Sencillo, pero al mismo tiempo extremadamente romántico y extravagante.
Betty no tenía palabras y las lágrimas amenazaban con salir, haciendo arder sus ojos. Jughead sólo la miró con una sonrisa que expresaba mucho más que mil palabras.
Él la miraba como si tuviera el tesoro más grande frente a él y es que no se creía que la tenía a ella en su vida.
Jughead la tomó de la mano y la guió a la mesa, jalando su asiento para que ella se sentara. Era una mesa sólo para dos, y uno quedaba justo frente al otro.
Betty aún no se lo creía. Ella intentaba no llorar, pero Jughead sabía perfectamente que ella quería hacerlo, y quería hacerlo por felicidad.
Él la tomó de la mano por encima de la mesa y la miró con ternura. —Está bien amor. Llora si quieres, no hay problema—
Eso hizo la ojiverde; Lloró, pero lloró de la felicidad tan grande que estaba sintiendo al tener frente a ella al amor de su vida, y que ese amor le correspondiera de esa manera.
Ya habían olvidado que su matrimonio fué por conveniencia.
—Por Dios nena... ¿Por qué estás llorando preciosa?— Le preguntó Jughead a su mujer, posando una mano en su mejilla. —Oh Dios mío no... No serán hormonas... ¿Oh sí?—
Betty negó, limpiándose las lágrimas. —No es eso, tranquilo—
Jughead respiró, aliviado. —Qué alivio. Pensé que estabas embarazada de nuevo cuando Chloe no tiene ni un año—
Betty soltó una risa, mirándolo en silencio un momento. —Es sólo que... No sé por qué haces tanto por mi. ¿Realmente crees que lo merezco?—
—Por favor amor mío... ¿Enserio lo preguntas?— Le preguntó, mirándola fijamente y sonriéndole. —Eres la mujer más maravillosa del mundo además de mi madre. Eres la mejor en todo lo que haces. Te matas trabajando, te dedicas a tu familia, me amas sin condiciones y me diste tres hijos hermosos. Sufriste mucho cuando los tuviste a los tres y no paras de darlo todo para seguir criandolos junto a mi. Te amo tanto que las palabras ni ninguna otra cosa alcanzaría para demostrarte lo que realmente siento—
Betty lloró nuevamente de la felicidad tan inmensa que estaba sintiendo y Jughead solamente se acercó a dejar un tierno y delicado beso en sus labios. Luego pidieron el menú y de ahí cenaron juntos uno de los platillos típicos del país caribeño para después tomar algo de piña colada.
Cuando estaban tomando piña colada, también conversaban.
—Claro que lo recuerdo— Admitió Betty, soltando una risa. —Parecian más unas vacaciones que una Luna de Miel—
—Y ahora estas vacaciones parecen más Luna de miel— Opinó Jughead.
—¿Sabes? Si me hubieses tocado en ese tiempo... No me habría incomodado para nada. No me hubiese molestado que lo hiciéramos en ese momento— Confesó Betty.
Jughead suspiró, mirándola fijamente. —Solo tenia miedo de lastimarte o incomodarte—
Betty le sonrió levemente y luego lo miró , extrañada, porque habían cambiado la música del restaurante y Jughead estaba sonriendo con superioridad.
—¿Qué pasa?— Preguntó Betty, extrañada.
Jughead sonrió y se puso de pie. —Esto se hace llamar bachata—
—¿Qué?— Preguntó Betty, alzando una ceja.
—Es uno de los tipos de género musical más escuchados en este país y es muy divertido bailar. Ven, te enseño— Se ofreció el ojiazul, tendiéndole la mano a su mujer.
Betty no lo pensó dos veces para ir a bailar con su esposo; La bachata era un género musical muy popular en República Dominicana y consistía en dar tres pasos de un lado y tres del otro, moviendo energéticamente las caderas al ritmo de la bachata.
Ellos bailaron bien pegados hasta salir del restaurante tomados de las manos, entre risas.
—Tenias razón. Es tan divertido...— Admitió Betty, aún riendo. —Es muy fácil—
Jughead la miró con una sonrisa, caminando a su lado. —Te lo dije. Ahora espera a ver tu próxima sorpresa—
Betty lo miró, extrañada, y cuando quiso darse cuenta ya ambos habían llegado a un hermoso hotel de lujo.
—¿Qué significa ésto?— Le preguntó Betty a su esposo, mirándolo.
—Reservé una habitación para nosotros dos por sólo esta noche. Tu y yo a solas— Contestó Jughead, con una sonrisa.
—Pero Jug... ¿Qué hay de los niños?— Preguntó la rubia, preocupada.
—Yo planee todo esto, amor. Hay más de un adulto en casa con los niños. Ellos estarán bien— Aseguró el pelinegro.
Betty comprendió que todo esto lo había planeado Jughead, y cuando entraron a la habitación del hotel de lujo, había sido similar a lo del restaurante.
Pétalos de rosas rojas por dónde quiera, globos en forma de corazón y unas luces tenues que le daban un encanto romántico a aquel cuarto lujoso de hotel.
Betty sonrió, con los ojos cristalizados nuevamente y le rodeó el cuello a su esposo con los brazos, besándolo.
Pero era un beso que podría ser muchas cosas menos inocente; Jughead la guió hasta la cama, en dónde ambos continuaron besándose acaloradamente hasta desvestirse casi por completo, quedando sólo en sus ropas interiores.
Él besaba cada centímetro de su cuerpo con una dedicación y una pasion de otro nivel. El cuerpo de su esposa era lo mejor del mundo para el.
Él paró de besar su abdomen y se detuvo para mirarla a los ojos con una sonrisa. —No sabes lo mucho que me enloqueces mi amor. Eres tan... Perfecta...
Betty sonrió, levemente sonrojada, pero esa sonrisa se transformó en un profundo gemido cuando sintió la lengua de su esposo sobre su feminidad.
Pronto ya los dos tenían la cama temblando, entregándose salvajemente el uno al otro. Él la tenía en cuatro frente a el, agarrada del cabello, penetrándola tan agresivamente que la cama sólo temblaba y ella gemía sin control, al igual que el con cada estocada que le propinaba.
Golpe tras golpe hasta venirse y hacerla venir a ella, quedando exhaustos uno encima del otro sobre esa cama, recuperando el aliento.
Jughead la miró y apartó el cabello que se le quedaba en la frente a su esposa por el sudor. —Te amo—
Betty le sonrió, dejando un pequeño beso en sus labios. —Yo te amo más—
Amo 🔥😏😈
Algunos tres capítulos para finalizar...
Samy ❤️
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°Dulce Matrimonio° 'Bughead'
Fanfiction¿Qué pasaría si tuvieras que casarte por conveniencia?