Hoy iba a ser un día especial y memorable; Hoy, por primera vez, la hija de Betty y Jughead asistiría al kínder, y los padres estaban más nerviosos que la propia hija. Emma estuvo aprendiendo de todo un poco en casa, con ayuda de su familia, pero ya era hora de integrarse a la comunidad escolar.
—Qué hermosa está mi niña— Aseguró Betty, agachada frente a su hija en la habitación, arreglando su pequeño y elegante uniforme. —¿Estás asustada?—
Emma negó. —No mami. Ya quiero ir a la escuela—
Betty sonrió y besó su frente. —Esa es mi bebé. Todo va a salir bien—
—¿Dónde está la niña grande de papi?— Preguntó Jughead, entrando a la habitación con el bebé en sus brazos y con una sonrisa al ver a su hija con su uniforme. —Emma... Por favor ya no crezcas—
Emma soltó una risa, mirando a su padre. —Vámonos—
—Claro, se nos hará tarde— Admitió Jughead, tomando a Emma de la mano, aún con Cody en su brazo libre. —Vamos mi amor— Le habló a Betty, ya saliendo de la habitación.
Betty fue tras su esposo e hijos, y lo miró con orgullo. Un padre totalmente dedicado a la crianza y educación de los niños.
¿Qué más podría pedir?
Salieron de casa, subieron al auto, dejando a los dos más pequeños atrás, y emprendieron camino al nuevo colegio de la niña.
Jughead vió a su hija a través del espejo retrovisor, y la vió feliz, emocionada y un poco asustada al mismo tiempo.
Aunque Emma tenía sólo tres años, era muy inteligente para su edad, y sus padres estaban más que orgullosos.
Jughead detuvo el auto frente al colegio de la niña, y las risas y sonidos infantiles del lugar podían sentirse. Los cuatro bajaron del auto. Betty sostenía al bebé, y Jughead se agachó a darle un abrazo a su hija antes de dejarla ir a su escuela.
—Te amo, pequeña— Le habló el ojiazul a la niña, separándose del abrazo y mirándola con una sonrisa. —Estás creciendo muy rápido mi amor. Ya no crezcas, por favor— Le pidió, divertido.
Emma sonrió y besó la mejilla de su padre. —Te quiero mucho papi—
Betty se acercó también a su hija, y aún con el más pequeño en brazos, dejó un dulce beso en su frente. —Mami te ama, chiquita. Dale un beso también a tu hermanito—
Cody sonreía con su hermana mayor, mientras ésta besaba su mejilla.
—Te amo mami. Te amo, bebé— Le dijo Emma a su madre y hermanito, con una sonrisa.
—Anda, hija. Ya es hora— Avisó Jughead, dejando un último beso en la cabeza de su pequeña.
Emma asintió y se retiró a su escuela, corriendo, pero no muy rápido. Sus padres vieron cuando se juntó con otros niños, y al parecer, hacía amigos con facilidad.
Betty y Jughead se quedaron observando hasta asegurarse de que la niña ya había entrado a su escuela, con algo de nostalgia.
—Están creciendo Jug... Aún no lo creo— Admitió Betty, mirando a su esposo.
Jughead asintió, rodeándola a ella y al bebé con su brazo y besando su cabeza. Luego fueron a dejar al bebé con los Cooper para poder trabajar ese día, porque tenían mucho que hacer.
Se tuvieron que separar para poder trabajar, cada uno por su lado, pero igual ésta noche tendrían un evento importante al cual asistir.
Como ya era costumbre a veces, Jughead entró a la oficina de su esposa, sólo para verla y darle un dulce beso.
—¿Cómo está la esposa más hermosa del mundo?— Le preguntó Jughead a ella en voz baja, besando nuevamente sus labios.
Betty sonrió, mirándolo fijamente. —Mejor que nunca, ahora que llegaste. Te amo—
Jughead sonrió y se mordió el labio, mirándola. —Amor... Cuando terminemos faltará alrededor de una hora antes de ir por Emma al colegio e ir a buscar a Cody. Entonces... Se me ocurrió algo retorcido, pero sé que te gustará—
Betty lo miró con una ceja alzada. —¿Qué tienes en mente, Jones?—
—Hacerlo en mi oficina— Propuso el ojiazul en voz baja, acercándose a su oído. —Tú y yo sólos en este edificio—
Betty sonrió y lo miró con perversidad. —Claro que acepto. Hay que cumplirnos las fantasías—
Jughead sonrió y salió de su oficina, guiñándole un ojo, haciéndola sonrojar.
Iban a intentar algo que no habían intentado antes. Obviamente lo iban a cumplir.
Por eso, esperaron a que el edificio estuviera vacío, cuando todos los empleados se fueron, y Betty entró a la oficina de su esposo, cerrando la puerta con seguro.
Ella fué acercándose a él, con esa sonrisa traviesa, y él la tomó de la cintura, besándola energéticamente y pegándola al escritorio. La subió al mismo y le abrió las piernas, metiéndose entre ellas y empezando a besar su cuello, bajando más, quitándole la camisa y apoderándose de sus sentidos.
Él seguía en su cuello, y metió una mano bajo la falda negra y algo corta que ella traía, metiendo dos de sus dedos y metiéndolos dentro de ella, haciéndola gemir y tirar la cabeza hacia atrás.
Jughead sonrió con superioridad, haciendo movimientos circulares dentro de sus resbaladizos labios inferiores. —Estas bien mojada y no te he hecho gran cosa— Se acercó a su oído. —Cuando la tengas adentro, vas a gritar mi nombre—
Ella seguía gimiendo hasta que el ojiazul sacó de ella sus dedos, le subió la falda, él se bajó el pantalón y la ropa interior, dejando al aire libre su firme erección para enterrarse en ella de golpe, con violencia.
Nada de cariño. Sólo arremetía contra ella como si de eso dependiera, perdiéndose en el placer de meterse en su caliente y húmedo interior, haciendo temblar el escritorio. Ella abría aún más las piernas, dándole un mejor acceso, y se aferraba a su cabello mientras gemía fuera de control con él.
Gritaron el nombre del otro antes de venirse juntos, quedando agitados, algo cansados, pero no lo suficiente.
Jughead y Betty empezaron a reír, aún abrazados.
—Tenemos que cumplir fantasías más seguido— Admitió Betty, divertida.
Jughead sonrió, dejando un pequeño beso en sus labios. —Vámonos, debemos recoger a los niños y prepararnos para el evento de ésta noche—
S3X0 también en la oficina 😏🔥Samy ❤️
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°Dulce Matrimonio° 'Bughead'
Fanfic¿Qué pasaría si tuvieras que casarte por conveniencia?