"Capítulo 44"

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Por más perfecto que Betty y Jughead quisieron llevar su matrimonio, ambos sabían perfectamente que eso no era así. Un matrimonio no es color de rosas, siempre hay dificultades, malos entendidos, o cualquier otro factor que amenace con llevar al matrimonio al fracaso.

Lamentablemente, eso estaba pasando con Betty y Jughead; En los últimos meses, las cosas iban cayendo en picada. No podían tener una conversación normal sin terminar discutiendo, el trabajo y las responsabilidades los estaban abrumando y la desconfianza y los celos eran mayores.

Son circunstancias que se podrían presentar en cualquier relación matrimonial con hijos, pero que si no se manejaban de la manera correcta, podría terminar destruyéndolo.

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Betty y Jughead estaban en casa con los niños. El ojiazul hablaba por teléfono, caminando de un lado a otro en la sala, mientras Betty hacía un trabajo en su computadora.

El bebé estaba jugando en el piso frente a su madre hasta que empezó a llorar y a quejarse. Betty asumió que su bebé de siete meses ya tenía hambre, y se puso de pie, tomando al pequeño en brazos y dirigiéndose a la cocina a preparar su biberón.

Jughead seguía hablando por teléfono, pero el llanto del niño lo interrumpía. —Si, es mi hijo. Perdone...— Dijo, apartando el celular y mirando a Betty. —Betty, estoy hablando por teléfono y es importante. Por favor calla a ese niño—

Betty sólo lo miró mal, y cuando fue a sentarse al sofá para alimentar a su hijo con el biberón, la pequeña Emma se acercó con un lápiz y un cuaderno en mano.

—Mami... Tarea— Dijo Emma.

—¿Quieres que te ayude con la tarea mi amor?— Le preguntó Betty a la niña mientras seguía dándole el biberón al bebé.

Emma asintió, y Betty miró a Jughead, verificando que ya no hablaba por teléfono para ayudarla un poco con los niños.

—Jug...— Lo llamó, mirándolo. —¿Podrías ayudar a Emma con la tarea mientras yo me encargo de Cody?—

Jughead la miró, tomando el saco que componía su traje. —Lo siento, ahora debo salir— Respondió, saliendo por la puerta principal que estaba más adelante, apurado.

Betty soltó un profundo suspiro y miró a su hija, quien seguía esperando una ayuda para su tarea. —Déjame terminar con tu hermanito y luego ya te ayudo con la tarea. ¿Si?—

Emma asintió, bajando la mirada para luego mirar a su madre otra vez. —¿Y papá?—

—Papá está muy ocupado mi amor. Pero yo te ayudo con tu tarea en un momento— Respondió Betty, sonriéndole mientras terminaba de darle el biberón a su hijo menor.

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Por otra parte, Jughead estaba saliendo del salón de reuniones de la empresa, cansado. Todo el día estuvo lleno de trabajo, reuniones, firmas, entrevistas y muchas otras cosas que ya lo estaban cansando.

Estaba muy abrumado. Tanto que no se estaba dando cuenta de que estaba perdiendo a su familia.

—Ahí está— Habló un hombre pelinegro de más o menos la edad de Jughead, acercándose con otros dos detrás. —Jughead... ¿Qué harás?—

—Nada, Ricardo. Regresar a casa, supongo— Respondió, en un suspiro.

—¿A casa?— Preguntó el otro hombre, con una ceja alzada. —Es temprano y hoy trabajamos demasiado. ¿Por qué no salimos al bar?—

—Sí, será divertido— Aseguró el tercero. —¿Oh acaso tienes algo mejor que hacer en casa?—

Jughead lo pensó un momento y soltó un suspiro. —De acuerdo, pero sólo será un rato—

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En casa, se estaba haciendo tarde y Betty intentaba comunicarse con Jughead, pero él no respondía ni sus llamadas ni sus mensajes. No se había reportado desde que salió de casa y ella se estaba preocupando.

—Jughead por favor responde...— Suplicó Betty en voz baja, en su habitación, llamando al ojiazul con su celular.

—Mami...— La llamó Emma, entrando a la habitación con su pijama y su oso de peluche en una mano, frotándose un ojo.

Betty suspiró y se acercó a su hija, tomándola en sus brazos y besando su mejilla. —Ya estás pesada mi amor. ¿Por qué no estás durmiendo igual que tu hermanito? ¿Quieres que te lleve otra vez?—

—Papi...— Murmuró la niña, aferrándose al cuello de su madre.

Betty suspiró y besó la mejilla de la pequeña. —Papá llegará después, nena. Vamos a dormir—

Antes de llevar a la niña a su habitación, fué a ver al bebé y éste seguía profundamente dormido. Después de llevar a Emma a su cama, fué a la sala a esperar a su esposo.

No se iba a dormir hasta que él no apareciera.

Justo cuando estaba por irse a su habitación, la puerta principal de la casa se abrió y dejó ver a un Jughead torpe y tambaleante.

Betty alzó una ceja, acercándose a él. —¿Jughead?—

Jughead se sujetó de una pequeña mesa para no caerse, mirando a su esposa. —Betty... Preciosa... Puedo explicarlo—

—¿Explicar qué?— Preguntó Betty, ya enojada. —Hueles a alcohol. Estabas tomando, pensé que ya no lo hacías—

—No era mi intención— Negó Jughead, poniéndose de pie, mareado. —Unos compañeros de trabajo...

—Me dejas sóla en casa con los niños sin querer ayudarme. Te vas a trabajar y regresas ebrio. ¿Qué diablos está pasando contigo?— Preguntó Betty, con los ojos cristalizados.

—Betty, fue sin querer— Aseguró Jughead. —Unos amigos con los que estuve hoy en el trabajo me invitaron al bar, les dije que sería un rato pero sin querer tomé de más y olvidé todo. Lo siento...

Betty negó, mirándolo fijamente, con algo de ira. —Últimamente no tienes tiempo para nada. Me ignoras, no me ayudas con los niños y ahora regresas ebrio. Yo... Yo no te conozco— Admitió, dolida.

Jughead suspiró, pasándose una mano sobre la cara, y se acercó. —Betts... Por favor escúchame. Yo...

—¡No quiero escucharte!— Gritó la ojiverde, cansada, tomando aire para calmarse. —Mira... Ve a tomar un baño con agua bien fría para quitar esa maldita borrachera que traes. Pero hoy duermes en la habitación de huéspedes— Sentenció, dándole la espalda para irse a las escaleras y subir a la habitación.

Jughead quiso seguirla, pero estaba tan borracho que no sabía cómo estaba consciente.

Este era apenas el principio de una terrible pesadilla.













Perdón, no me maten 🥲

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Perdón, no me maten 🥲




Samy ❤️

°Dulce Matrimonio° 'Bughead' Donde viven las historias. Descúbrelo ahora