Pasaron tres meses desde que Betty tuvo el accidente y cayó en coma, y no, no había despertado aún. Estaba exactamente igual, en el mismo estado. No había señales de mejoría siquiera. En esos meses, su familia y sus amigos se mantuvieron visitándola en las horas de visitas, que eran bastante limitadas, y no dejaban de hablarle.
Y los niños, Cody ya tenía diez meses y él y su hermanita estuvieron sólo al cuidado de su padre, de sus abuelos o de sus tíos. Emma nunca dejó de preguntar por su madre o preguntar por qué no despertaba.
Todo esto era demasiado doloroso y las esperanzas se estaban terminando. Pero como dicen por ahí, la esperanza es lo último que se pierde.
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Jughead hoy estaba en casa, sobre el sofá de la sala con Cody en su regazo mientras miraba la última foto que se tomó con Betty y con los niños antes del accidente.
Veía la foto con una nostalgia que dolía. En sus ojos se podía ver qué él ya no era el mismo, para nada.
—Papi...— Lo llamó Emma, acercándose con un dibujo en sus manos pequeñas. —Mira, dibujo—
Jughead suspiró y dejó la fotografía que estaba mirando a un lado, para tomar el dibujo de su hija con su mano libre.
Era el dibujo que Emma le quería enseñar cuando él terminó gritándole, y recordar eso lo ponía peor.
Él le sonrió como pudo a su hija, regresandole el dibujo. —Está hermoso, mi amor. Ven a darle un abrazo a papi—
Emma asintió, contenta, y dejó su dibujo a un lado para ir a darle un abrazo infantil y tierno a su padre. Jughead, quien aún tenía también a Cody entre sus brazos, los abrazó a los dos y repartió tiernos besos a sus hijos.
Las pocas fuerzas que le quedaban, las obtenía de ellos, de sus hijos. Los hijos que tuvo con ella antes de que todo esto pasara.
En un rato, Jughead preparó a sus hijos para llevarlos con él al hospital, a visitar a su madre, aprovechando las horas de las visitas. Él aún mantenía la esperanza de que ella reaccionara tarde o temprano.
Subió a los niños en los asientos de atrás y el tomó el volante, conduciendo hasta el hospital. Al llegar, tomó a Cody en sus brazos y a Emma de una mano para subir hasta el área en la que estaba Betty, en dónde se encontró con los Cooper, quienes nunca abandonaron a su hija y tampoco lo harían por nada del mundo.
—Mis niños...— Murmuró Alice, abrazando a su nieta y luego acercándose al bebé para besar su frente. —Que hermosos están—
—Están creciendo nuestros nietos— Aseguró Hall, con una pequeña sonrisa. —Los Jones pasaron por aquí, también los muchachos—
Jughead suspiró, volviendo a tomar a su hija de tres años de la mano, y sosteniendo al bebé con la otra. —Vamos, niños—
Él entró a la habitación en la que estaba Betty, y estaba exactamente igual. En coma, inmóvil, con un tubo que respiraba por ella y miles de cables que por el momento la mantenían con vida.
Verla así seguía siendo igual de doloroso que la primera vez.
Jughead fue el primero en acercarse, aún con Cody en sus brazos, y tragó saliva para reprimir las ganas que tenía de derrumbarse en ese mismo momento.
Esto le dolía demasiado.
—Amor, soy yo, de nuevo— Habló Jughead, con la voz entrecortada, tomando la mano de su esposa con su mano libre. —Ésta vez vine con nuestros hijos. Ellos te extrañan tanto como yo, Betty. Lo sabes... ¿Verdad?— Preguntó, queriendo llorar. —No puedo sólo, amor. Nuestros hijos te necesitan y yo también—
Emma se acercó a su madre inconsciente y la miró, como si no entendiera lo que pasaba. —Mami... Despierta mami— Miró a Jughead. —Despiértala—
Jughead miró a su hija y tomó aire. —Si pudiera hacerlo, te juro que lo haría mi amor. Pero mami va a despertar pronto, no te preocupes bebé—
Jughead aún tenía al bebé en brazos, cuando éste fijó su mirada en su madre un momento. —Ma— Balbuceó.
Jughead miró al bebé con los ojos abiertos como platos, y aunque estaba sufriendo mucho, su bebé estaba tratando de hablar con tan sólo diez meses.
—Ma— Volvió a balbucear el bebé, mirando a su madre. —Mamá—
Jughead sonrió un poco, y era una de las pocas sonrisas que había mostrado en mucho tiempo desde que su esposa cayó en coma.
—Tu hijo dijo su primera palabrita, y fue mamá— Le habló Jughead a su esposa, con los ojos llenos de lágrimas. —Oh Betty... Cómo me gustaría que estuvieras aquí...
En eso llegó la madre de Jughead a ver a Betty, y también aprovechó para llevarse a los niños. Aunque los pequeños no entendían mucho, no disfrutaban ver a su madre ahí, sin moverse ni responderles nada.
Los Cooper dejaron a Jughead a solas con Betty un rato más, mientras discutían con los doctores.
Jughead estaba ahí, de rodillas ante aquella camilla de cuidados intensivos, con la mano fría e inmóvil de su esposa en la suya. La tristeza tan grande que cargaba se le veía en la mirada.
Ese radiante rostro sonriente y lleno de vida se veía pálido y se sentía frío, casi sin vida.
—Nunca dejaré de pedirte perdón por la manera en la que te traté el día del accidente. Y si tan sólo hubiese sabido que eso iba a pasar, te juro que te encierro en la casa para que no salgas. Betty... Te amo y nunca dudes de eso. Sé que nuestro matrimonio fué por conveniencia, pero me gustaste desde el primer momento y me enamoré perdidamente de tí con los meses que pasé a tu lado. Betty... Me diste los hijos más perfectos del mundo. Te amo, por favor regresa Betty, por favor...— Suplicó, rompiendo a llorar.
Jughead era un hombre que no lloraba nunca, pero ver a la persona que más amaba en esa condición lo quemaba por dentro.
Él apretaba su mano, hasta que algo inesperado pasó; Betty le había apretado la mano también.
Lo último puede ser una esperanza ❤️
Samy ❤️
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°Dulce Matrimonio° 'Bughead'
Fanfiction¿Qué pasaría si tuvieras que casarte por conveniencia?