Ella sollozaba, sentada sobre uno de los sofás individuales de la enorme sala de estar. Sentía que le habían quitado un pedazo de ella, aunque no recordara cuando tuvo hijos.
Jughead suspiró y fue a la cocina por un vaso de agua y dos de las píldoras que Betty debía tomarse, y se acercó a ella.
—Oye...— La llamó, posando su mano libre sobre su hombro. —Está bien, los niños están en buenas manos—
—No es eso— Negó Betty, con la voz entrecortada, sin mirarlo. —Ellos deberían estar aquí con su madre. Los pobres niños están en otro lugar por ese maldito accidente. Es mi culpa, todo es mi culpa, Jughead— Lloró.
—No, Betty— Negó el ojiazul, dando la vuelta para sentarse en el otro sofá frente a ella y mirarla directo a los ojos. —Tú sólo saliste a buscar a Emma a la casa de tu madre y de repente pasó eso. Son cosas que a cualquiera le pueden pasar, tranquila. Tómate las pastillas— Le dijo, tendiéndole las pildoras y el vaso de agua.
Betty negó, con la mirada baja. —Ya no las quiero—
Jughead tomó aire, sin dejar de mirarla. —Betty... Tienes que tomártelas y lo sabes. Entiendo que todo lo que está pasando es extremadamente abrumador para ti, pero si no te cuidas como debes hacerlo, no recuperarás a los niños nunca, créeme. Vas a ponerte peor y eso es peligroso. Betty, por favor escúchame y hazme caso— Suplicó.
Betty lo miró, con esas mejillas pálidas y con lágrimas, y tomó aire, agarrando las pildoras y tomándoselas de una buena vez.
Jughead le sonrió. —Eso me gusta. A este paso te recuperarás rápido, lo prometo—
Betty le sonrió y se puso de pie, un poco aturdida, y Jughead inmediatamente se puso de pie, preocupado, sujetándola. —Betty... ¿Te sientes bien?—
Betty asintió, mirándolo con una pequeña sonrisa. —Voy a tomar un baño y después me dormiré, tengo tanto sueño que no sé cómo estoy despierta aún—
—Está bien, pero no cierres la puerta del baño con seguro, sólo por si acaso. No quiero que ocurra algo y que la puerta esté cerrada— Advirtió Jughead.
—Está bien. No te preocupes. Cuando te necesite te aviso— Aseguró Betty, retirándose lentamente hacia las escaleras.
—¿No tienes hambre? Puedo hacer algo para los dos— Sugirió Jughead, viéndola subir las escaleras.
—Está bien, todo lo que quiero en este momento es dormir— Contestó la ojiverde, terminando de subir aquellas escaleras.
Jughead suspiró y tomó su computadora de uno de los sofás de la sala de estar para adelantar unos trabajos. Estaba tranquilo porque sabía que ella sólo quería dormir y no había de qué preocuparse.
Perdió la noción del tiempo frente a aquella computadora, y cuando terminó de lo que estaba haciendo, vió su reloj y notó que habían pasado casi seis horas y Betty ya debía tomarse las demás píldoras.
Tomó un vaso de agua, las dos pastillas que Betty debía tomarse y subió las escaleras hasta la habitación, y la encontró aún profundamente dormida.
No quería despertarla, pero debía hacerlo. Ella había dormido alrededor de seis horas seguidas y debía seguir con su tratamiento. Por eso, empezó a acariciar su cabello para tratar de despertarla.
—Betty... Betty despierta— Le habló, acariciando su mejilla, pero ella no hacía absolutamente nada. —Betty...
Ella no despertaba ni mostraba señales de que iba a hacerlo, y eso lo estaba poniendo nervioso. Verificó si ella tenía pulso y respiraba, y así era, sólo que no despertaba.
Eso lo llevó a levantar el celular y llamar a su suegra.
En la llamada...
—Hola Jughead— Saludó Alice. —¿Cómo estás? ¿Todo en orden?—
—Hola Alice. Si... Todo en orden. ¿Y los niños?— Preguntó el ojiazul.
—Están durmiendo. Bueno... Emma está durmiendo. Hall está luchando para hacer dormir al bebé. Pero todo está bien, te lo aseguro— Aseguró la mayor. —¿Y mi hija? ¿Ella se encuentra bien? ¿Está tomando sus medicinas?—
—Si... Pero... Sobre eso le quería hablar— Contestó Jughead, nervioso.
—¿Qué pasa?— Preguntó Alice, asustada.
Jughead tomó aire. —Betty se durmió hace seis horas y no despierta. Está respirando y tiene pulso, pero no despierta y eso me está poniendo nervioso—
Alice soltó una risa. —Perdón, es que eso es normal, Jughead. Esas pastillas dan mucho sueño. Betty tiene un sueño muy ligero. Trata de despertarla con cuidado para que no se altere—
Jughead respiró, aliviado. —De acuerdo, gracias Alice. Un beso a los niños de mi parte—
—Está bien, gracias por llamar. Mantenme al tanto. Buenas noches— Se despidió.
—Buenas noches— Se despidió él.
Fin de la llamada.
Jughead guardó su celular y volvió a acercarse a Betty. Empezó a acariciar su rostro y su cabello con cuidado y le habló. —Hey... Despierta, bella durmiente—
Le tomó su tiempo, pero ella empezó a abrir los ojos lentamente y sonrió levemente cuando se encontró con la mirada atenta y preocupada de Jughead.
—Hola— Saludó ella, bostezando y sentándose sobre la cama. —¿Cuánto dormí?—
—Casi siete horas. Son las nueve de la noche y es hora de que te tomes las pastillas— Avisó Jughead, pasándole el vaso de agua y las dos pastillas.
Betty suspiró y se las tomó para después hablarle a Jughead. —¿Has sabido algo de mis hijos?—
—Nuestros hijos están durmiendo. Estuve hablando con tu mamá porque no despertabas y yo estaba preocupado— Respondió él, mirándola.
Betty se quedó mirándolo fijamente por un largo tiempo, y eso extrañó a Jughead.
—¿Qué pasa? ¿Por qué me estás mirando así?— Preguntó Jughead.
Betty negó, algo sonrojada. —Nada... Es que... No lo sé. ¿Por qué haces todo esto? ¿Por qué te preocupas tanto por mi?—
—Eres mi esposa. El accidente no ha cambiado nada— Respondió Jughead, mirándola.
Betty sonrió levemente, sin dejar de mirarlo. —¿Sabes? Me siento muy bien contigo. Me siento segura y de alguna manera... Cuando te veo se mueve algo en mí y no logro descifrar qué es. Eso me hace pensar que aunque no recuerde nada, yo llegué a quererte mucho antes del accidente—
Jughead sonrió, acariciando su mejilla. —Vas a recuperar todo lo que perdiste. Te lo prometo—
Los hombres como Jughead deben estar en peligro de extinción 🥲Samy ❤️
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°Dulce Matrimonio° 'Bughead'
Fiksi Penggemar¿Qué pasaría si tuvieras que casarte por conveniencia?