"Capítulo 80"

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—Pero nada, amor— La interrumpió, tomando en brazos a su hija con mucho cuidado y poniéndose de pie, mirando a su esposa. —Descansa ahora, Betty—

Betty suspiró mientras veía a su esposo dejar a la bebé sobre la cuna que estaba justo al lado de su cama, susurrándole lo mucho que la amaba y dejando un pequeño y dulce beso en su suave mejilla de recién nacida.

Jughead sonrió, viendo a su pequeña copia femenina dormir plenamente. Esa hermosa niña con una abundante cabellera negra justo como la de él, sus mismos ojos... Simplemente amaba admirar a su bebé, lo que él había creado con el amor de su vida.

Cuando se giró a mirar a Betty, ella ya estaba profundamente dormida. Y es que Betty estaba exhausta. La bebé apenas la había dejado descansar en el hospital y a cada segundo quería el pecho, sin mencionar lo mucho que la cansó el trabajo de parto y que casi murió en el proceso. Jughead ya estaba totalmente seguro de que su hija había heredado también su apetito.

Con su esposa y su bebé dormidas, Jughead bajó a la cocina a preparar algo de comer, porque sus hijos llegarían de la escuela con hambre, su esposa despertaría con hambre y Lola no llegaría hasta más tarde.

Cuando estaba terminando de preparar unos sandwiches, escuchó a su hija quejarse a través del monitor para bebés que traía consigo. No lo pensó dos veces para dejar lo que estaba haciendo y subir las escaleras hasta la habitación para tomar en brazos a su hija antes de que empezara a llorar más fuerte.

—Shhh... Ya, pequeña. Ahora estás con papi. No hagas ruido, tu mami de verdad necesita descansar— Murmuró Jughead, llevando a la bebé hasta la sala de estar.

Sin saber cómo, le preparó un biberón a su hija con sólo una mano mientras la sostenía con la otra, y se sentó en un sofá de la sala para darle el biberón.

Mientras la chiquilla tomaba del biberón, miraba a su padre con sus grandes ojos azules e inocentes, como si ya lo conociera. Básicamente si lo conocía, porque Jughead no dejó de hablarle mientras estuvo en el vientre.

No pudo evitar sonreír cuando su hija no paraba de mirarlo y hasta sonreía también.

—No puede ser. Naciste hace casi tres días apenas y haces todo esto... Sé que serás una niña muy inteligente mi vida. Te amo, chiquita. Eres la princesita más chiquita de la casa mi bebé— Le habló, terminando de darle el biberón y besando su frente.

—Veo que ya me destronaron— Admitió Emma, divertida, acercándose a su padre.

Jughead miró a su hija y sonrió. —No digas eso, pequeña. Eres mi primera hija, nunca dejaras de ser mi princesa—

—Es que no me gusta compartir— Respondió Emma con diversión, sentandose al lado de su padre y hermanita.

—Hagamos una cosa, hija— Dijo Jughead, mirándola. —Tu eres mi princesa y Chloe es mi princesita—

Emma soltó una pequeña risa, mirando entonces a su hermana recién nacida con una sonrisa. —Está bien, Chloe. Contigo no me importa compartir. Es tan linda... —Admitió, tomando su manita con cuidado. —¿Y mamá?—

—Está descansando por fin. Tuve que obligarla— Confesó el pelinegro, mirando entonces a su hija mayor. —Por cierto... ¿Y tu hermano?—

—Está afuera jugando algo de baloncesto con Pedro— Contestó Emma.

En ese momento se escucharon pasos y Jughead y su hija vieron llegar a Cody con el chofer de la familia tras el pequeño.

—Hola papá— Saludó el niño, acercándose, cansado y sudado de tanto deporte. —¿Y mamá?—

—Está arriba, descansando. No hagas ruido, chiquitín— Advirtió Jughead, mirándolo a él y luego al chofer. —Gracias por traerlos, Pedro—

—De nada. Con permiso— Respondió el chofer, retirándose con una sonrisa.

—Ve a bañarte, enano. Estás sudado— Ordenó Emma, divertida.

Cody rodó los ojos con diversión y se acercó a su padre, quien aún tenía a la bebé en brazos. —Quiero darle un beso— Señaló a la bebé.

—Báñate y podrás darle un tierno beso a tu hermanita. Ahora— Exigió Jughead, mirando a su hijo.

—Si papá— Obedeció el pelinegro mas joven, apresurándose a subir las escaleras.

Jughead vió a su hijo subir las escaleras con una sonrisa y luego miró a su hija, la cuál miraba a su padre de reojo. Eso significaba que ella quería decirle algo.

—Dilo, hija— Autorizó Jughead, mirándola. —Sé que quieres decirme algo—

Emma suspiró, con la mirada baja. —Nada. Es que... Cuando tú y mamá fueron al hospital a tener a Chloe, me di cuenta de que algo andaba mal. Los abuelos no nos dijeron nada, pero escuché sus conversaciones. Tuve mucho miedo de perder a mamá o a la bebé— Expresó.

Jughead tomó aire, mirando a la bebé que sostenía en sus brazos y luego a su hija mayor nuevamente. —Si... Tu madre tuvo complicaciones. Hubo valores anormales en su presión y eso la puso muy mal. También tuve miedo, pero todo salió bien. Tu mamá es muy fuerte y sé que tú también mi vida— Aseguró, besando su frente.

Emma sonrió, acostando su cabeza sobre el hombro de su padre. —Te quiero, papi—

—Yo más, mi niña— Respondió el ojiazul, con una sonrisa, mirando a sus dos hijas.

Se sentía el hombre más afortunado del mundo cuando veía a su hermosa familia.

Pero no se sentía tan afortunado cuando llegó la noche, y dieron las tres de la madrugada cuando la pequeña Chloe lloraba sin parar, volviendo locos a sus padres y en cierta forma a sus hermanos mayores.

Betty estaba sobre la cama, terminando de amamantar a la bebé, pero ésta seguia llorando desconsoladamente.

—Shhh... Ya mi amor, ya. No llores princesa— Intentó calmarla Betty, acunándola entre sus brazos. —¿Qué más quieres de mi, bebé?—

Jughead entró a la habitación con los ojos cansados de no haber dormido y con un vaso de agua en mano. —Aquí tienes hermosa— Lo dejó sobre la mesita de noche. —Pásame a la bebé. Tal vez yo pueda hacer algo—

Betty asintió y dejó a la bebé en brazos de su esposo, y se tomó el vaso de agua.

Por otro lado, Emma estaba en su habitación y no podía dormir. Sabía que su hermanita no había parado de llorar, y como la puerta de su habitación estaba entreabierta, su hermano entró y se acercó a ella.

—Me levanté porque tenía hambre y la bebé está llorando mucho. Papá dejó la puerta de la habitación abierta y se escuchó todo— Avisó Cody.

Emma asintió, soltando un profundo suspiro. —Si cierras la puerta de la habitación no se escuchará nada. Así son los bebés. Tenemos que acostumbrarnos—


















La familia oficialmente se ha hecho más grande 🙌

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La familia oficialmente se ha hecho más grande 🙌

Ya no falta mucho para terminar la historia 👀




Samy ❤️

°Dulce Matrimonio° 'Bughead' Donde viven las historias. Descúbrelo ahora