Tener dos niños pequeños en casa no era nada fácil; Estaba Emma, que aún necesitaba mucha atención, y un bebé recién nacido que necesitaba el doble de atención, sin mencionar el trabajo. Pero Betty y Jughead se encargaron de ser un equipo, dividirse las responsabilidades, el cuidado de los niños y muchas otras cosas.
Así fue durante esos seis meses; En esos meses, Verónica y Archie recibieron a su primera hija, una pelirroja a la que le pusieron Addison Andrews Lodge, de ahora un mes. El pequeño Cody ya tenía seis meses y era un bebé dulce y cariñoso, y Emma cumplió tres años.
A Emma le hicieron una gran fiesta con sus padres, su hermanito, sus abuelos, tíos y algunos amiguitos. Ella estaba contenta y eso era lo que importaba.
Pero en un matrimonio con hijos y muchas responsabilidades, las cosas no siempre eran color rosa.
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Betty estaba en su oficina, en el edificio, y aunque casi terminaba, quería hacerlo lo antes posible porque ya quería ver a sus hijos.
—Hola— Saludó Jughead, entrando a la oficina con su hijo de seis meses en brazos y con una sonrisa.
Betty sonrió mientras Jughead le dejaba al bebé, y al recibirlo lo abrazó y dejó tantos besos en su rostro infantil que lo hizo reír.
—¿Quién es el bebé más hermoso del mundo? Mi niño lo es. ¿Verdad, amor?— Le habló Betty al niño, mirándolo con una sonrisa de amor maternal.
—Muchos besos para Cody y ningún beso para la persona responsable de darte a esos dos bellos hijos— Se quejó Jughead, divertido, encogiéndose de hombros.
Betty soltó una pequeña risa y se puso de pie con Cody en sus brazos, acercándose a su esposo para dejar varios pequeños besos en sus labios.
—Te amo, Juggie— Murmuró Betty, volviendo a besar sus labios.
—También te amo, nena— Confesó el, mirándola a ella y también al bebé, besando su frente. —También te amo a ti, hijo—
—¿Y Emma? ¿Aún está con tus padres?— Le preguntó Betty a su esposo, acomodando a Cody en sus brazos.
—Claro. Ya sabes... Mis papás nunca tuvieron una hija y la nuestra es su nieta. La niña que nunca tuvieron— Contestó Jughead, divertido. —¿Te falta mucho? Los dos iremos por Emma—
—Oh no. Si quieres puedes esperarme con el bebé allá afuera. Serán sólo cinco minutos— Aseguró Betty.
Jughead asintió y tomó en sus brazos al bebé, para entonces salir de la oficina de su esposa y esperarla con su hijo más pequeño.
El ojiazul salió del edificio con su hijo menor y esperó a su esposa frente a su auto deportivo, y mientras tanto, el bebé balbuceaba y tocaba el auto, con una sonrisa.
—¡Ba! ¡Ba! ¡Ba!— Balbuceó el niño, tocando el auto el auto de su padre, sonriente.
Jughead soltó una pequeña risa y alzó a su hijo, mirándolo. —Te van a gustar los autos, como a tu padre— Besó su mejilla.
—Hola, disculpen la tardanza muchachos— Se disculpó Betty, acercándose a su esposo e hijo y depositando un beso en la mejilla de ambos. —Tuve que atender una llamada—
—Está bien, yo me dí cuenta de que Cody ya quiere hablar— Aseguró Jughead, divertido, mirando a su bebé y besando su cabeza.
Betty sonrió, tomando al bebé en sus brazos, llenándolo de besos y después subiendo al auto con su esposo para ir juntos a la casa de los Jones, en busca de Emma. Los Jones y también los Cooper eran abuelos extraordinarios, dispuestos a todo por sus nietos.
Después de recoger a la pequeña, se fueron con sus dos hijos a casa; Betty conduciendo, Jughead de copiloto, Emma en los asientos de atrás con su hermanito mientras éste iba seguro en su asiento.
Llegaron a casa, y ahí estaba el caos, con dos niños pequeños. Pero lo más importante, es que había mucho amor de por medio.
—Dame un beso— Le pidió Emma a su hermanito, el cuál estaba en su saltarina para bebé.
—Él no va a saber lo que le estás pidiendo, chiquita— Aseguró Betty, divertida, desde la cocina. —Ven a probar lo que mami está haciendo—
Emma asintió, feliz, y fué hacia su madre para probar lo que ella estaba haciendo en la cocina. Jughead también estaba ayudando en la cocina, pero el bebé empezó a llorar y él se hizo cargo, dándole su biberón.
La vida de un matrimonio con dos hijos.
Al caer la noche, ya los dos niños estaban rendidos en sus habitaciones. Betty y Jughead fueron primero a dormir al bebé, quien cayó de inmediato, y luego a dormir a Emma, quien terminó muy cansada después de un día de tanta acción.
Luego se fueron a la privacidad de su habitación, ambos ya sobre la cama, cansados, pero contentos con su familia.
—Están creciendo muy rápido, Jug— Se quejó Betty, con nostalgia.
Jughead sonrió, mirando a su esposa. —Si... Dentro de poco ya Cody podrá hablar, caminar y hacer las cosas él sólo—
—Y Emma será adolescente y tendrá novio— Dijo Betty, para molestar a su esposo.
Jughead alzó una ceja. —Claro que no, mi bebé no—
Betty soltó una risa. —Relajate, fue una broma—
Jughead negó, divertido, y empezó a acariciar el rostro de su esposa. —Eres tan hermosa... Cada día lo eres un poquito más, mi amor—
—Te amo— Respondió Betty, sonriéndole y besándolo con energía.
Se besaron con cariño y una chispa de pasión, que luego encendió un calor tremendo dentro de ambos. Jughead se posicionó encima de ella sobre la cama, sin dejar caer todo su peso, y continuaron besándose con pasión.
Desnudándose, intercambiando calor, cuerpo con cuerpo, contacto directo... Jughead bajaba todos sus besos por el paradisíaco cuerpo de su mujer, hasta el momento en el que intimaron. Ella abriendo sus piernas para recibirlo en su interior, gimiendo el nombre del otro, sacudiendo la cama con cada embestida hasta que él se vino, y ella también, junto a él.
Terminaron la primera ronda, y empezaron a reír, mirándose a los ojos.
—Te amo, Jug— Confesó, acariciando su rostro.
—Te amo, nena— Contestó Jughead, empezando a besar su cuello. —¿Otro round? Y prepárate, porque quiero un tercer niño. Cuando nuestro bebé crezca, por supuesto—
—Estoy de acuerdo...— Aceptó ella, empezando a jadear.
¿Qué pasaría si de repente todo esto cambiara?
¿Les asustó lo último? 😦
Samy ❤️
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°Dulce Matrimonio° 'Bughead'
Fiksi Penggemar¿Qué pasaría si tuvieras que casarte por conveniencia?