"Capítulo 64"

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En dos semanas, Betty y Jughead ya debían viajar a Francia, específicamente a París otra vez para darle seguimiento a unos negocios allá. Por lo tanto, debían dejar a sus hijos de catorce y once años con alguien, y también al perro.

Primero los chicos estarían dos días con los Cooper, y luego con los Jones. Siempre fué así. Los abuelos maternos y paternos vivían cerca y se daban turnos para estar con los nietos. La pareja se ausentaría jueves, viernes, sábado y domingo y regresarían el lunes temprano.

Hoy jueves los chicos iban a estar con sus abuelos maternos, y Betty y Jughead los llevaron a sus escuelas temprano para después irse a su destino.

—Te amamos chiquito. Recuerda que hoy tus abuelos vendrán a recogerte o enviaran a alguien— Avisó Betty, mirando a su hijo desde adentro del auto.

—Pórtate bien hijo. Cuento con que lo harás— Admitió Jughead, sonriéndole. —Te amo hijo—

—Traiganme algo mamá y papá. Adiós— Se despidió Cody, largándose a correr hacia su amiga Andrews Lodge.

Betty sonrió, mirando a su hijo mientras su esposo empezaba a conducir. —Mi hombrecito...— Miró a su hija por el espejo retrovisor, la cuál estaba pensativa. —¿En qué estás pensando mi amor?—

Emma dejó de mirar por la ventana y miró a su madre con una sonrisa. —Que cuatro días son demasiados y los voy a extrañar. Mami... Quiero que me traigas una boina francesa por favor—

—Pero ya tienes muchas, hija— Le recordó Jughead mientras conducía.

—Pero no tengo una color rosa más suave. Por favor mami y papi...— Suplicó, juntando sus manos.

—Lo que mi niña quiera. No le voy a decir que no— Dijo Betty, mirando a su esposo con una sonrisa.

—Y después soy yo el que la malcria— Murmuró Jughead, divertido, poniéndose serio nuevamente mientras iba deteniendo el auto frente a la secundaria de su hija. —Escúchame Emma. Cómo ya sabes, tu madre y yo vamos a salir hasta el lunes y tú y tu hermano estarán bajo el cuidado de sus abuelos. Ellos vendrán a recogerlos o enviaran al chofer. Pórtense bien y no hagas ninguna locura mi niña. ¿Entendido?— La miró.

Emma asintió, tomando su mochila. —Entendido, papá. Estaremos bien, te lo prometo—

—Te amamos princesa. Pórtate bien, sé que lo harás— Aseguró Betty, sonriéndole a su hija.

—Te amo pequeña— Le dijo Jughead.

Emma sonrió, abriendo la puerta del auto. —Y yo a ustedes—

La adolescente rubia salió del auto y sus padres se fueron entonces camino al jet privado que los llevaría a Francia. Sabían que sus hijos estaban en buenas manos.

El problema sería Emma, la rebelde Emma Jones Cooper.

Emma se juntó con su mejor amigo y lo abrazó con alegría, dejándolo algo confundido.

—¿A ti que te pasa?— Le preguntó Ian, mirándola, extrañado. —¿Estás así porque tus padres se fueron?—

—¿Entiendes la oportunidad que tengo ahora?— Preguntó Emma, emocionada. —Mis padres no confían mucho en mi, pero mis abuelos si. Tu y yo, mi querido amigo, vamos a tener una cita doble y después una gran fiesta—

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Cuando iban en su avión, Betty y Jughead iban abrazados, como la primera vez. La rubia, como era costumbre, se quedó dormida en pleno viaje y su esposo la abrazaba y la miraba.

La miraba sin poder creer lo afortunado que era teniéndola cerca.

Llegaron a París, Francia, y llegaron al hotel en el que se hospedarían; El mismo hotel de la otra vez, la misma habitación. La mejor habitación del lujoso y exclusivo hotel.

Betty estaba peinándose frente al espejo y Jughead estaba detrás de ella, quitándose los zapatos, sentado al borde de la cama.

La miraba desde donde estaba, y Betty podía sentir una mirada expectante detrás de ella. 

Ella se giró a mirarlo y sonrió, acercándose. Ya tenía poca ropa, apenas una bata blanca de seda por encima de su ropa interior.

—¿Qué miras, atrevido?— Preguntó ella, acariciando su mejilla.

Jughead sonrió y de repente la agarró y la tiró a la cama, y se posicionó encima de ella. —A ti, mi amor. Me tienes completamente loco, bebé—

Betty se mordió el labio, mirándolo. —¿Ah sí? ¿Y si me lo demuestras ahora mismo?—

Jughead procedió a besarla con energía y desespero, y ella correspondió de la misma manera. El calor no tardó en calentar sus cuerpos hasta un punto en el que el ojiazul bajó sus besos mojados al cuello de su esposa, y ella jadeaba, deseosa y con sus sentidos ya alterados.

Hacer el amor era mucho más que un intercambio de placer para los dos; Unirse y perderse el uno en el otro era algo mucho más allá que no sólo era sexo.

Jughead bajó aún más sus besos, desesperado, y se separó para sacarle esa bata y el sostén, para tomar posesion de sus pechos. Ella se aferraba a su cabello mientras él trabajaba con sus pechos, jugando con esos pezones en su boca.

Él bajó aún más, besando su abdomen hasta que llegó a dónde estaban sus bragas. Ahí jugó un poco con ellas y luego se las quitó, le abrió aún más las piernas y se metió entre ellas, metiendo su lengua entre sus labios inferiores, haciéndola gemir, excitada, mojada.

Él no paró de trabajarla con su lengua, hasta que supo que ella estaba lista para recibirlo; Se separó y la miró a los ojos, y sus ojos verdes estaban aguados y llenos de deseo.

El tomó sus piernas, las abrió de par en par y metió su miembro en su interior, entero, de golpe, llenándola, y empezó a moverse. Ella gemía y gemía, y el con ella.

—Abre los ojos mi amor... Quiero... Quiero verte a los ojos cuando te lo esté haciendo mi amor...— Pidió Jughead entre gemidos, embistiendola suavemente.

Ella abrió los ojos y lo miró mientras se lo hacía, y él amó verla así, con los ojos vidriosos de placer, y se metió más adentro, dándole más fuerte y rápido, haciendo que sus gemidos fueran mayores.

—Ya los puedes cerrar, bebé. Estoy cerca de... De venirme— Gruñó, empezando a penetrarla más fuerte.

Ella cerró con fuerza los ojos, con lágrimas de placer cayendo por sus mejillas, y sintió a Jughead tan adentro de ella que sentía que se iba a romper, hasta que una fuerte oleada de placer la golpeó con un agudo gemido y sus piernas temblorosas.

Sólo segundos después, él se vino dentro de su húmedo y estrecho interior. Sólo el era capaz de darle tantos buenos orgasmos como esos.

Así habían empezado para el día de mañana  trabajar.







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Samy ❤️

°Dulce Matrimonio° 'Bughead' Donde viven las historias. Descúbrelo ahora