Mis ojos observan como disimuladamente coge el brócoli de mi plato con su tenedor y se lo come mientras que indica que mantenga silencio poniendo un dedo en sus labios.
A mí alrededor empiezo a escuchar las risas que se escuchan en la mesa, al haber presenciado el acto que ha echo mi pequeño, pero yo solo puedo acariciarle levemente su mano mientras que le asiento disimuladamente con la cabeza, el sabe que no me gustan las verduras y siempre hace lo mismo, ya que a él le encantan.
Mi mano sube hacia su rostro acariciando su mejilla roja, antes de mis dedos peinen su pelo ligeramente humedo, quitándoselo de la frente, dejando su rostro totalmente descubierto.
Acerco mis labios a su frente besándolo,y volviendo a aspirar el olor a su champú favorito, grabándolo en mi mente, para mantenerlo siempre presente.
Es doloroso saber que estos son mis últimos momentos con el, ha sido la última vez que lo he bañado, que he jugado con el durante todo el tiempo que ha querido, al igual que ha sido la última vez que lo he vestido con su ropa favorita, atesorando ese momento en que me miraba con total inocencia.
Incluso está también es la última vez que cene a su lado, que lo tenga tan cerca, que lo pueda tocar cuando quiera viendo que es real, aunque esos pensamientos me esten matando por dentro.
Ya que he tomado la decisión que cambiará toda mi vida, pero que se que es lo mejor para el, siempre voy a poner su felicidad ante la mía.
—Enano, tu mami también debe comer verduras, le hacen bien—habla Armand desde el otro lado de la mesa, mientras que retira su plato medio vacío hacia adelante y apoya sus codos en la mesa, todo lo hace con una sonrisa en la cara cuando mira a mí ángel.
Mi mirada se conecta un momento con la suya, el me sonríe tristemente antes de mirarnos a ambos juntos.
—Tito, solo me he comido una—habla a mí lado mi tesoro, mientras que se pone de rodillas en la silla para acomodarse y hablar mejor con su tío, mis manos van inconsciente hacia su cuerpo mientras que el apoya sus bracitos a ambos lados de la mesa—mami se ha comido las demás ¿A que si mami?—me mira haciéndome ojitos, logrando que de mi salgan las lágrimas que he estado reteniendo en todo momento.
Mi cómplice, mi vida entera, la persona que sin saberlo hizo que sobreviviera durante mucho tiempo.
Le asiento sin poder emitir una palabra mientras que le vuelvo a acaricia la mejilla viendo como sus ojos iluminan todo a su alrededor, me iluminan a mí.
—Angel ¿Porque no vamos a ver una película, y dejamos que tu mami termine de cenar?—habla Sindy mientras que se levanta de la mesa con una sonrisa también en su cara, aunque sus ojos muestran todo lo contrario, rodea la mesa hasta estar a mi lado.
Su mano se apoya en mi hombro, me transmite un poco de calma, sabiendo que debo seguir aunque duela.
Debo hacerlo.
—Pequeño, ve con tu tía y veis la película que quieras—hablo como siempre refiriéndome a ella como una más de la familia, ya que siempre ha sido mi hermana aunque no tengas la misma sangre—yo iré en un rato—le digo mientras que lo miro sonriendo, intentando no desmonorarme aún más de lo que estoy.
El parece duduso, pero asiente y se pone bien sentado en la silla antes de que yo la separe de la mesa, el se levanta con mi ayuda hasta estar en el suelo y coger la mano de Sindy.
—Ti amo—le susurro cuando se acerca a mí y le beso de nuevo la frente, logrando que todo a mi alrededor desparezca y solo seamos nosotros—nunca olvides que eres lo más importante de mi vida,siempre te llevare aqui—hablo mientras que cogo una mano y la llevo a mí corazón, el cual late demasiado deprisa.
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El sacrificio de la reina (+21)
Teen FictionUna chica que luchó tanto para desvincularse de la mafia, que solo ansiaba la paz de las pequeñas cosas de la vida.. Quién le diría a ella que se sacrificaría por las personas que más amaba, que dejaría absolutamente todo para adentrarse en las fila...