Después de jugar en la piscina hasta el cansancio, Betty y Jughead terminaron exhaustos y se quedaron dormidos en la espaciosa cama de inmediato; Sin embargo, al otro día las ganas que Betty tenía de ir a la playa la hicieron levantarse temprano y el ojiazul no tuvo que hacerlo.
—El sol de aquí es muy fuerte, Betty. No quiero que regresemos a los Ángeles y tengas la piel quemada— Reprochó Jughead, serio, saliendo del hotel con ella para caminar hasta la playa, en traje de baño.
—Oye, relájate. Traigo mi protector solar— Aseguró la rubia, sonriéndole con superioridad.
—Perfecto, porque estaremos un rato largo en la playa hoy— Avisó él, tomándola de la mano con una sonrisa para seguir caminando hasta la playa.
Caminaban tomados de las manos hasta llegar a la playa, como si fueran una pareja normal; Pero es que Jughead sentía la obligación y la necesidad de cuidarla, y ella estaba en un lugar desconocido y quería estar cerca de él.
Llegaron y lo primero que hicieron fue desayunar tranquilamente en la playa, para después ponerse protector solar. Así que, después de desayunar, ambos estaban aplicándose el protector solar sobre una tumbona en la playa, cerca de la orilla.
—¿Quieres ayuda?— Le preguntó Jughead a la rubia, sentándose a su lado.
Betty lo miró y asintió, pasándole el protector solar. —Un poquito en la espalda y ya—
Jughead asintió y empezó a aplicarle el protector solar a la rubia en la espalda con delicadeza, hasta que terminó. —Bien, supongo que ahora sí podemos meternos al agua. Pero no por demasiado tiempo. ¿De acuerdo? Tienes una piel sensible y el sol de aquí es tremendo—
Betty soltó una pequeña risa, poniéndose de pie. —¿Por qué eres así? Hasta suenas peor que mis padres—
—Porque tus padres te dejaron a mi encargo. No puedo permitir que nada malo te pase— Se justificó, serio, poniéndose de pie.
—No eres mi niñero— Negó Betty, divertida, dándole la espalda para empezar a dirigirse a la playa.
—Oye... Espérame— Le pidió él, siguiéndola.
La seguía, pero sus ojos no podían evitar desviarse hacia sus fabulosas curvas bien marcadas por ese pequeño bikini. Él se preguntaba si era legal andar vestida así.
Ella era una chica de no muy alta estatura a que digamos, pero con un cuerpo espectacular. Eso había que admitirlo.
—¿¡No vas a venir!?— Le preguntó Betty al chico, ya con los pies metidos en el agua azul cristalina de la playa.
Jughead tomó aire, reprimiendo esos extraños pensamientos. —Ya voy, pero por irte sin mi, vas a tener un castigo—
Betty soltó una carcajada. —Si, como no. Quiero ver lo que vas a hacer—
Jughead se metió al agua, corriendo, y atrapó a Betty, empezando a hacerle cosquillas que la hicieron reír y retorcerse, riendo hasta que le doliera el estómago.
—Ya... ¡Ya! ¡Está bien, ya aprendí!— Suplicó Betty, casi sin aire por las cosquillas que la obligaban a reírse sin parar.
Y Jughead no se detuvo hasta dejarla tan roja como un tomate, después se detuvo.
—¿Aprendiste tu lección?— Le preguntó Jughead, rodeándola con sus brazos. Había reído tanto que apenas tenía aire.
Betty no dijo nada, y en un descuido lo empujó, haciéndolo caer en el agua, sobre la arena blanda y casi blanca de la playa.
Él abrió su boca, indignado, y se puso lentamente de pie. —Eres una chica muy mala, Betty. Ven aquí—
Él empezó a perseguirla por toda la orilla de la playa, haciéndole cosquillas, y ella empezó a correr de él, como si los dos fueran niños pequeños.
Rieron y se divirtieron tanto, que el estómago les dolía; Almorzaron en la playa, pero a esa hora ya el sol estaba muy fuerte. Descansaron y después se fueron al hotel a tomar un baño y quitarse toda la sal de su cuerpo.
La noche empezaba a llegar, y Betty estaba ondulando su pelo frente al espejo, con solamente una bata blanca cubriendo su cuerpo; la habitación estaba bastante fresca gracias al aire acondicionado.
Jughead salió del baño y se acercó a ella, con el cabello mojado y con sólo una toalla cubriéndolo de la cintura para abajo.
Betty lo miró y sus ojos también se desviaron un poco, y no pudo evitar recorrer su cuerpo con la mirada. Un chico sexy, delgado y bastante apuesto.
—Betty— La llamó, sacándola de sus pensamientos. —¿Estás bien?— Preguntó, divertido.
Betty asintió rápidamente, saliendo de sus pensamientos. —Si... ¿Qué ocurre?—
—¿Te parece si vamos a cenar al restaurante Occidental aquí en Punta Cana ésta noche?— Le preguntó el ojiazul a la chica.
Betty asintió. —Claro, muero de hambre por estar huyendo de ti todo el día— Bromeó.
Jughead soltó una pequeña risa. —Bueno, prepárate. En una hora nos vamos para allá—
Betty asintió y terminó de ondularse el cabello y se vistió con un vestido color pastel, con un sencillo maquillaje y un labial rosa suave. Jughead, en cambio, se puso una camisa azul oscuro y unos finos pantalones negros.
Llegaron al restaurante tomados de las manos y tomaron asiento, revisando los menús para pedir algo de ahí. Pidieron pescado, ensalada típica de la isla y lo acompañaron con frutas tropicales de postre y algo de vino.
—Me encanta. Tenemos que volver, Jughead. No me quiero ir— Admitió Betty, tomándose un trago de vino.
—Claro, éste lugar es especial. De seguro volveremos. Y descuida, aún tenemos una semana completa— Aseguró Jughead, guiñándole un ojo.
Betty soltó una pequeña risa. —Te ves bien hoy—
—Gracias, tú igual— Contestó Jughead, sonriéndole y terminándose su copa de vino. —Pediré más vino. ¡Hey!— Llamó al mesero.
El mesero, un señor mayor de baja estatura con un simpático uniforme, se acercó y Jughead le pidió más vino, ya para finalizar la noche tan maravillosa que habían tenido.
—Hacen una encantadora pareja— Aseguró el mesero mientras les servía del vino. —¿Lo son?—
—De hecho, estamos de Luna de Miel— Admitió el ojiazul, mirando a la rubia con una sonrisa. —¿Verdad, nena?—
Betty asintió, algo sonrojada porque él la llamó nena. —Si, estamos casados—
La química está muy buena, no parece forzado 😏❤️
Pd; República Dominicana es mi país natal, en dónde vivo. Tenemos playas espectaculares y Punta Cana es el mayor destino de los turistas que vienen 🇩🇴 los amo!
Samy ❤️
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°Dulce Matrimonio° 'Bughead'
Fanfiction¿Qué pasaría si tuvieras que casarte por conveniencia?