Jughead respiró, aliviado, y miró al doctor. —Gracias Doc. ¿Yo puedo verla? Ella me necesita y quiero estar ahí para cuando nazca mi hija— Pidió.
—Por supuesto. Ya está estable, solo aceleraremos el parto. Sígame— Le dijo el doctor.
Jughead hizo un gesto de victoria como si fuera un niño pequeño, y siguió al doctor para que éste le diera una bata, gorro y una mascarilla para ir a la sala de parto. Acababa de pasar por un susto enorme y tener la oportunidad de presenciar el nacimiento de su tercera hija era algo emocionante.
Entró a la sala de parto y la vió en aquella camilla con las piernas abiertas, lista para traer una nueva vida al mundo. Se veía mucho más pálida y cansada que hace rato y se entendía por la situación que acababa de pasar.
Pero a pesar de eso, sus ojos verdes y cansados brillaron cuando lo vió, y sonrió débilmente.
Jughead se acercó a ella y dejó varios besos en su mejilla, abrazándola, con los ojos llorosos del alivio y la emoción. —Amor... Mi vida, no sabes lo asustado que estuve, preciosa. No vuelvas a hacerme eso—
—Yo sólo te quiero a ti aquí conmigo Juggie— Respondió Betty, mirándolo. —Te juro que pensé que me iba a... ¡Ah!— Gritó por una contracción.
—Aquí vamos de nuevo mi amor. Tranquila, estoy contigo— La animó Jughead, besando su mejilla y abrazándola.
—Aquí vamos, Elizabeth. Ahora sí vas a tener a tu bebé— Aseguró la doctora, acercándose con un pequeño equipo de enfermeros.
Empezó el verdadero trabajo, y es que la oxitocina que le estaban suministrando a Betty estaba funcionando y el parto se estaba acelerando. Pero eso no quitaba que el dar a luz fuera un trabajo fácil.
—¡Ah, por Dios!— Gritó la rubia mientras daba sus últimos esfuerzos, cerrando los ojos con fuerza y sosteniendo la mano de su esposo con fuerza.
—Un poco más, ya lo veo— Anunció la doctora.
Jughead besó la mano de Betty mientras la sostenía con fuerza. —Ya casi mi amor, ya casi. Sólo un poco más—
Un último grito y el sufrimiento terminó cuando empezó el llanto de un bebé recién nacido; Era ese sonido que llenó a Betty y a Jughead de tanta felicidad que los hizo llorar de la emoción.
—Es una niña preciosa, felicidades— Anunció la doctora, sosteniendo a la bebé con una sonrisa y mostrandola a sus padres.
Era muy pequeña, frágil, de piel rosa y una abundante cabellera negra. Ahí ya se podía saber a quien se parecía.
Jughead la tomó con mucho cuidado entre sus brazos y sonrió, aún con lágrimas en sus ojos. —Hola mi hermosa niña. Soy papi— Le dijo y luego se la pasó a Betty. —Y ella es tu mami—
Betty, llorando de la felicidad que sentía en ese momento, tomó a ese pequeño ser entre sus brazos y era tanta la emoción que sentía, que no creía que fuera real.
La nena recién nacida abrió lentamente esos enormes ojitos azules, y ahí la rubia se dió cuenta de que había tenido a una copia de su esposo en versión niña.
—Por Dios... Qué hermosa eres mi amor. Bienvenida hija— Le dijo Betty a la bebé, besando con cuidado su cabecita, sin dejar de mirarla. —Acabo de tener a la mini versión femenina de mi esposo— Admitió, divertida.
Jughead sonrió y besó la cabeza de su esposa e hija. —Las amo tanto... Betts... Gracias por tanto mi vida. Te amo—
Betty sonrió, mirándolo. —Te amo—
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Por otro lado, en la mansión Jones, Emma había invitado a sus amigos Ángela e Ian a pasar el rato con ella y con su hermanito. Ella no se sentía bien emocionalmente y pasar tiempo con sus amigos quizá ayudaría. Estaban reunidos en la habitación en la que dormía Emma, expresándose.
—Eso fué lo que escuché, y ahora no sé lo que esté pasando con mi mamá y con mi hermanita. Papá está destrozado, mi mamá y nosotros sus hijos somos su vida y estaría deprimido si algo malo le pasara a ella o a la bebé— Expresó Emma, muy afligida.
—Tranquila. No pienses lo peor— Aconsejó Ángela, abrazándola.
—Piensa positivo, Emm. A lo mejor tu mamá y tu hermanita están bien— Aseguró Ian, sonriéndole.
—Quiero a mamá— Exigió Cody, jugando con una pequeña campana, aburrido y ansioso.
—¿Y a la bebé no la quieres? Es tu hermanita, chiquitín— Le recordó Ángela, mirándolo con una ceja alzada.
Cody suspiró, rendido. —Está bien, a la bebé también, y quiero hablar con papá—
—Pobre papá— Se lamentó Emma.
En eso alguien tocó la puerta de la habitación con desesperación y el pequeño Cody se apresuró a abrir la puerta, encontrándose con su abuelo, el cuál se veía muy emocionado.
—¡Nació! ¡Nació! ¡La niña nació y tanto ella como su madre están perfectamente bien!— Gritó Fp, emocionado.
—Oh por Dios... ¡No puede ser! ¡Si, mi mamá lo logró!— Chilló Emma, abrazando a su hermanito, a sus amigos y después a su abuelo.
—Te lo dije, Emm— Presumió Ian, sonriendo. Era feliz cuando su mejor amiga también lo era.
—Te dije que no pensaras lo peor— Le recordó Emma, sonriéndole.
—¡Si!— Chilló también Cody, pegando un salto de emoción. —Abuelito... ¿Ya iremos a ver a mamá y a la bebé?—
—En un rato, hijo— Contestó Fp, acercándose a su nieto y besando su frente, y luego mirando a los demás. —No se vallan, ahora Martina les traerá algo de comer— Avisó, retirándose.
Tras la retirada de Fp, Ian miró a Emma. —Luego iré con mis madres para que vallamos juntos a ver a tu mamá y a la bebé—
—Yo le diré a mi mamá para que vallamos. Ahora regreso, debo ir al baño— Avisó Ángela, retirándose de la habitación de Emma.
—Está bien. Pero... ¿Y mi hermanito?— Preguntó Emma, buscando a su hermano con la mirada.
—Se fué detrás de tu abuelo— Avisó Ian, haciendo un silencio mientras la miraba. —De verdad me alegra que todo haya salido bien. No me gusta verte mal—
Emma le sonrió, y en ese momento los labios de ambos se fundieron en un suave y tierno beso. De la amistad, iba surgiendo un hermoso romance joven.
Nuevo bebé y nuevo romance ❤️😏🔥👶 ¿Qué podría salir mal?Samy ❤️
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°Dulce Matrimonio° 'Bughead'
Fanfiction¿Qué pasaría si tuvieras que casarte por conveniencia?