vez en el banco—intuyo que desde el primer momento ha sabido cada paso que he dado, hasta que ha esperado a él momento exacto donde yo estaba sola—hablo mientras que miro al suelo pero sintiendo que no se ha movido ni un centímetro.

Respiró profundamente y intento ocultar el temblor que no se ha ido en ningún momento de mis manos, el cual si es demasiado excesivo puede darle entender que todo lo que sale de mis labios es mentira.

—Mi primer instinto fue llamar a la seguridad, pero el se adelantó al poner un francotirador apuntando directamente hacia mi frente —hablo con rabia contándole parte de la verdad, mostrándole lo que sentí en ese momento—no fue una reunión, ni una charla de conocidos, fue un enfrentamiento con uno de mis peores enemigos—hablo volviendo a subir la mirada hacia el, viendo como sus ojos parecen explotar y su cuerpo se abalanza sobre el mío una vez que he terminado de hablar.

Su mano va directamente a mi cuello, me aprieta contra la pared, mi instinto es apartar sus manos, pero el aprieta más fuertemente sus dedos cortando mi respiración inmediatamente.

—Deja de mentirme—esas palabras hacen que abra mucho más los ojos, tanto por la falta de aire y por contemplar la posibilidad de que el sabía desde el primer momento la verdad—no me creo nada, absolutamente nada αγαπητός—habla mientras que me mira con furia, pero de un momento me suelta y descarga su ira contra todo lo que hay a su alrededor.

De un solo golpe rompe la estantería, tirando cada uno de los libros, al igual que rompe todo lo que encuentra a su paso, mientras que yo toso y intento devolverle el aire a mis pulmones después de su furia.

Se empieza a reír de un momento a otro, mientras que se para de espaldas a mí.

Respirando aún entrecortadamente, lo miro por el borde de los ojos , contemplando como también su respiración se ha acelerado.

—¿Cómo esperes que te crea todo lo que has dicho, si lo primero que has echo es ir a los brazos de tu querido padre, en vez de avisarme a mi que el había aparecido?—habla mientras que niega la cabeza y ríe aún más fuerte.

Me levanto evadiendo la punzada de dolor que se extiende por todo mi cuerpo ante su agresividad, le agarro del brazo con fuerza como el ha echo conmigo y lo giro hacia mi, le cruzo la cara una vez estamos frente a frente, logrando que su cabeza se ladee por la fuerza que he utilizado.

Trasmitiendole todo el dolor que no he podido sacar anteriormente, demostrándole que a pesar de que haya descubierto todo, yo no dejaré de estar en lo más alto.

El sacrificio de la reina (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora