"Capítulo 20"

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Pasaron unos meses, y todo estaba bien, o mejor que antes. Lo que Betty había pasado se trató de un nivel muy bajo en las defensas de su cuerpo, como lo señaló el doctor al que Jughead la obligó a visitar después.

En esos meses, llegó el aniversario de Betty y Jughead; Se cumplió un año desde que se casaron, y decidieron celebrarlo sólos, en Miami, Florida.

Tomaron el jet privado hasta un lujoso hotel cerca de la playa en Miami, y estaban totalmente decididos a aprovechar su semana a solas y sin preocupaciones en este lujoso paraíso.

Al llegar al hotel, se instalaron y se pusieron ropa más cómoda. Betty leía un libro sobre la cama mientras Jughead se miraba al espejo, aunque en realidad miraba a su esposa a través del mismo, con una sonrisa.

No podía creer la suerte que tenía estando junto a una chica como ella.

Sonrió con ese pensamiento y se acercó a Betty, sentándose en la cama a su lado y mirándola. —¿Qué es lo primero que quieres hacer, bebé? ¿Oh prefieres descansar?—

Betty dejó su libro a un lado en la cama, lo miró con una sonrisa traviesa y lo empujó, tirándolo a la cama y sentándose encima de él. —¿Y si hacemos el amor?—

Jughead sonrió, relamiendo sus labios y soltando un profundo suspiro. —Así resuelves el problema que tengo entre mis pantalones—

Betty se mordió el labio y puso una mano sobre el pantalón de su esposo, justo sobre su miembro ya duro, acariciándolo. —Oh... Es un problema muy grande el que tienes ahí, Juggie—

—Necesito ayuda con mi enorme problema porque ya no aguanto, Betts— Gruñó, apretando las caderas de su mujer.

Betty sonrió con satisfacción una vez más y bajó el cierre del pantalón de Jughead, sacando su miembro duro. Ella no traía bragas, sólo una bata de lana. Se la quitó y quedó totalmente desnuda para él, y se sentó sobre su miembro, haciendo que él entrara por completo en ella, soltando un gemido junto con ella al sentirla tan estrecha y tan húmeda.

Ella empezó a moverse encima de él, saltando encima de su miembro y gimiendo sin control al estarlo sintiendo por completo dentro de ella, llenándola de placer.

Él la sujetaba con fuerza de las caderas y guiaba los movimientos de su esposa encima de su dura polla, y el cerraba los ojos, sintiéndose cerca de venirse con ella cuando sintió que las paredes de su esposa lo apretaron.

Él no pudo más, y se vino con ella, dejando todo ese fluido en su húmedo y caliente interior.

De repente, ellos empezaron a reír, y se besaron, ésta vez lentamente, con cariño y dulzura, aún unidos.

—Te amo, nena— Le dijo Jughead, llenándole la cara de besos.

—Te amo— Respondió la ojiverde, dejando un profundo beso en sus labios. —¿Nos bañamos? Hagamos otra cosa que no sea tener sexo—

Jughead soltó una risa y asintió, besando su frente. —Vamos a bañarnos y luego salimos a comer algo. ¿Si?—

—Si, pero no nos bañemos juntos— Pidió Betty, divertida.

—¿Estás dudando de mi capacidad de autocontrol?— Le preguntó Jughead, alzando una ceja.

Betty asintió con diversión. —Aunque tu falta de autocontrol no me molesta tanto— Admitió, acariciando su rostro.

Igual se bañaron juntos, y ese baño juntos terminó en otras dos rondas de intercambio de placer en la bañera, cuerpo con cuerpo. Tras ese baño, los dos salieron de la ducha y empezaron a prepararse para su cena juntos.

Jughead se acomodaba su fresca camisa blanca frente al espejo, y Betty se ponía los tacones que componían su vestido azul marino.

Jughead sonrió, acomodándose el cabello frente al espejo, y se giró a mirarla, quedando sin palabras al verla.

—Valla...— Habló Jughead, recorriendo el cuerpo de su esposa con la mirada.

Betty sonrió, acercándose a él y acariciando su rostro. —¿Me veo bien?—

Jughead asintió, dejando un pequeño beso en sus labios. —Estás preciosa mi amor, te amo—

Betty lo abrazó mientras él dejaba repetidos besos en su cabeza, y ambos salieron del hotel, tomados de las manos hasta llegar a un hermoso restaurante muy cercano al hotel y cerca del mar. La luna llena brillaba y el ambiente era exquisito. Música suave, luces y lo más importante para ellos dos.

Que estaban juntos y felices.

—Por nuestro aniversario— Dijo Jughead, levantando su copa de whisky.

—Por nuestro aniversario y muchos aniversarios mas— Respondió Betty, llenando su copa de whisky y uniéndola a la de su esposo.

Se tomaron el whisky y recién habían cenado, y entonces se dedicaron a caminar descalzos por la playa, sintiendo la arena, tomados de las manos. Dejaron sus zapatos a un lado y admiraron la luna alumbrar el agua del mar.

—Juggie— Le habló Betty, aún caminando a su lado, mirándolo. —¿Sabes? Siempre pensé que el matrimonio era malo o aburrido. Pero contigo... Contigo me di cuenta de que no es así—

Jughead la miró y le sonrió. —Te voy a decir la verdad. El matrimonio no fue forzado del todo. Me gustaste desde el minuto en el que te ví en el ascensor. Te fui conociendo y me di cuenta de la maravillosa persona que eres. Te amo—

Betty sonrió y se detuvo para mirarlo y besarlo. Lo besó, tomando su rostro entre sus manos mientras él la tomaba de la cintura. Se besaron hasta que el aire abandonó sus pulmones.

Se miraron con una sonrisa y se abrazaron. La magia del matrimonio, todo lindo y perfecto junto a la persona amada.

—¿Y ahora qué?— Preguntó Betty en voz baja, sin dejar de abrazarlo.

—¿Regresamos al hotel, mi amor?— Le preguntó, besando su cabeza.

En menos de media hora, ambos ya estaban en el hotel, haciendo temblar la cama con sexo salvaje, ella apoyada sobre sus hombros y rodillas en la cama, y él detrás de ella, penetrándola con violencia y perdiéndose en su interior.

—¡Sí Jug... Así!— Gimió ella, apretando las sábanas, loca de placer.

—Eso mi amor, gime para mí. Ven conmigo. Te amo...— Gruñó él, dando sus últimas estocadas en su interior, apretándola de los pechos.

Él lo liberó todo dentro de ella, vaciándose en su interior, y ella soltó un último gemido, llegando a la cima del orgasmo con él y sintiendo cómo él lo dejaba todo en su interior.

Se quedaron tirados en la cama, pegajosos y cansados, porque lo habían hecho ya tres veces desde que llegaron de la playa.

—También te amo— Respondió Betty, divertida, besando sus labios una vez más, haciendo que el calor volviera a aparecer.












Noche de setzo y aniversario ❤️🔥🛐

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Noche de setzo y aniversario ❤️🔥🛐

Todo está como muy color de rosa.... ¿No?



Samy ❤️

°Dulce Matrimonio° 'Bughead' Donde viven las historias. Descúbrelo ahora