"Capítulo 46"

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Ellos se abrazaron, y al parecer habían recuperado una antigua amistad. Lo que no sabían, es que alguien los observaba a lo lejos.

Betty estuvo preocupada, buscó en varios lugares a su esposo y cuando lo encontró en aquel bar, vió aquella escena.

Él estaba muy cariñoso con Cora, y ella con él. Abrazos y caricias, hasta que ella no lo pudo soportar más y subió a su auto, para regresar a su casa con las lágrimas bajando con abundancia por sus mejillas, nublando un poco su visión.

Su matrimonio estaba roto, pero ella pensó que su matrimonio nunca fué real, aunque pensara lo contrario.

Ella condujo hasta su casa, y cuando llegó, empezó a desahogarse con su ama de llaves, la cuál sólo iba a la casa algunas veces a la semana. Se llamaba Lola, y tenía a Cody en sus brazos mientras escuchaba atentamente a la ojiverde.

—Yo los vi— Aseguró Betty, sollozando. —Los ví abrazados, muy cariñosos. Fuí muy estúpida. Todo este tiempo creí que lo nuestro era real, que él de verdad me amaba. Pensé que con el tiempo nos íbamos a enamorar de verdad. Pero... Pero olvidé que nos casamos por un acuerdo entre nuestras familias—

Lola suspiró, acomodando al bebé en su regazo mientras miraba fijamente a la rubia. —No sé qué decir. Trate de hablar con el señor Jones para verificar qué está pasando. Es raro que se comporte así de la noche a la mañana—

—No, Lola. Hace semanas que nunca tiene tiempo para mí o para los niños. ¡Son sus hijos y no ha sido capaz de ayudar a Emma con ninguna tarea!— Exclamó, tomando aire para calmarse. —Okey... Perdón. Estoy muy alterada, lo siento— Se disculpó, tomando al bebé en sus brazos. —No sé qué más hacer—

—Dígame una cosa— Pidió Lola. —¿Usted sí lo ama?—

Betty bajó la mirada, con las lágrimas cayendo de sus ojos, y asintió. —Esa es la peor parte—

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Después de arreglar su amistad con Cora, Jughead decidió regresar a casa. Le había sido útil hablar con una antigua amiga, y ahora estaba dispuesto a tratar de arreglar las cosas que hizo mal con su familia.

Llegó a casa cuando la noche estaba cayendo, y cuando entró, solamente vió a Betty en la sala, sentada en uno de los sofás individuales, dándole el biberón a su hijo menor de siete meses.

Betty lo vió llegar, y soltó un suspiro de alivio, porque ahora sabía que él estaba bien.

Jughead se sentó en el sofá que estaba frente a su esposa e hijo y los miró. —Hola—

—Hola— Saludó también la ojiverde, sin mirarlo, terminando de alimentar a su hijo. —Ese es mi bebé. Comes mucho y ya estás gordito— Bromeó.

Jughead soltó un suspiro, mirando a la rubia. —Betty... Quiero hablar contigo—

—¿Hablar sobre qué?— Preguntó Betty, mirándolo mientras acunaba al bebé en sus brazos para dormirlo. —¿Sobre tí y sobre Cora?—

—¿Qué?— Preguntó Jughead, extrañado. —¿Tú nos viste? ¿Y cómo la conoces?—

—Eso no importa ahora, Jughead— Respondió Betty, ya enojada. —Te ví con ella, y se veían muy cariñosos. Ahora todo tiene sentido. Me dejaste de amar y ahora amas a otra—

—¿Qué? Betty... Eso no es cierto. Somos amigos y sólo estábamos...

—No quiero escucharte Jughead— Negó Betty, aún acunando al bebé, tratando de no llorar. —No les prestas atención a tus hijos y mucho menos a mi, sales, llegas a la hora que te dé la gana y encima llegas ebrio. Tú no eras así— Admitió, dolida.

—Lo sé, lo sé. Fui un tonto, pero puedo explicártelo amor. Yo...

—No quiero que me expliques nada, Jug. Ya me cansé de este comportamiento tuyo y por eso quiero el divorcio— Exigió ella.

Jughead la miró con los ojos cristalizados, bien abiertos. —¿El divorcio? Betty... No puedes pedirme eso. ¿Qué hay de todo lo que hemos vivido juntos? Piensa también en los niños— Pidió, señalando al bebé en brazos de Betty, casi dormido.

—Los niños estarán mejor sin alguien que los ignora y que les grita. Lo siento, Jug. Juraste que me ibas a amar toda la vida sin importar nada, pero después recordé que nuestro matrimonio fué para salvar a nuestras familias y tú nunca me amaste de verdad— Dijo Betty, llorando, poniéndose de pie para ir a dejar el bebé a su cuna, porque éste se había quedado dormido.

—Betty... Espera— Le pidió Jughead, poniéndose de pie. Quería seguirla, pero primero quería esperar a que dejara al bebé en su cuna.

Betty fué a acostar al bebé, y cuando lo hizo, se dejó caer al piso y lloró como niña pequeña, con una presión en el pecho que no la dejaba respirar.

Sentía que le estaban quitando un pedazo de sí misma.

Un par de minutos después, cuando Jughead estaba por subir a la habitación a averiguar qué pasaba, vió a Betty bajar las escaleras con los ojos rojos de tanto llorar y con las llaves de su auto en mano.

—¿A dónde vas?— Le preguntó Jughead, acercándose. —¿Estás llorando?—

—Voy a buscar a Emma. Cody aún duerme, quédate con él, por favor— Le pidió ella, limpiándose las lágrimas para salir de la casa.

—Espera— Jughead le dijo, tomándola con cuidado del brazo, deteniéndola. —Yo busco a Emma y tú te quedas con el bebé—

—No, tampoco te diré dónde está Emma— Se negó Betty, mirándolo, seria. —Quédate con el bebé, si no es mucho pedir—

Jughead suspiró mientras la veía salir de casa. Él supo lo que había hecho cuando la vió así de rota, enojada y hasta queriendo divorciarse.

Ésta era la peor parte del matrimonio; Cuando aparecían los celos, los secretos y la desconfianza, la falta de comunicación y cuando uno se perdía a sí mismo en tanto lío y responsabilidades.

Jughead se dedicó a ir y venir de la habitación del bebé, viendo que estuviera durmiendo bien, y a esperar a Betty con su pequeña hija, a la cuál también le debía una gran disculpa.

¿Y si ya era muy tarde para actuar?

















¿Y si ya era muy tarde para actuar?

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¿Oyeron eso? Fué mi corazón 💔






Samy ❤️

°Dulce Matrimonio° 'Bughead' Donde viven las historias. Descúbrelo ahora