Los dos meses tardaron en irse, pero se fueron a su ritmo y ya había llegado el momento del viaje a República Dominicana; Betty y Jughead irían con sus hijos, sus padres y sus amigos. Incluso su perro Milo, que por supuesto no se podía quedar.
La intención era desconectarse de la vida ajetreada de la ciudad y conectarse más como familia. Un paraíso como lo era República Dominicana sería el indicado.
Y sería el indicado también para Jughead, que quería hacer algo realmente significativo para él.
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Jughead y Betty salieron muy temprano de casa con su familia para ir hacia el avión privado que los llevaría a su destino; Éste era más grande que de costumbre porque en ese sólo avión se irían todos. Eran quince personas en total, sin contar a Milo.
Los más chicos iban emocionados por el viaje, y en el jet privado iban Betty y Jughead con su bebé, Archie y Verónica juntos, Cheryl y Toni juntas, Los Jones y los Cooper juntos, y los más chicos prefirieron tomar su espacio en la parte trasera del avión.
Ian y Emma iban juntos, Cody iba junto a Addison y Milo prefirió su cama. Ya estaba acostumbrado a éstos viajes.
Chloe se durmió en brazos de Betty y ésta miró a su esposo, quien la abrazaba. —¿Qué estarán haciendo los niños?—
Jughead besó la cabeza de su mujer con una sonrisa. —Ellos están bien. Éstos viajes les dan sueño—
Betty lo miró, no muy convencida y se encogió de hombros. —Están todos juntos. ¿Qué podría pasar?—
Realmente los niños no hacían nada más que conversar mientras veían las nubes a través de las ventanas del avión. Cody y Addison estaban al frente mientras Emma e Ian estaban más atrás.
Emma miraba a Milo con nostalgia y luego a Ian. —Tengo miedo—
—¿Miedo de que?— Le preguntó Ian, tomándola de ambas manos por encima de aquella mesa en medio de ellos.
—Mi perro— Confesó. —Lo tengo desde que tenía algunos tres años. Creció conmigo y está cada día más viejo. Temo por el día en que me deje—
Ian suspiró, mirándola. —Emm... Es el ciclo de la vida. A nosotros no nos queda más que agradecer el tiempo que estuvimos con ellos y estar orgullosos de la vida que les dimos—
Emma volvió a mirar a Milo y luego lo miró a él, con una sonrisa. —Tienes razón—
Por otro lado, Cody y Addison miraban las nubes por la ventana, entretenidos.
—Esa parece un balón de basquetbol— Admitió Cody, señalando la nube.
Addison negó, mirando la nube. —Puede ser un balón cualquiera, pero yo también elijo que sea de basquetbol— Lo miró a él. —Cody... ¿Prometes esperarme hasta que seamos mayores y que podamos ser novios?—
Cody asintió con una pequeña sonrisa. —Lo prometo Addi—
El viaje fué tan tranquilo que Jughead tuvo razón; Casi todos se quedaron dormidos hasta llegar. Como siempre, República Dominicana llenaba de asombro cuando llegabas con esas preciosas playas y perfectos paisajes.
Llegaron al complejo turístico de Punta Cana, en dónde una limosina los recogió a todos y los llevaron a una enorme villa en dónde todos se hospedarían. La villa tenía cuatro niveles, y en esos cuatro niveles había un balcón por cada habitación con una pequeña piscina y jacuzzi, y cada quien iba a tener su habitación individual, incluso la bebé de ahora ocho meses. Sólo que iba a estar cerca de la de sus padres.
La increíble villa de ensueño tenía también una piscina enorme en el jardín y una vista impecable hacia la playa. La cocina era tan inmensa que podían cocinar hasta veinte personas a la vez, y la sala ni hablar. También era inmensa.
Era una villa perfecta para estas familias.
Lo primero que hicieron al llegar fue desempacar y luego descansar. Los viajes los dejaban exhaustos. Especialmente a los más chicos. Por eso, la primera noche en el país caribeño después de la cena, todos se encerraron en sus habitaciones.
Betty llevó a su bebé a la habitación de al lado, a la cuna que la pequeña usaría durante su estadía en el país con su familia, y luego fue a su habitación, la que compartiría con Jughead.
El ojiazul leía un libro, acostado sobre la cama, boca arriba. Cuando visualizó la figura de su mujer entrando a la habitación, la miró y dejó el libro a un lado inmediatamente.
—¿Se durmió mi bebé?— Preguntó el ojiazul.
Betty asintió, acostándose a su lado. —Nuestra bebé. Los chicos están agotados, todos lo están—
—Fué un viaje largo mi amor— Admitió Jughead, posando una mano en su mejilla y acariciándola mientras la miraba. —Estamos en dónde fue nuestra luna de miel... ¿Recuerdas?—
Betty asintió con una sonrisa. —La pasamos increíble. Pero... No hubo acción. Apenas nos conocíamos—
—Yo siempre te respeté, Betty— Aseguró Jughead, abrazándola y pegándola a él. —No iba a hacer nada que no quisieras. Apenas nos conocíamos y no iba a dar ese paso. Acuérdate que llegamos a acostarnos cuando ya teníamos meses de casados—
Betty soltó una pequeña risa. —Y al año me embarazaste en Miami— Admitió, divertida mientras lo miraba. —Te amo Jug. Eres el mejor esposo, el mejor padre y él mejor hombre. Eres el mejor en todo lo que haces y te amo por eso. También te amo porque tú me amas a mi—
Jughead sonrió y besó su cabeza. —No mejor que tú, mi amor. La mejor esposa, madre y la mujer más hermosa y maravillosa que conocí jamás— Aseguró, mirándola. —Te amo—
Betty sonrió y lentamente se subió encima de él, con una mirada traviesa. —Vamos a recrear la luna de miel, pero lo haremos mejor—
Jughead sonrió, sujetándola de las caderas. —Eso me gusta—
Betty mostró una sonrisa traviesa y bajó el pantalón de pijama de su esposo, y bajó su ropa interior, sacando su miembro. Se bajó el pantalón de su pijama también y luego las bragas, y se sentó encima de su dura polla, haciendo que entrarán en contacto directo piel con piel, y empezando a saltar encima de su miembro, provocando que él la penetrara y ambos gimieran el nombre del otro.
Éstas vacaciones iban a significar mucho para todos.
Capítulos finales próximamente...
Samy ❤️
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°Dulce Matrimonio° 'Bughead'
Fanfiction¿Qué pasaría si tuvieras que casarte por conveniencia?