Armand me separa la silla de su escritorio para que sea yo la que me siente, mientras que el teclea algo en su centro de control justamente a mí lado.
Me desconecto por unos momentos de la situación actual y cierro los ojos sintiendo como el dolor de cabeza que tengo ahora mismo arrasa conmigo.
Sin dormir, además de todas las emociones que he vivido en las últimas horas, hacen que mi cuerpo se sienta mucho peor, lo cual no es bueno para mi salud, pero no puedo cambiar en estos momentos la situación en la que nos encontramos.
Abro los ojos cuando noto que Armand deja de teclear, mi mirada va hacia una de las pantallas que está encima d elos monitores, la cual es la más grande.
En ella me deja ver un sistema de videoconferencias totalmente creado por el, un mecanismo seguro para poder hablar estos asuntos sin que no haya una falla en la seguridad y nos pongamos todos en riesgo.
Antes de que mi hermano incie la llamada, mi mano va hacia la suya parando sus movimientos, logrando que sus ojos vayan inmediatamente a los mios.
—¿Ha contactado antes con vosotros?—hablo mientras que mi mirada se desvía unos centímetros hasta que observo a Leonardo Mancini de pie mirando la ventana con una copa en la mano, la cual ha pasado de ser vino a wsiky.
No se inmuta, ni se encuentra nervioso en ningún momento, como siempre en el hay una fría máscara que solo deja caer con nosotros en algunas ocasiones.
Mis ojos se fijan otra vez en Armand, me niega con la cabeza antes de separarse un poco del teclado, se apoya contra la mesa y empieza a hablar.
—Hasta ahora había mantenido el silencio, anteriormente lo había intentado contactar pero no daba señales de que quisiera hacerlo, pero tampoco a atacado en ningún momento contra nosotros—dice haciendo que asiente con la cabeza procesando todas sus palabras.
Todos conocemos al líder de la mafia rusa, hasta yo lo conocí en mi cumpleaños número diecisiete, una persona fría y solitaria, que siempre ha gobernado sin nadie a su lado, de pocas palabras y sin muchas relaciones internacionales, solo se centra en su país, no ha querido expandirse en ningún momento.
Siempre me han contado historias sobre él, ya que mi querido padre fue un gran amigo de él hasta que hubo un momento en el que el desaparecido para todos, corto muchas amistades sin un motivo, y se volvió aún más peligroso según dicen las muchas lenguas que hablan de él.
Y justamente ahora quiera contactar con nosotros, casualmente cuando yo estoy en esta mansión y no estoy con Kalid, me parece demasiado extraño.
Además de que eso o me indica que hay más traidores a mí alrededor, que su gente está demasiado cerca también para lograr enterarse de mis movimientos.
Suspiro y llevo mi mano a mí cabeza, esperemos que no despierte ahora sus ansias de poder como todos, porque sería un frente que no podríamos ganar fácilmente.
Le doy una mirada a Armand y el enseguida entiende lo que debe hacer, se pone total recto de nuevo y le da click a un botón que inicia la llamada.
Me acomodo en la silla mejor poniendo ambas manos en el resposabrazos y mostrando una actitud relajada y segura.
A los pocos segundos su cara aparece en toda la pantalla, observo por unos momentos sus rasgos dándome cuenta de que apenas ha cambiado en todos estos años.
Su barba rojiza es lo primero en lo que me fijo, voy subiendo hasta su cabeza sin un atisbo de pelo rodeada de tatuajes rojos, igual que su cuello tiene esas zonas cicatrices que lo hacen ver más aterrador.
Dos a casa lado, totalmente rectas que llegan hasta sus clavículas, las cuales están rodeadas por dos serpientes tatuadas.
Sus ojos totalmente negros se fijan en los mios o eso intento creer, apenas pestañea solamente hay silencio mientras que nos miramos.
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El sacrificio de la reina (+21)
Teen FictionUna chica que luchó tanto para desvincularse de la mafia, que solo ansiaba la paz de las pequeñas cosas de la vida.. Quién le diría a ella que se sacrificaría por las personas que más amaba, que dejaría absolutamente todo para adentrarse en las fila...