No dijeron mucho durante el viaje no tan largo al hospital. En este momento lo más importante era la salud de Emma.
Llegaron, y la llevaron rápido a emergencias en dónde la atendieron de inmediato. Pronto la pequeña ya estaba en una habitación del hospital, con un medicamento intravenoso para bajarle la temperatura mientras la examinaban para verificar qué le pasaba a una niña que nunca se enfermaba.
Jughead estaba al lado de su pequeña, con la cabecita de su hija sobre una de sus piernas. Él no estaba pensando ni un minuto en los vídeos que le mostró su padre.
Estaba preocupado por su hija.
Betty estaba ahí al lado, en un asiento con el bebé Cody dormido entre sus brazos. El niño estaba realmente cansado.
Podría parecer una simple fiebre, pero eso los tenía preocupados.
—Papi...— Lo llamó Emma en voz baja, lloriqueando con los ojos cerrados. —Casa—
—Estás enfermita mi amor. Cuando te sientas mejor nos vamos a la casa. Pero quédate tranquila mi vida— La calmó, besando su cabeza y acariciándola. —Te amo—
—Vas a estar bien mi niña. No estés asustada— La calmó Betty desde donde estaba con Cody.
—Buenas noches— Los saludó el pediatra, entrando a la habitación con unos papeles.
—Buenas noches doctor. ¿Qué tiene mi niña?— Preguntó Betty, preocupada.
—No es nada grave... ¿Verdad?— Preguntó Jughead, asustado.
—La pequeña pescó un resfriado— Respondió el pediatra. —Es común en los niños pequeños en éstas épocas del año. Presenta temperatura, garganta irritada al igual que los ojos y ustedes me habían dicho que la niña dijo que le dolía la cabeza—
—Exacto. Pero me imagino que va a estar bien... ¿No?— Preguntó Jughead, todavía preocupado.
—Por supuesto. Pero esa temperatura alta podría provocar convulsiones y eso es peligroso. Hasta que su temperatura baje, estará en observación. Después le indicaré unos jarabes para que se los den y unas recomendaciones para que se recupere y no vuelva a agarrar un resfriado— Habló el pediatra, mirando a la niña y sonriéndole. —Eres muy valiente. Todo va a estar bien—
Emma se quedaba con los ojos cerrados, abrazada a su padre, que era su lugar seguro. Jughead había construído un lazo muy especial con su niña desde que estaba en el vientre.
—De acuerdo, gracias doctor— Agradeció Jughead, aliviado.
—Gracias, estábamos asustados— Confesó Betty, sonriéndole al doctor mientras acomodaba al bebé aún dormido en sus brazos.
Pasaron algunas tres horas para que Emma presentara mejoras, y se había hecho bastante tarde. Cody durmió todo el tiempo en el que estuvo con sus padres en el hospital, y Emma se quedó dormida porque los medicamentos le dieron mucho sueño.
Nada se comparaba al alivio que sintieron Betty y Jughead cuando su hija empezó a sentirse mejor y pudieron llevársela a casa. Que cualquiera de sus hijos se enfermara era algo difícil para ellos.
Betty acostó a los dos niños en su habitación, en su cama. Emma estuvo enferma y Cody no podía quedarse atrás. Entonces Betty y Jughead se dedicaron a mirar a sus hijos dormir.
—No te imaginas el susto que pasé hoy. No me gusta que mis bebés estén enfermitos— Admitió Betty, soltando un suspiro.
—Tampoco a mi— Respondió Jughead, aunque estaba algo pensativo.
—Nuestra hija es fuerte, va a estar bien— Aseguró Betty, mirando a su esposo y tomándolo de la mano. —Vamos afuera, tengo que hablar contigo—
Salieron de la habitación, bajaron a la sala y se sentaron uno al lado del otro, y Betty estaba esperando a que el ojiazul hablara. Ella sabía que él tenía algo que decir.
—Mira... Estuviste en casa de tu papá y regresaste muy extraño. Nos distraímos porque nuestra hija estuvo enferma, pero ahora sí puedo escucharte. ¿Qué te pasa?— Preguntó Betty, poniendo una mano sobre la de su esposo.
Jughead suspiró, mirando a su esposa a los ojos. —Papá me mandó a llamar porque tenía algo muy importante que decirme, pero no te va a gustar—
Betty lo miró con un miedo evidente en su mirada. —¿Qué ocurre?—
—Descubrieron quien fue el responsable de haberte golpeado con el auto en el parque cuando estabas embarazada de Emma. Fué la misma persona que cortó los frenos de tu auto y causó el accidente en el que casi moriste— Confesó, bajando la mirada.
Ella sintió su corazón acelerarse. No le gustaba recordar ninguno de esos dos accidentes.
—¿Quien... Quien lo... Lo hizo?— Preguntó Betty, con voz nerviosa.
—Lo siento, pero creo que ya te dije demasiado. Vamos a descansar— Exigió Jughead, poniéndose de pie.
—No Jug— Se negó la rubia, poniéndose de pie y tomándolo de la mano, mirándolo fijamente. —Ahora vas a decirme quién lo hizo, merezco saberlo—
—Betty, no creo que sea buena idea— Se negó Jughead, firme.
—¡Vas a tener que decirme quién fué ahora mismo!— Exigió Betty.
—¡Entiende que no quiero que te duela otra vez!— Respondió Jughead, tomando el rostro de la rubia entre sus manos, mirándola fijamente. —No quiero verte rota de nuevo, no lo soporto—
Betty suspiró y lo besó; Fué un beso breve, pero significó mucho en ese momento.
—Es necesario hablarlo para que ya no duela Juggie. No puede haber secretos entre nosotros— Dijo ella en voz baja, acariciando su rostro.
Jughead tomó aire, con la mirada baja. —Papá me mostró los vídeos de una cámara de seguridad del parque el día del accidente con tu embarazo y después me mostró un vídeo de aquí, de la casa. Una persona se metió a este terreno para cortar los frenos de tu auto y fué esa misma persona quien te golpeó con un auto—
Ella sintió un nudo en su estómago al escuchar todo eso. Pensar que alguien quería matarla era algo perturbador.
—No quería decírtelo por eso. No quiero que sufras más, no quiero que tengas miedo amor. Pero te juro... Te prometo que no dejaré que nadie nunca te haga daño a ti o alguno de nuestros hijos. Te amo preciosa, nunca lo olvides— Le recordó, abrazándola y besando su cabeza.
Está fuerte el asunto 👀
Samy ❤️
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°Dulce Matrimonio° 'Bughead'
Fanfiction¿Qué pasaría si tuvieras que casarte por conveniencia?