—No sabes lo mucho que necesito tocarte, amor. Sentirte...— Murmuró en su oído, mordiendo levemente.
Betty se puso de pie, se giró hacia su esposo y besó dulcemente sus labios, acariciando su rostro mientras lo miraba fijamente. —También te necesito, Jug. Hemos estado muy distanciados por el trabajo. Así que quiero que en este momento seamos sólo tu y yo, guapo—
Jughead sonrió y la cargó mientras la besaba y la pegaba a la pared, ambos consumiendose en un beso energético y caliente. Sus cuerpos hicieron presión mientras se besaban en aquella pared, y el calor se incrementó en ambos.
Su semana había sido muy agitada, y no habían tenido el chance de siquiera tener intimidad.
Se necesitaban.
Jughead se separó de Betty un momento para ayudarla a deshacerse de su remera, y ella no traía sostén. Por eso, procedió a bajarle a ella los pequeños shorts que componían su pijama, y la dejó sólo en bragas.
La cargó nuevamente, pero ésta vez la llevó a la cama, la tiró ahí con violencia y se posicionó encima, empezando a besar salvajemente su cuello, dejando chupetones y pequeñas mordidas que probablemente al día siguiente no se iban a quitar.
Y mientras empezaba a bajar a sus pechos, llevó una de sus manos a las bragas de su esposa, e introdujo dos de sus dedos en su feminidad, tocando sus resbaladizos labios inferiores.
Metió dos de sus dedos y empezó a hacer movimientos circulares sobre su feminidad, haciéndola gemir y arquear la espalda. Él continuaba moviendo sus dedos dentro de ella, escuchando el dulce y melodioso sonido de sus gemidos, sintiéndola temblar y alcanzar su orgasmo.
Él supo que ella había llegado cuando las piernas de su esposa temblaron, y su feminidad también, apretándose mientras ella dejaba escapar un gemido profundo.
Jughead sonrió y volvió a los labios de su esposa, besándolos con dulzura y su toque de lujuria. —Nena. Te amo...
Betty, aún con su respiración agitada, lo besó también. —Te amo—
Jughead volvió a sonreír con arrogancia, y se puso de pie para quitarse los pantalones y la ropa interior, dejando su miembro erecto al aire.
Betty lo miró y soltó una profunda respiración, mirándolo.
Lo deseaba, y lo deseaba dentro de ella.
Jughead se le acercó, sabiendo perfectamente lo que ella quería, y se posicionó sobre ella, abriéndole aún más las piernas.
Se le acercó al oído, y le susurró. —Voy a llevarte a lo más alto, Betty. Te haré gemir mi nombre fuerte. Tú eres mía—
Eso fue lo último que le dijo a Betty antes de enterrarse lo más profundo de una sola embestida, haciéndola soltar un gemido que pareció más un grito.
Él empezó a penetrarla con tanta violencia, que hicieron temblar la cama con cada golpe que él dejaba en lo más profundo de ella. Sentía que se perdía dentro de su interior estrecho, húmedo y caliente.
Ella gemía, descontrolada, y él gruñía con cada embestida que le propinaba. Betty enterraba las uñas en la espalda de su esposo, perdida del placer y con sus piernas abiertas de par en par para seguir recibiéndolo.
—Jug... Si... Así... Más...— Gimió ella, fuerte.
—Si, nena... Gime para mí... Ya me vengo... Ven conmigo— Exigió, acelerando sus embestidas y haciéndolas más agresivas.
Ella lo sentía cada vez más adentro y una oleada de placer la atrapó, ambos entre gemidos aún. Él soltó todo su fluido en su interior, y a ella le encantaba sentir cómo el se venía con ella.
Les tomó unos minutos recuperarse cuando Jughead salió de ella, y ella cayó rendida sobre su pecho desnudo.
Betty sonrió y dejó un beso sobre los labios de su esposo. —Eso fué increíble—
Jughead sonrió, mirándola. —Tan increíble que quisiera repetir—
Betty se mordió el labio con picardía y se sentó sobre su esposo. —Sus deseos son órdenes, señor. Pero ahora yo tomaré el control—
—Eso me gusta— Aseguró Jughead, con una sonrisa pícara.
Betty se agachó y empezó a dejar pequeños besos sobre el cuello y pecho de Jughead, y volvió a subir para besar sus labios nuevamente.
Jughead atrapó sus labios en un beso que no era nada decente, en dónde sus lenguas se encontraron y empezaron a jugar entre ellas.
Ella ya sentía cómo se formaba una erección debajo de ella, dándole a entender que él ya estaba caliente.
Jughead colocó sus manos sobre las caderas de su esposa y empezó a acariciarlas, subiendo y bajando, deseoso.
—Betty...— Gruñó, ya desesperado, apretando sus caderas.
—Ya voy— Respondió Betty, divertida, subiendo un poco más hasta sentarse justo encima del miembro de su esposo, haciendo que él la penetrara.
Ambos soltaron un gemido cuando sus sexos hicieron contacto directo, y ella empezó a saltar encima de él, gimiendo, mientras él también gemía y la apretaba de las caderas, guiando sus movimientos.
—Más rápido Betty. Oh sí...— Gimió Jughead, cerrando los ojos con fuerza, muy cerca de su orgasmo.
Betty se movió más rápido encima de él, saltando de una manera que lo hizo llegar más profundo en su interior, hasta que junto a él llegó a la cima nuevamente, soltándolo todo.
Sus respiraciones estaban alteradas y sus corazones latían fuerte, y el aún seguía dentro de ella cuando se besaron otra vez, pero fue un beso más calmado, lento.
Después del beso, se miraron con una sonrisa, a los ojos.
—Te amo— Le dijo Betty a su esposo, sonriéndole.
—Te amo, nena— Respondió él, volviendo a besarla.
En el beso, Betty sintió a Jughead ponerse duro dentro de ella otra vez, y lo miró con los ojos abiertos como platos. —¿Otra vez?—
Jughead soltó una risa. —Eso es tu culpa. Tu me pones loco, Betty. Contigo pierdo el control— Admitió, girándose en la cama para quedar encima de ella. —Abre esas piernas mi amor—
Betty soltó una pequeña risa e hizo lo que su esposo le pidió. Abrió más sus piernas y él volvió a enterrarse con violencia en su interior, taladrandola como si quisiera romperla.
Y era apenas el inicio de una noche de sexo salvaje en aquella habitación.
Un capítulo hot entero 🔥🔥🔥😏
Samy ❤️
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°Dulce Matrimonio° 'Bughead'
أدب الهواة¿Qué pasaría si tuvieras que casarte por conveniencia?