Él se le acercó y se sentó en la cama a su lado, empezando a acariciar su cabello alborotado. —Betty, nena... ¿Qué te pasa?¿Te encuentras bien?— Preguntó en voz baja.
Betty soltó un quejido, tapándose aún más con las sábanas. —¿Papá? ¿Que... Qué haces aquí?— Preguntó.
—No soy tu papá. Soy tu esposo, Betty. ¿Qué tienes?— Le preguntó, acariciando su mejilla y abriendo los ojos como platos, asustado. —Diablos... Tienes temperatura. Creo que estás enferma—
—Estoy bien, no te preocupes— Lo trató de tranquilizar, cubriéndose la cara con las sábanas.
—No Betty, tienes fiebre— Le avisó, alarmado, poniendo una mano sobre su frente. —Papá me avisó que estabas aquí porque no estabas en condiciones para estar en la empresa. ¿Por qué no me avisaste?—
—No quería interrumpirte. Y le pedí a tu padre que no dijera nada— Admitió Betty mientras temblaba bajo las sábanas.
—¿Entonces no pensabas decirme nada?— Preguntó Jughead, enojado y preocupado a la vez, soltando un suspiro. —¿Sabes qué? Olvídalo, ahora dime qué estás sintiendo. ¿No sabes por qué tienes fiebre?—
—No lo sé, tenía migraña desde temprano, aún tengo migraña y no se, de repente me dió mucho frío y tuve que venir— Le dijo en voz baja. —Me duele un poco la garganta y tengo náuseas—
Jughead suspiró y besó su cabeza, poniéndose de pie. —Vuelvo enseguida y no te preocupes, te vas a sentir mejor, te lo aseguro— Le dijo, retirándose.
Ella no escuchó lo último que su esposo dijo. Se sentía tan mal que estaba prefiriendo morir para no sentirse así.
Jughead regresó enseguida con dos pastillas y un vaso de agua, y se sentó sobre la cama junto a Betty. —Mira... Tómate esto y descansa un rato a ver si te mejoras. Si no, te llevo al hospital o llamo a un doctor—
Betty se sentó sobre la cama como pudo, temblorosa, sudada y con la piel más pálida que el blanco de un papel y los ojos hinchados. Tomó el vaso de agua con sus manos temblorosas y también las pastillas.
Jughead la observó bien y se quebró cuando la vió en ese estado. —Ven, déjame ayudarte— Se ofreció, ayudándola a tomarse el vaso de agua. —Diablos... ¿Por qué no me dijiste que te sentías tan mal? ¿Por eso estabas tan callada ésta mañana?—
—Lo... Lo siento. Sólo no quería preocuparte. ¿Qué hay de la empresa?— Preguntó Betty, preocupada.
—Papá está cubriéndome por hoy. Eso es lo de menos, ven y descansa para que mejores— Le pidió Jughead, acostándose a su lado en la cama. —Me voy a quedar contigo, ven—
Betty se acostó también a su lado, y dejó que él la abrazara. Ella tenía tanto frío, que ni siquiera el calor del cuerpo de su esposo era suficiente.
Él la abrazó, y sintió su pequeño cuerpo tembloroso cerca del suyo. Él quería poder hacer algo para curarla de una vez por todas, pero sólo quedaba esperar. Odiaba con todo su ser verla así.
......................................................
Jughead se dió cuenta de que se había quedado dormido cuando despertó, y despertó por los quejidos de su esposa. Parecía que aún estaba igual, o tal vez peor. Él aún podía sentirla con la temperatura en las nubes, temblando mucho, y parecía estar llorando en silencio.
—Nena... ¿Qué pasa nena? ¿Aún te sientes mal?— Le preguntó Jughead, sentándose sobre la cama y acariciando su frente levemente sudada.
Ella no le respondió y seguía temblando, y Jughead se estaba poniendo nervioso.
—Creo que tendré que llevarte al hospital. No sé qué más hacer— Admitió Jughead, nervioso, aún acariciando su cabello.
—No... No quiero... No quiero ir al hospital, por favor— Suplicó Betty, mirándolo con los ojos hinchados —Sólo te necesito a ti—
Jughead suspiró y besó su cabeza, preocupado. —Bien... Pero te ayudaré a tomar un baño con agua bien fría. Cuando yo era pequeño me daba mucha fiebre y mis padres me metían a la bañera llena de agua fría. Cuando salía de ahí me sentía como nuevo y al rato andaba jugando como si nada aunque mi madre me regañara— Recordó, con una pequeña sonrisa. —Harás eso o tendré que llevarte al hospital o llamar a un doctor—
Esa amenaza bastó para que Betty aceptara, y Jughead la llevó hasta la bañera porque ella apenas se podía sostener. Cuando se ponía de pie sufría unos mareos que la hacían caer a menos que su esposo la atrapara.
Él le quitó la ropa y sólo la dejó en ropa interior, y la ayudó a entrar a la bañera. Ella hizo contacto con el agua fría y el ojiazul empezó a masajearle el cabello con shampoo, porque lo tenía enredado.
—¿Te sientes cómoda?— Le preguntó, aún lavando su cabello.
—No me gusta que me veas así, estoy horrible— Admitió la ojiverde, cerrando los ojos.
—No nena. Ya conozco cada parte de tu cuerpo, créeme. Además, cualquiera puede enfermarse. Haré lo que tenga que hacer para que te sientas mejor— Aseguró Jughead, aún masajeando su cabello.
Después de aquel baño de agua considerablemente fría, Betty volvió a la cama solo con su pijama mientras Jughead estaba en la cocina. Cuando volvió, traía una bandeja con sopa, otro vaso de agua y otras dos pastillas.
Él empezó a darle la sopa, y notó que ella estaba recuperando su color, y su temperatura ya no estaba tan alta.
Eso era bueno. Él había pasado uno de los grandes sustos de su vida con ella.
—Jughead— Lo llamó Betty, mirándolo.
—Shhh... Termínate toda tu sopa y después hablas— Exigió, dándole una última cucharada.
Betty sonrió y se tomó la última cucharada de sopa que su esposo le dió, y luego él la obligó a tomarse otras dos pastillas, por si acaso.
—Ahora sí, habla— Autorizó Jughead, posando una mano en su mejilla y soltando un suspiro de alivio. —Bueno, ya no tienes temperatura. Eso es bueno. Pero antes, quiero que sepas que ya sé lo que haremos para nuestro aniversario—
—¿Nuestro aniversario?— Preguntó ella, con un brillo en sus ojos.
—Sí, iremos a Miami para esa fecha y pasaremos allá una semana— Dijo Jughead, entusiasmado.
Betty sonrió y lo abrazó, besando su mejilla. —¿Por qué haces todo esto?—
—¿Hacer qué?— Le preguntó Jughead, separándose del abrazo y mirándola fijamente.
—Todo— Le respondió, mirándolo fijamente. —Cuidarme, preocuparte, consentirme... ¿Por qué?—
Jughead le sonrió y tomó aire. —Porque... Porque eres mi esposa y te... Te amo—
Los ojos de Betty se cristalizaron, su corazón latió con fuerza y sonrió. —Yo también te amo, Juggie—
Confesaron su amor 🥺 ❤️ necesito un Jughead en mi vidaaa
Samy ❤️
ESTÁS LEYENDO
°Dulce Matrimonio° 'Bughead'
Fanfic¿Qué pasaría si tuvieras que casarte por conveniencia?