Al día siguiente, Jughead despertó temprano, como de costumbre, pero cuando estiró su brazo y no encontró a su mujer, se quedó extrañado.
Se levantó de la cama y al recordar que ahora su esposa atravesaba un tercer embarazo, supo en dónde buscarla. Efectivamente, Betty estaba en el baño, con sus náuseas matutinas, vomitando.
Jughead llegó y se apoyó sobre el marco de la puerta, cruzando los brazos. Estaba sin camisa y sólo traía pantalones. —Aquí vamos de nuevo—
—Vete de aquí— Exigió ella, para entonces seguir vomitando pegada al retrete.
Jughead suspiró y se acercó a ella, ayudándola a sujetarse el cabello y acariciando su espalda. —Ya, está bien. No te estreses. Sabes perfectamente que en los primeros meses te pegan fuerte los síntomas. Yo voy a tomar un baño y estaré abajo haciendo el desayuno. Tómate el tiempo que necesites—
—Yo bajo en unos minutos. Tengo cita con la obstetra hoy— Avisó ella, para continuar vomitando.
—Yo voy contigo nena. Nos vemos en un momento— Dijo Jughead, acariciando su cabello para luego retirarse.
El ojiazul tomó un baño, se cambió y luego bajó a la cocina para empezar a preparar el desayuno para ellos y sus hijos. Media hora después, los que bajaron fueron los chicos, ya casi listos para irse a sus centros de estudios, y les extrañó mucho ver sólo a su padre en la cocina.
Era costumbre ver a sus padres hacer cualquier cosa en la cocina juntos, especialmente el desayuno. Ver sólo a su padre se les hacía muy raro.
—Hola papi— Lo saludó Emma, acercándose y saludándolo con un beso en la mejilla. —¿Y mamá?—
—Hola papá— Saludó el más pequeño, abrazando a su padre y luego separándose. —¿Dónde está mamá?—
—Chicos... Su madre está haciendo algo importante allá arriba y baja en un momento. No se preocupen— Los tranquilizó, rodeándolos a ambos con sus brazos.
—Ya estoy aquí— Avisó Betty, apareciendo ante ellos.
—Mamá— La llamó su hijo, acercándose y abrazándola como si tuviera un año sin verla. —No te vimos aquí y estábamos preocupados—
Betty sonrió y besó la cabeza de su hijo. —Mi niño... Todo está bien, tranquilo—
—Hola mami— La saludó su hija, sonriéndole. —Vimos a papá sólo y se nos hizo raro—
—Estaba haciendo algo importante allá arriba antes de irme al trabajo, sólo eso. Ahora vallan a desayunar o se les hará tarde— Exigió Betty.
Los menores fueron a desayunar con sus padres, y los dos notaron algo extraño en ellos; Betty y Jughead no paraban de darse miradas cómplices y los más chicos estaban confundidos y deseosos por saber qué ocurría.
De eso murmuraron en la parte trasera del auto mientras sus padres iban adelante, Jughead conduciendo y Betty de copiloto.
—Enano...— Murmuró Emma, mirando a su hermanito. —Creo que mamá y papá ocultan algo—
—También yo— Contestó Cody en el mismo tono, mirando a su hermana mayor. —¿No sabes qué ocultan?—
—Obvio no. Y si supiera no te diría— Bromeó Emma, recibiendo una mala mirada de su hermano.
—¿Qué murmuran ustedes ahí atrás, niños?— Preguntó Jughead, mirándolos por el espejo retrovisor.
—Nada— Respondieron los hermanos al unísono.
El ojiazul llegó a la escuela primaria de Cody y ahí lo dejó, para entonces conducir a la secundaria de Emma. La rubia menor se despidió de sus padres, bajó del auto y se juntó con sus amigos en el jardín de la institución, pero no podía parar de pensar en el extraño comportamiento de sus progenitores.
—Emma— La llamó Ángela, sacándola de su trance. —¿Qué te pasa? ¿Por qué estás tan pensativa?—
—¿Pasa algo malo?— Le preguntó Ian, preocupado.
Emma los miró y negó. —No, no pasa nada. Es que mis padres actúan raro. No es malo, pero es raro. Algo están ocultando—
—Los adultos son complicados, nadie los entiende— Opinó Ángela, encogiéndose de hombros.
—Pero ya no pienses en eso. Seguro no es nada malo. Puede ser algo muy bueno. No sé qué, pero puede ser algo muy bueno— Opinó Ian, positivo.
Emma les sonrió y miró a su mejor amigo. —Puede que tengas razón—
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Por otro lado, Betty fué con su obstetra en compañía de su esposo, y estaban frente al escritorio del consultorio de la doctora para confirmar mejor la llegada de un nuevo bebé.
—Efectivamente está embarazada, señorita— Confirmó la doctora, mirándolos con una sonrisa. —Felicidades—
Betty y Jughead estaban contentos y se abrazaron y se dieron un pequeño beso en los labios. Éste tercer bebé era tan amado y deseado como los dos primeros hijos. Luego le ordenaron a Betty acostarse sobre una camilla mientras le practicaban un ultrasonido para ubicar al nuevo bebé.
—¿Lo ven?— Les preguntó la doctora, mirando la pantalla mientras pasaba el pequeño aparato sobre el vientre de Betty. —Tiene nueve semanas de embarazo y el embrión se ve en perfecto estado. Más adelante lo observaremos mejor—
Betty sonrió, mirando la pantalla y luego a su esposo. —¿Lo estás viendo, Jug?—
Jughead asintió, con su mano entrelazada a la de Betty, besándola mientras miraba la pantalla. —Lo estoy viendo mi amor. Ya van tres veces en las que venimos por nuestros hijos y aún sigue siendo emocionante—
—Estoy de acuerdo contigo— Admitió Betty, sonriéndole. —¿Les decimos a los niños ésta noche?—
Jughead asintió, y después de las recomendaciones de la doctora la cita terminó y más tarde fueron a buscar a sus hijos a sus respectivos centros de estudio.
Y ese mismo día, ya cuando la noche se apoderaba de todo y estaban cenando juntos, tenían planeado decirles.
—Atención, niños— Los llamó Jughead, poniéndose de pie y tomando la mano de su esposa. —Mamá y yo tenemos algo importante que decirles—
Betty también se puso de pie al lado de Jughead, y los menores estaban extrañados, mirándose entre sí para luego mirar nuevamente a sus padres.
—¿Es algo malo o bueno?— Preguntó Cody.
—Enano... Déjalos hablar— Exigió Emma, con toda su atención en sus padres.
Jughead miró a sus hijos mayores con una sonrisa y tomó aire. —Su madre y yo tendremos otro bebé— Anunció, contento.
¿Cómo reaccionarán los chicos? 👀
Samy ❤️
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°Dulce Matrimonio° 'Bughead'
Fanfiction¿Qué pasaría si tuvieras que casarte por conveniencia?