"Capítulo 84"

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La semana estuvo tranquila; Betty y Jughead cumplieron con su palabra en la medida de lo posible y empezaron a dedicarle más tiempo a la familia. Estuvieron más pendientes a sus hijos y hasta de ellos mismos. Definitivamente eran más felices así.

Pero faltaban unos detalles.

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En casa, los chicos ya no tenían escuela y Betty y Jughead salieron temprano del trabajo. Estaban reunidos en una mesa, jugando con cartas entre risas. Betty y Emma de un lado, y también la bebé en su asiento para bebés, y Jughead y su hijo Cody del otro lado de la mesa.

—No lloren— Les pidió Emma, presumida, dejando sus cartas sobre la mesa.

—¡No!— Se quejó Cody, cruzando los brazos y mirando a su hermana. —Estás haciendo trampa—

—Admitan que perdieron contra nosotras mi dulce niño— Pidió Betty, con diversión.

—Ya, campeón. Hay que ser buenos perdedores— Dijo Jughead, encogiéndose de hombros y despeinando la cabellera de su hijo.

—Quiero revancha— Exigió Cody, tomando todas las cartas de la mesa.

—Entonces jugarán ustedes— Respondió Jughead, poniéndose de pie. —Yo tengo que salir a hacer algo importante—

—¿A dónde vas?— Le preguntó Betty a su esposo, mirándolo.

—Voy a reunirme con unos colegas del trabajo mi amor— Contestó Jughead, acercándose a dejar un pequeño beso sobre sus labios. —Te amo, preciosa—

—Wacala— Exclamó Cody, divertido, mirando a sus padres.

Jughead soltó una risa y se acercó a hacerle cosquillas a su hijo. —Pequeño travieso—

—¡No!— Pidió Cody, riendo por las cosquillas de su padre. —¡No, papá!—

—¡Pa! ¡Pa!— Exclamó la bebé, soltando una carcajada.

Betty abrió su boca, indignada, mirando a la bebé a su lado. —¿Entonces tus primeras palabras serán papá?—

Jughead soltó al niño y se acercó a su sonriente bebé, tomándola en sus brazos y llenándole la cara de besos, haciéndola reír más. —¿Quién es mi preciosa bebita? Tú lo eres mi amor. Te amo, te amo, te amo— Le dijo, dejando besos en su mejilla por cada "Te amo" que le decía.

—Papá... Si te vas, llévame contigo— Suplicó Emma, mirando a su padre mientras éste aún le daba besos a su bebé.

—Pero claro mi amor. Nos vamos entonces— Aceptó el ojiazul, dejando a la bebé otra vez en su asiento. La pequeña se quejó y Jughead la miró con diversión. —Tranquila bebé. Papi regresará pronto, te amo— Le dijo, besando su cabeza.

—¿Y para mí no hay ningún beso?— Preguntó Betty, con un puchero.

—Pero claro amor— Aseguró Jughead, dejando un beso corto en los labios de su esposa y acercándose a su oído. —Ésta noche te daré algo mejor— Susurró.

Betty se sonrojó y Jughead se despidió de su hijo Cody y también del perro Milo para entonces subir al auto con su hija e irse. En realidad no iban a ninguna reunión de negocios. Jughead tenía algo en mente y quería involucrar a su hija.

Llegaron a un Starbucks y se sentaron uno frente al otro, tomando malteadas para entonces establecer el diálogo entre padre e hija.

—Hija... Odio mentirle a tu mamá... Pero quiero hacer algo importante para ella y lo quise hablar contigo antes— Confesó Jughead.

°Dulce Matrimonio° 'Bughead' Donde viven las historias. Descúbrelo ahora