La crianza de un bebé no es fácil. Los últimos once meses consistieron en malas noches, cambiar pañales y preparar leche a diario para Betty y Jughead. Ser papás seguía siendo la aventura más grande que estaban enfrentando y aunque no era fácil, los dos amaban a la pequeña Emma con todo su corazón.
Todos estaban enamorados de Emma Jones Cooper. Sus padres, sus abuelos y sus tíos, los mismos amigos de sus padres.
Ser papás, una de las etapas más hermosas del matrimonio, pero al mismo tiempo, una de las más difíciles. Después de todo, Emma seguía siendo una bebé que nació de un matrimonio por conveniencia.
—Vamos bebé, tú puedes— Animó Betty a su hija, quien estaba sujeta a uno de los sofás de la sala, para que se soltara y caminara sola.
Emma ya estaba cerca de cumplir un año, y aún no caminaba sin ayuda. Betty y Jughead habían intentado enseñarle los últimos días.
La bebé se soltó, pero no pudo mantener el equilibrio y casi cae al piso hasta que su mamá la atrapó y la tomó en sus brazos.
—Oh mi amor... Será para la próxima— Le dijo Betty a la pequeña, besando su mejilla, porque ésta amenazaba con llorar.
En eso, Jughead se les acercó corriendo con una cámara. Con esa cámara habían grabado a su pequeña desde que nació hasta ahora.
—No me digas que dió sus primeros pasos y yo no estuve— Pidió Jughead, mirando a su esposa.
Betty negó, abrazando a su hija, la cual aún quería llorar. —Aún nada. No sé, su pediatra dice que sus músculos están bien. No lo entiendo—
—Debemos tener paciencia mi amor. Cada bebé se desarrolla a su manera. ¿Verdad, princesita hermosa? Ven aquí— Le dijo Jughead a su hija, dejando la cámara sobre un sofá para tomarla en sus brazos y depositar pequeños besos en su mejilla. —Papi te ama mucho mucho mucho mi niña—
—Pa— Dijo Emma, con una sonrisa mientras jugaba con el cabello de su padre.
Jughead abrió los ojos como platos y miró a su esposa, quien lo miraba de la misma manera. —Betty, toma la cámara rápido. ¡Está por decir su primera palabrita!—
Betty tomó la cámara rápidamente y empezó a grabar. —Lástima que no dijo mamá. Di mamá, amor. Mamá—
—Bebé, papi quiere que digas papá— Le dijo Jughead a su hija, aún con ella en brazos, mirándola.
Emma miró a Betty por un momento, luego miró a Jughead y devolvió su mirada hacia Betty otra vez. Se notaba bastante confundida.
Finalmente, Emma miró a su padre y sonrió. —Papá—
Jughead soltó un grito de alegría y empezó a darle tantos besos en el rostro a su pequeña que la estaba haciendo reír a carcajadas.
Betty sonrió en un suspiro, mirando a su hija y esposo. —Bueno, felicidades Jug—
—Te amo tanto mi niña...— Murmuró Jughead, aún repartiendo besos por todo el rostro de su hija. —Esa es mi bebé— Miró a Betty. —Nena... Vallamos al parque a comer helado y a llevar a Emma a jugar un rato. Últimamente hemos tenido tanto trabajo que no nos alcanza el tiempo de calidad familiar—
Betty asintió rápidamente. —Claro. Vamos— Se acercó a su esposo e hija, y miró a la bebé. —¿Mi bebé quiere ir al parque con mami y papi?—
La pequeña bebé rubia de ojos azules aplaudió, feliz, y la familia Jones Cooper se preparó para juntos ir al parque.
Se pusieron ropa más fresca y cómoda, y los tres se fueron al parque caminando. O mejor dicho... Los dos. Emma iba en su carriola mientras sus padres caminaban.
Llegaron al parque y subieron a Emma a los columpios, al tobogán y a unos caballos de juguete del parque. Sabían que la pequeña se estaba divirtiendo y le tomaron fotos y videos mientras ella jugaba y reía.
No había nada que amaran más, que ver a su hija feliz.
Finalmente, colocaron una manta en el suelo para que la bebé jugara ahí con unos juguetes mientras ellos observaban cerca en una banca, comiendo helado.
Betty suspiró, viendo a la niña jugar frente a ella. —Está creciendo demasiado rápido. Ya pronto tendrá un año—
Jughead asintió, nostálgico, y tomó la mano de su esposa mientras miraba a su hija. —A veces quisiera detenerla—
En eso, la pequeña intentó ponerse de pie, y justo antes de que Jughead se lanzara a evitar que se cayera, vió que su bebé de once meses fue capaz de ponerse de pie sin ayuda por primera vez.
—Jughead... Jughead va a dar sus primeros pasos. ¡Saca la cámara o el celular!— Exigió Betty, poniéndose de pie, emocionada, mirando a su hija. —Tu puedes mi amor, ven—
Jughead sacó su celular y empezó a grabar, emocionado. —Ven princesa, ven con mami y papi—
Emma les sonrió a sus padres, y entonces lo hizo; Dió un pequeño paso y muchos más mientras sus padres gravaban, emocionados.
Su bebé estaba caminando sin ayuda por primera vez, y aunque se tambaleaba un poco, no perdió el equilibrio hasta llegar hacia su madre, quien la tomó emocionada en sus brazos.
—¡Lo hiciste mi amor! ¡Lo hiciste princesa! ¡Te amo mucho mi bebé!— Chilló Betty, emocionada, abrazando a su hija y llenándole la cara de besos.
Emma sonrió, abrazándose al cuello de Betty con sus pequeñas manos. —Mamá...— Habló.
Betty miró a su hija con los ojos cristalizados, sonrió y una vez más empezó a llenarle la cara de besos.
Jughead guardó el vídeo en su celular, se acercó a su esposa e hija y las abrazó a ambas, besando sus mejillas. —Las amo a las dos, hermosas—
—Papá— Soltó Emma, colocando una mano en el rostro de su padre.
Jughead sonrió y besó la mano de su bebé. Con sólo once meses ya decía mamá y papá y ahora también dió sus primeros pasos.
Eso era algo que los llenaba de nostalgia, porque sabían que su hija estaba creciendo y pronto dejaría de ser una dulce bebé.
El dulce matrimonio que estaban teniendo, tal vez dejaría de ser tan dulce con el tiempo.
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