Al día siguiente, se levantaron temprano todos y fueron a almorzar a la playa juntos, ya en la tarde. La mesa, por supuesto, era lo suficientemente grande como para las quince personas que eran entre todos.
Estaban muy felices, pues estaban juntos, en familia y estaban bien, lo cual era muy importante.
Estando todos juntos en aquella mesa, Ian quedó al lado de Emma y no paraba de mirarla con una sonrisa, haciéndola sonrojar. Los adultos no se quedaban atrás. Betty y Jughead se regalaban sonrisas enamoradas, un tanto lejos en su mundo.
Fp se puso de pie con una copa de sidra en mano y la tocó con una pequeña cuchara para hacer ruido y llamar la atención.
—Atencion, todos— Habló Fp, con una sonrisa, mirándolos a todos. —Sinceramente no sé cuándo ésta familia se volvió tan grande— Admitió, divertido. —Pero estoy agradecido por todo. Por mi esposa, mi hijo, su matrimonio, mis nietos... Agradezco por todos los que estamos aquí. Por esos hermosos niños que no paran de crecer y por estas familias llenas de amor y dedicación en esta mesa. Brindemos—
Todos levantaron sus copas de sidra o lo que sea que contuviera, en excepción de la bebé, que desde su asiento observó todo con una carcajada infantil.
—Yo también quiero decir algo— Avisó Jughead, manteniéndose de pie y mirando a su esposa con una sonrisa. —Preciosa... Ponte de pie—
Betty se puso de pie con una sonrisa y con una ceja alzada sin saber que traía su esposo entre manos. Todos tenían su atención en aquellos dos. Especialmente sus hijos.
Emma sabía lo que estaba a punto de pasar y eso la ponía feliz.
Jughead aclaró su garganta y miró a todos los presentes. —Primero quiero agradecer a mis padres. No saben cómo agradezco que me hayan obligado a casarme—
Todos soltaron una risa ante ese comentario, pero Jughead volvió a posar su mirada sobre Betty solamente.
—Hablando enserio... No puedo creer lo afortunado que soy— Admitió el ojiazul, sin dejar de mirar a su esposa. —Hace casi diecisiete años me casé con la persona más especial de mi vida. Betty... No puedo creérmelo cuando me doy cuenta de que eres mi esposa. Llegaste a mi vida y la llenaste de esos colores que necesitaba. Me diste tres niños preciosos y te juro que los amo más que a mí vida— Miró a sus hijos.
Emma tenía los ojos ya cristalizados y su mejor amigo ya no tan mejor amigo la abrazó, y Cody miraba a sus padres con una sonrisa y con su mano unida a la de Addison por debajo de la mesa. Todos estaban muy enternecidos con esto.
Betty ya era un mar de lágrimas y Jughead la tomó de la mano, sin parar de mirarla.
—Te amo, Betts. Te amo tanto que no me importaría casarme mil veces más contigo— Admitió, arrodillándose frente a ella, aún con sus manos unidas. —Por eso, aquí frente a toda nuestra familia y en el país caribeño en el que fué nuestra Luna de miel quiero pedirte que te cases conmigo nuevamente—
Betty ya era todo lágrimas de emoción, y asintió, aceptando la propuesta de su esposo, el cuál se puso de pie y la abrazó.
Todos en aquella mesa aplaudieron e incluso terminaron llorando. Cómo Fp y Alice, por ejemplo, o como Emma, Verónica y Cheryl.
Jughead acababa de pedirle matrimonio por segunda vez, pero ahora sí se iban a casar por el poder del amor verdadero.
—¡Ahora hay más motivos para celebrar!— Exclamó Hall, poniéndose de pie con una copa llena de sidra en mano.
Eso hicieron; Celebraron con comida, risas y playa. Rato después de comer, todos se fueron a jugar a la playa. Los niños hacían castillos de arena, los adolescentes paseaban a orillas de la playa tomados de las manos, la bebé estaba sobre una tumbona bajo una sombrilla con su abuelo Fp, quien la consentía hasta no poder más, y Betty, Verónica y Cheryl jugaban voleibol contra Archie, Toni y Jughead.
—¡Ahí va, ahí va! ¡Es tuya Betty!— Gritó Verónica, mirando a la rubia mientras la bola se dirigía a su lado.
Betty corrió hacia la bola y le pegó de una manera que Jughead intentó darle y no pudo, dándole el punto ganador al lado de Betty.
Las chicas chillaron y brincaron, victoriosas, y Betty se cruzó de brazos mientras miraba a su esposo con una sonrisa presumida.
—Oh vamos cariño, sé un buen perdedor— Le dijo Betty, sonriéndole dulcemente.
Jughead se encogió de hombros, mirando a su mujer. —¿Ya qué? Felicidades amorcito—
—¡Perdedores!— Celebró Cheryl, sacándoles la lengua.
—Al menos nosotros sabemos perder— Se burló Archie, acercándose a su esposa. —¿Nos metemos un rato al agua?—
Betty y Jughead se juntaron para caminar a orillas de la playa mientras la bebé estaba secuestrada por sus abuelos.
Cody hacía un castillo de arena enorme junto a Addison y se estaban divirtiendo mucho.
—Hagamos dos personas para que tengan el castillo para ellos sólos— Sugirió Addison, mirando al niño pelinegro.
Cody la miró. —Seremos tu y yo viviendo juntos cuando seamos mayores— Aseguró, sonriéndole.
Addison se sonrojó, y con Cody continuó haciendo el castillo de arena. Emma recolectaba caracolas marinas junto a Ian alrededor de la playa.
—Me gusta tener un recuerdo de cada país que visito. Mis padres se casarán por amor. Éstas serán las mejores vacaciones— Aseguró Emma, mirando a Ian con algunas caracolas en mano.
Ian sonrió, acercándose mientras la miraba directo a los ojos. —Contigo cualquier momento es el mejor— Aseguró.
Se acercaron hasta juntar sus labios en un beso paradisíaco y calmado. Un lindo amor joven estaba naciendo.
Betty y Jughead empezaron a pasear con calma por la playa, tomados de las manos. El sol iba cayendo y los tonos naranja del atardecer adornaban el cielo.
Mientras caminaban tomados de las manos, uno al lado del otro, Jughead se giró a mirarla con una sonrisa.
—Quiero que ésta noche sea especial mi amor. Hay que celebrar nuestro segundo compromiso— Aseguró el ojiazul.
Betty sonrió y dejó un tierno beso sobre sus labios. —Estoy totalmente de acuerdo—
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Capítulos finales...
Pd; Se me terminaron los borradores y puede que me demore en publicar porque tengo que escribir primero y tengo demasiado por hacer. Estoy finalizando cuatrimestre y hay demasiado trabajo.
