Capitulo 27

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El sol de la mañana hace que mi cuerpo se despierte totalmente, mi piel siente el calor del ambiente, hace que por momentos me sienta cómoda a pesar de todo mi entorno.

Me acomodo las gafas de sol levemente mientras que disfrutes unos segundos más, sigo tomando el café que hay en mis manos lentamente sin ninguna prisa intentando volver a estar activa, haciendo que mi cuerpo y mi mente se vuelvan a despertar para un nuevo día al lado del diablo.

Otra noche sin dormir hace que todo sea más complicado, pero por lo menos siento mi cuerpo más descansando de lo que me imaginaba poder estar.

Solo he dormido un par de horas, cuando él se marcho bien temprano del dormitorio, yo pude perderme un rato en el mundo de los sueños.

Aunque tardo muy poco en aparecer una pesadilla, que me hizo despertarme agitada y no volver a dormir.

Siempre he convivido con eso, al principio eran esporádicas, luego empezaron noche tras noche hasta que en los últimos años apenas he podido dormir más de cinco horas totalmente tranquila y creo que nunca más lo haré.

Pero cuando te acostumbras al final ya no son tan dolorosas y arrasadora como al principio, aprendes a vivir así.

Noto que una vez mas me echa una mirada desde su silla mientras que sigue viendo las noticias en su iPad, hace sus por unos momentos pierda lla comodidad que había adquirido hace unos minutos, aunque no se lo demuestre.

Estamos en la parte alta de la base, en una especie de azotea, hay una mesa de cristal junto a varias sillas cómodas, todo cubierto con una estructura metálica, donde cuelgan varias cortinas de seda que se mueven con el viento.

Una estructura inusual, en este espacio, pero seguramente como todo lo que pasa a mi alrededor, está echo exclusivamente para mi.

Suspiro mientras que pasó mi mano por mi mejilla mientras que miro hacia al frente.

A mandado a traer el desayuno hasta aquí, el está tan tranquilo comiendo, mientras que a mí  me tiene a su lado como una estatua, solamente para que su vista me contemple.

Pero tampoco tengo muchas ganas de interactuar algo con el está mañana, necesito un poco de silencio aunque sea a su alrededor y no en mi soledad.

Así que me quedo callada mientras tomo mi café, amargo y fuerte, tal y como me encanta, por primera vez no he echo que lo prueben y se que me arriesgo, pero no creo que en este momento quiera tenerme drogada.

Si quiere mi ayuda necesita que este en mis cinco sentidos, así que por ahora en ese aspecto me voy a relajar algo, aunque siempre estaré alerta por si cambia las cosas.

Miro hacia donde hay varias guardias armados hasta los dientes paseando de un lado a otro la azotea, con lentitud y cubriendo cada centímetro de este lugar, igual que hay varios francotiradores en varios puntos estratégicos.

También veo por primera vez desde que volví que el psicópata de mi lado tiene su arma a la vista, cosa que es muy poco normal en el.

Suele ser más refinado y siempre ha mantenido su apariencia de negocio, pocas veces lo he visto usar un arma o ponerla a la vista.

Así que todo la situación que puedo contemplar y analizar, me hace pensar que algo paso anoche que no tenía calculado.

Algo se ha salido de su riguroso control.

Por como llego lleno de sangre,  toda la seguridad que ha puesto a su alrededor, estos pequeños detalles me hacen ver que seguramente el perro que lo traicionó le está dando guerra.

Esa es la primera suposición que llega a mí cabeza, aunque puede hacer miles más, pero ahora mismo es la más factible.

—Tan perfecto soy para que no me dejes de mirar princesa—dice haciendo que pestañee lentamente detrás de las gafas de sol, mientras que giro la cabeza y vuelvo a mirar hacia otro lado que no sea el.

El sacrificio de la reina (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora