Él apretaba su mano, hasta que algo inesperado pasó; Betty le había apretado la mano también.
Él se puso tenso de inmediato, alzando la cabeza y mirando a Betty. Ella le había apretado la mano y él estaba más que seguro de eso.
—Betts... Amor... ¿Puedes oírme?— Preguntó en un hilo de voz, sin soltar su mano. —Por favor apriétame de nuevo amor. Por favor...
Betty no respondía ni reaccionaba para nada, hasta que otra vez apretó la mano de su esposo y ésta vez él si estaba atento.
—Por Dios Betts... ¡Me estás escuchando, te moviste un poco! ¡Voy a... Voy a llamar al doctor ahora mismo!— Exclamó Jughead, emocionado, poniéndose de pie y corriendo a la puerta de la habitación.
Mientras tanto, en el pasillo de la unidad de cuidados intensivos, los padres de Betty discutían con el doctor. Su desesperación de padres los estaba llevando al límite.
—Elizabeth tiene tres meses en coma. Hay personas que se quedan en coma por años, aún puede ocurrir algún milagro— Aseguró el doctor.
—¿Usted cree que eso nos hace sentir mejor?— Preguntó Hall, furioso. —¡Mi hija está muriendo allá adentro!—
—Por favor... Nuestra hija tiene un esposo y dos hijos pequeños que están destrozados sin ella— Dijo Alice, con las mejillas empapadas de lágrimas.
—Lo sé, yo también soy padre y entiendo lo que ocurre. Pero les juro que estamos haciendo todo lo que está a nuestro alcance y hasta ahora nada ha dado resultado— Aclaró el doctor.
En eso llegó Jughead, alterado, corriendo y con la respiración irregular. —Doctor... Tiene... Tiene que ir rápido a la habitación de mi esposa. Ella... Ella me apretó la mano—
—Muchacho, trata de respirar primero— Le pidió Hall, posando una mano en su hombro mientras lo miraba.
—¿Qué ocurre, Jughead?— Preguntó Alice, preocupada.
Jughead tomó una profunda respiración y miró al doctor y a sus suegros. —Betty apretó mi mano. Creo que está reaccionando. Tienen que ir a revisarla—
—Oh por Dios... Mi niña...— Murmuró Alice, rompiendo a llorar de la felicidad.
—No perdamos tiempo— Exigió Hall, emocionado.
El doctor corrió a la habitación en la que estaba Betty, e inmediatamente empezó a revisar sus signos vitales y sus ojos, en busca de alguna señal o reacción, pero era como al principio.
Nada. No pasaba nada.
—Ella me apretó la mano dos veces, se los juro— Aseguró Jughead, nervioso.
Hall fué el primero en acercarse a Betty, con intenciones de hablarle. —Pequeña... Soy tu papá. Por favor Elizabeth... Si nos escuchas haz algo, mueve los párpados, la mano, lo que sea mi amor—
—Te amamos Elizabeth. Tienes un esposo y dos niños esperándote— Le habló también Alice.
Betty no hizo absolutamente nada por unos cinco largos minutos, y eso hizo que la decepción y la desesperanza volvieran a reinar en la habitación.
Jughead se desesperó, y se acercó a su esposa, tomando su mano y besándola. —Mi vida por favor... Haz lo que estabas haciendo hace poco. Apretaste mi mano, lo sé. Betty por favor, por favor...
Hall se le acercó y puso una mano sobre su espalda. —Jughead... Creo que ya es hora de que descanses un poco—
—Hall tiene razón, necesitas descansar— Lo apoyó Alice.
Jughead los miró, sin soltar a Betty. —No estoy loco, les juro que ella apretó mi mano— Volvió a mirar a Betty. —Mi amor por favor hazlo...
—Elizabeth sigue igual que cuando llegó. Lo siento mucho, señor Jones— Se lamentó el doctor.
—Jughead, está bien. De verdad necesitas descansar un poco— Insistió Alice, preocupada.
Jughead suspiró, decepcionado y desesperanzado otra vez, pero justo cuando la iba a soltar, volvió a pasar.
Ella lo apretó levemente otra vez.
—¡Lo hizo!— Exclamó Jughead, mirando al doctor y a sus suegros. —¡Lo hizo otra vez! ¡Apretó mi mano!—
—Muchacho... Creo que estás diciendo cosas que no están pasando— Habló Hall, mirándolo con compasión. —Sabemos que...
—Esperen— Lo interrumpió el doctor, acercándose a Betty y mirando su mano unida a la de Jughead. —Creo que la ví mover la mano. Señor Jones... Suéltela un momento para verificar algo—
Jughead la soltó, y entonces Hall, Alice, Jughead y el mismo doctor pusieron mucha atención para verificar si se movía.
—Elizabeth...— La llamó el doctor, fuerte y firme. —Si nos oyes mueve una mano, los ojos o lo que sea. Sólo danos una señal, no importa cuál—
—Haz lo que estuviste haciendo hace poco, Betty— Suplicó Jughead, acercándose y besando su frente. —Por favor...
—Creemos en ti, hija. Vamos— La trató de animar Hall mientras tomaba la mano de Alice.
Pasó lo que ellos tanto querían que pasara; Betty movió un poco los dedos de su mano izquierda, y ésta vez ante la vista de todos.
—Sí lo hizo...— Murmuró Alice, llorando de la felicidad y abrazando a Hall.
El doctor se acercó a Betty y empezó a examinar sus pupilas con una pequeña luz, y miró a los demás que estaban en la habitación.
—Esto es muy bueno. Hay un avance pequeño, pero es un...
El doctor dejó de hablar cuando los aparatos a los que Betty estaba conectada empezaron a indicar cambios anormales en sus signos vitales.
—¿Qué es eso? ¿Qué está pasando?— Preguntó Jughead, asustado al igual que sus suegros.
El doctor volvió a acercarse a Betty para examinar sus signos vitales nuevamente y estaban totalmente alterados. Ahí pasó otro acontecimiento inesperado. Betty movía los ojos, aunque no podía abrirlos aún, movía la cabeza un poco también.
—Oh por Dios... ¿Va a despertar?— Preguntó Alice, igual de ilusionada que su esposo y yerno.
El doctor salió corriendo de la habitación y en un segundo llegó con un batallón de enfermeros y otros doctores que obligaron a los Cooper y también a Jughead a salir de la habitación.
Lo único que podría representar algún cambio bueno, es que Betty estaba reaccionando.
Pero las horas en esa sala de espera se estaban haciendo eternas y habían dos padres y un esposo impacientes que esperaban noticias.
Tal vez, y sólo tal vez.... Esto representaba el final de una pesadilla o el principio de otra.
¿Teorías? 👀
Samy ❤️
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°Dulce Matrimonio° 'Bughead'
Fanfiction¿Qué pasaría si tuvieras que casarte por conveniencia?