°Dulce Matrimonio° 'Bughead'

"Capítulo 57"

Ya en casa, Betty no quería despegarse de sus hijos, ni los niños de ella. Estar separados había sido muy duro y ahora que estaban juntos otra vez, era algo inexplicable. Betty estaba jugando con los niños en el piso de la sala. Un espacio amplio y abierto en medio de la misma para que los niños jugaran, especialmente.

—No puedo creer que ya tengas once meses. Creo que mami ya no tiene bebé— Admitió Betty, sosteniendo a su hijo pequeño de las manos para ayudarlo a ponerse de pie.

—Mamá— Habló Cody, acercándose a su madre y abrazándola.

—Te amo bebé— Respondió Betty, abrazándolo y llenándolo de besos.

—Mamá es la única palabra que dice, por el momento— Dijo Jughead, acercándose con una sonrisa. —Fué su primera palabra—

Betty sonrió, tomando en sus brazos al pequeño y poniéndose de pie. —Lo sé, yo lo escuché—

Jughead sonrió y se acercó al bebé, tomándolo en sus brazos y besando su mejilla. —Mi hijo. Está enorme, tiene mi apetito. Come muchísimo—

Betty soltó una pequeña risa y entonces miró a su hija, la cuál estaba demasiado concentrada haciendo un dibujo, apartada de sus padres y hermanito.

—¿Qué está haciendo mi princesa?— Le preguntó Betty a la niña, acercándose.

—No— Negó Emma, volteando su dibujo para que Betty no lo viera. —Sorpresa—

Betty levantó ambas manos en defensa y le dió la espalda a la pequeña, divertida. —Está bien, está bien—

Jughead rió y miró a la niña, aún con Cody en sus brazos. —Mi amor... ¿Papi puede ver el dibujo?—

—No— Negó la niña, volviendo a centrarse en su dibujo.

Jughead soltó una carcajada y dejó a Cody en el piso, sosteniendolo de las manitas para que se quedara de pie. —¿Quieres caminar, bebé?—

—De seguro lo logra— Aseguró Betty, mirando al menor con orgullo.

—¡Ya, mami!— Avisó Emma, poniéndose de pie con su dibujo, contenta, corriendo a su madre.

Betty sonrió y tomó el dibujo. —A ver lo que hizo mi hermosa niña—

Betty no pudo evitar sentir que sus ojos quisieron ponerse húmedos cuando vió un dibujo de ella, su esposo, los dos niños, un arcoiris y hasta un perrito.

—Oh mi amor... Me encanta— Aseguró Betty, agachándose frente a la pequeña y abrazándola, y luego separándose. —Pero... ¿De dónde salió ese perro?—

—¿Cuál perro?— Preguntó Jughead, acercándose a observar el dibujo con el bebé en brazos. —¿Tenemos un perro y no lo supe?—

—Quiero perro papi— Pidió Emma, juntando ambas manos en súplica.

Betty miró a Jughead, divertida, poniéndose de pie nuevamente con el dibujo en mano. —¿Aceptas que adoptemos un perro?—

Jughead suspiró, encogiéndose de hombros. —No veo por qué no. Será bueno que los niños crezcan con un perro en casa—

—¡Sí!— Chilló Emma, dando saltitos.

Betty sonrió, mirando la emoción de su hija, y luego miró a su esposo y al bebé. —Juggie... Ahora mira si Cody ya quiere dar sus primeros pasos—

—Pero por supuesto— Aceptó Jughead, dejando al niño en el piso, sujetándolo de sus pequeñas manos. —¿Estás listo, pequeño?—

Cody soltó una carcajada infantil y Betty y la pequeña de tres años se agacharon frente al bebé para darle apoyo, y Betty empezó a grabar con su celular.