Apenas habían pasado dos semanas desde que Betty por fin salió del hospital, y estaba mejorando significativamente con el tratamiento que estaba llevando. Sus padres y los Jones le llevaban a los niños de visita, pero lo único malo era la hora de despedirse.
Betty sufría demasiado cuando se llevaban a los niños. Eso era lo único negativo. Con suerte, de seguir el tratamiento al pie de la letra, pronto estaría al cien para estar con sus hijos.
Sólo que aún no recuperaba por completo la memoria.
En casa, Betty miraba el álbum familiar que hizo junto a Jughead, con fotos desde cuando se casaron hasta haber tenido a los dos niños. Habían fotos de los pequeños cuando estaban en el vientre, recién nacidos y su crecimiento mes por mes.
Jughead se le acercó y se sentó en el piso a su lado, mirándola. —¿Qué haces?—
—Tratando de recordar— Contestó Betty, cerrando el álbum y mirándolo. —Todo esto pasó y hay pruebas contundentes. Nos casamos, tuvimos dos hijos. Pero no recuerdo nada—
—No te fuerces a recordar, Betty— Le dijo Jughead, posando una mano en su mejilla. —Estás recuperándote muy rápido y pronto todo volverá a la normalidad. Sólo no te desesperes—
—Si, lo sé. Pero lo inquietante es que aunque no recuerdo haber tenido a los niños, cuando los veo y pienso en ellos... Siento algo en mí que no sé explicar. Siento la necesidad de tenerlos cerca de mi, cuidarlos, abrazarlos... Siento una fuerza extraña en mi ser que no sé— Expresó Betty, frustrada.
—Ese es el amor de madre que habita en ti, Betty. Ese amor no ha cambiado nada, aunque tú memoria haya borrado muchos recuerdos— Opinó Jughead.
Betty suspiró, mirando al ojiazul. —Y por otro lado está lo que siento cuando estoy cerca de ti—
—¿Lo que sientes cuando estás cerca de mi?— Preguntó Jughead, con sus ojos clavados a ella. —¿Qué sientes cuando estás cerca de mi?—
Betty tomó aire, algo nerviosa. —No lo sé. Cuando estás cerca de mi, siento algo raro en mi estómago, me pongo un poquito nerviosa y mi respiración no es la misma. Siento que te conozco de toda la vida, pero al mismo tiempo no te recuerdo y no recuerdo nuestra boda ni nada de eso. Pero... Lo que sí sé, es que tal vez, antes del accidente, tu me quisiste mucho—
—Porque te amé más que a mí propia vida, Betty. Y aún te amo. Cuando nos casamos, juré que iba a amarte toda la vida, en las buenas y en las malas, y eso haré. El accidente me afectó demasiado. No comía, no dormía porque pensaba que ibas a dejarme. Pero lo lograste, Betty. Sobreviviste, porque eres una guerrera, eres muy fuerte— Aseguró Jughead, con los ojos cristalizados.
Betty sonrió y hubo un breve silencio en el que los dos sólo se miraron directo a los ojos, y pasó algo un tanto inesperado.
Betty se lanzó hacia Jughead y atrapó sus labios en un beso bastante energético. Tanto que parecía que ella lo deseaba más que a nada.
Jughead al principio correspondió, pero luego se separó, dejándola confundida.
—¿Qué pasa?— Preguntó Betty en voz baja, mirándolo a los ojos. —¿No te gustó?—
—No es eso, nena— Negó Jughead, posando una mano en su mejilla. —Es que... Siento que esto es apresurado y todavía hay recuerdos que debes recuperar. Simplemente me asusta que te pongas incómoda con éstas situaciones—
—Pero eres mi esposo— Contestó Betty, confundida.
—Si, preciosa. Pero sólo quiero evitar que te incomodes. Quiero que te recuperes totalmente primero antes de cualquier acción— Dijo Jughead, acariciando su mejilla.
Betty le sonrió. —Entiendo. Gracias por preocuparte y cuidarme—
Jughead le sonrió y besó su frente, y ella se puso de pie lentamente para dirigirse a la cocina.
—Voy por un vaso de agua, ya regreso— Avisó la rubia, dirigiéndose a la cocina.
—Yo voy a guardar este álbum y después veré qué hacemos. En una hora debes tomar tus pastillas— Advirtió Jughead, tomando el álbum para llevarlo a su habitación.
Betty asintió y fue a la cocina, tomó un vaso de vidrio, lo llenó de agua, pero no se la tomó.
De repente sintió un dolor de cabeza tan fuerte que dejó caer el vaso de agua, el cuál se rompió desde que tocó el piso, y se apoyó sobre la encimera para no caerse.
En ese momento, justo en ese momento, recibió una ráfaga de recuerdos que la abrumaron.
La primera vez que se vió con Jughead en el ascensor.
Cuando se vió obligada a casarse.
Su boda.
Su Luna de Miel.
Su primera vez con Jughead.
Su primera hija.
Su segundo bebé.
Todo eso, hasta sus problemas matrimoniales con Jughead.
Que lo vió con Cora, y que se quiso divorciar de él.
Y el accidente.
Mientras pasaba por una fuerte migraña apoyada en la encimera de la cocina, era golpeada por esos recuerdos, y esos recuerdos dolían aunque la mayoría fueran felices.
Jughead llegó corriendo a la cocina, asustado, y se acercó a ella. —Betty... ¿Qué tienes nena? ¿Qué te pasó?—
Betty no dijo nada y sólo lo abrazó, llorando. Lloró como una niña pequeña y él sólo la abrazó, aún asustado por esa repentina reacción.
—Betty... Háblame mi amor. ¿Qué te pasa?— Preguntó él, separándose del abrazo y acariciando su mejilla empapada.
Betty tomó aire para poder hablar. —Lo recordé, lo recordé todo. Absolutamente todo Jug—
Jughead sonrió levemente. —Pero eso es maravilloso. ¿Qué pasa?—
—Yo te pedí el divorcio y después fui a recoger a Emma a casa de mi mamá... Y perdí el control del auto. Me fui por una curva, choqué y después de ahí perdí el conocimiento por completo, todo se quedó negro— Sollozó. —Pero yo escuchaba todo lo que tú, mis padres, mis amigos y mis hijos me decían. Escuché a Cody decir su primera palabra, y fue mamá... No sabes lo mucho que lamento todo ese tiempo perdido con mis hijos. Contigo... No era enserio cuando te dije que me quería divorciar—
—Ya mi amor, ya. De eso hablamos luego. Ahora cálmate. Tienes que volver a ver al doctor mañana mismo, ya que recuperaste la memoria. Te amo— Respondió Jughead, besando su frente para volver a abrazarla.
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Lo logró 🛐❤️ ahora está más cerca de recuperarlo todo 🥺❤️
