Betty y Jughead iban en el auto camino a la escuela de su hijo menor y luego a la secundaria. Iban en el auto regalándose sonrisas enamoradas. Vivían como dos adolescentes en pleno noviazgo cuando ya tenían años de casados, un hogar y una familia.
Primero fueron a la escuela primaria por su hijo menor, y vieron al niño de once años despedirse de su mejor amiga, la hija de Archie y Verónica. Luego el pequeño se acercó al auto y entró con una sonrisa y un papel en mano.
—¡Saqué un diez!— Chilló el menor, mostrando su examen con una gran sonrisa.
—Eres un Jones, hijo mío. De eso no hay duda— Presumió Jughead, empezando a conducir nuevamente.
—Por algo estudiaste muy duro mi amor. Estamos muy orgullosos y tendrás una recompensa, ya verás— Aseguró Betty, orgullosa.
El niño pelinegro de ojos verdes sonrió, contento, y luego su papá condujo hasta la secundaria de Emma. Lo que no sabían aún era lo deprimida que ella estaba.
Emma estaba saliendo del edificio de la secundaria con Ian y Ángela, y tenía los ojos rojos de tanto llorar sin parar. El chico que le gustaba le acababa de mostrar un lado de él que ella no pensó posible conocer, y eso la deprimía más.
—Ya tienes tus preciosos ojos hinchados. Ya no llores Emm— Le habló Ángela, abrazándola.
—Cuando vea a ese hijo de puta se arrepentirá de haber nacido— Aseguró Ian, acariciando el cabello de Emma y mirando hacia afuera de la secundaria. —Tus padres llegaron—
—¿Qué les dirás cuando te vean así?— Le preguntó Ángela, separándose del abrazo y mirándola.
—Espera Emma. Tengo algo aquí— Avisó Ian, sacando de su mochila unas gafas oscuras.
—¿Por qué tardará tanto?— Preguntó Jughead, mirando a su hija con atención desde el auto.
—Ya viene— Avisó Cody, mirando por la ventana del auto.
Emma entró al auto, a los asientos traseros al lado de su hermano y tenía esas gafas puestas, sin decir mucho.
—Hola— Saludó la rubia menor, fingiendo su mejor sonrisa.
—Hola nena— La saludó Betty, mirándola, extrañada desde donde estaba.
—Hola hija. ¿Y esas gafas?— Preguntó Jughead, mirándola por el espejo retrovisor mientras ponía el auto en marcha otra vez.
—Me los dió Ian. Me gustan— Dijo Emma en voz baja.
—Mira Emma. Saqué un diez— Presumió Cody, mostrándole su examen a su hermana mayor.
Emma sonrió como pudo y despeinó la cabellera de su hermanito menor; En el corto camino a casa, Emma no dijo una palabra y los que conversaron fueron Betty y Jughead con su hijo Cody. Al llegar a casa, los chicos subieron al segundo nivel para bañarse y Betty y Jughead empezaron a encargarse de la cena.
Más tarde, ya cuando la cena estaba casi lista, el único que bajó del segundo nivel fué el pequeño Cody. Era raro que Emma no estaba abajo también.
Cody estaba viendo la tv en la antesala cuando su madre se le acercó.
—Hola mi niño. ¿Sabes dónde está tu hermana?— Le preguntó Betty al niño.
Cody negó, sin dejar de mirar la tv. —Subí al pasillo de las habitaciones con ella y no la ví más. Supongo que sigue en su habitación—
—¿En su habitación?— Preguntó Betty, extrañada. —¿Por qué? ¿Está enferma o que?—
—No sé— Contestó el pelinegro menor, encogiéndose de hombros mientras aún miraba la tv.
Betty no dijo nada más y subió las escaleras para llegar a la habitación de su hija mayor e investigar que ocurría.
Al llegar, la puerta estaba cerrada y ella dejó dos suaves toques sobre ésta, esperando respuesta. —Chiquita... ¿Estás ahí?—
—¿Qué pasa?— Preguntó Emma, con la voz entrecortada, sollozando.
Betty la escuchó llorar y no lo pensó dos veces para abrir la puerta y encontró a su hija en el piso, con su pijama, abrazada a sus piernas mientras lloraba ya con los ojos hinchados.
—Mi niña...— Murmuró Betty, destrozada al ver a su hija así, acercándose y sentándose en el piso a su lado. —Mi amor... ¿Qué tienes? ¿Por qué estás así?—
Emma abrazó a su madre, tratando de calmar su llanto. —Me siento tan mal... Mami... El amor es horrible. ¡Lo odio!—
Betty continuó abrazándola, con los ojos abiertos como platos. —¿Cómo que el amor? ¿De que hablas?—
Emma se separó del abrazo y miró a su madre, con sus ojos azules llenos de lágrimas. —Hay un chico en la secundaria y me gusta, mamá. Me gusta mucho, pero está en el último año. Él y yo estábamos saliendo a escondidas y yo pensé que me quería. Pero... Pero lo único que quería era... Era... Hacerme...
—¿Quería tener sexo contigo mi vida?— Le preguntó Betty, algo asombrada por esas confesiones.
Emma asintió, algo avergonzada, y sus ojos se cristalizaron nuevamente, mirando a su madre. —Le expliqué que yo no estaba lista para acostarme con nadie, y me dejó. Me dijo que quería una mujer y no una niña tonta como yo. Mamá... Me siento tan mal...
Betty no hizo más que abrazarla en ese momento, pero conocía tanto a su hija que sabía que no se había puesto así por un simple chico de la secundaria.
Se separó del abrazo y la miró fijo a los ojos. —Bebé... ¿Estás segura de que estás así por ese chico o pasa algo más? Habla conmigo amor—
Emma suspiró, bajando la mirada, limpiándose las lágrimas. —Es que me lastima todo. Todo lo que he estado guardando estos meses me lastima. Papá está enojado conmigo. Mi papá me odia y siento que soy la peor hija del mundo—
—No nena, no, no y no. No digas eso— Exigió Betty, posando una mano en la mejilla de la menor. —Tu papá no te odia. Es que estás creciendo y el está asustado. Él sólo quiere protegerte y a veces le resulta difícil entender tu carácter. Pero él te ama, hija. Te ama más que a nada y sólo quiere cuidarte—
—No lo sé— Contestó Emma, mirando a su madre.
—Habla con él. Te aseguro que eso mejorará las cosas— Aseguró Betty, besando la frente de su hija.
¿Reconciliación padre-hija? 🥺
Samy ❤️
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°Dulce Matrimonio° 'Bughead'
Fanfiction¿Qué pasaría si tuvieras que casarte por conveniencia?