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Jimin


Después de abandonar la tienda y de haber escuchado al tipo de la noche anterior llamándome, continuamos junto a Taehyung hasta llegar a mi casa.

—Bien, abajo —dice Tae, soltando mis muslos.

Rebusco en el bolsillo de mi pantalón la llave de mi cuarto, la introduzco y me doy cuenta que no tiene seguro, veo a Taehyung y abro de una sola vez.

—¿Papá? —dudo, con un pie dentro de la casa y el otro en el pasillo de afuera.

—Parece que no abrió él —menciona Tae, entrando al cuarto con las bolsas en sus manos.

Estoy a punto de entrar al cuarto cuando escucho que alguien sale del baño, me detengo unos segundos, pero luego decido no prestarle atención.

—Mi hermoso, Jiminie —escucho la voz de mi padre.

Me giro de forma rápida y lo veo frente a mí con sus brazos extendidos esperando recibirme.

—¡Papá! —exclamo.

Dejo caer la bolsa con las compras al suelo y corro hasta los brazos de mi padre.

—¿Estás bien? —lo cuestiono, ocultado mi rostro en su pecho.

—Sí —responde con una sonrisa.

Me alejo un poco de él y lo veo de nuevo, tomo su rostro con mis manos le giro un poco su cabeza para cerciorarme de que no tiene golpes en su rostro o su cuello.

—Estoy bien, chim —dice mi padre entre risas.

—Tu padre está bien, Jimin, ahora entren que muero de hambre —habla Taehyung, mientras guarda las compras en la pequeña refrigeradora.

Mi padre prepara la comida junto a Taehyung mientras yo me encargo de armar una cama con las pocas sábanas que tenemos, las extiendo en el suelo y las acomodo. Sino hago que esto sea cómodo tendre que utilizar ropa para estar más cómodos.

—Señor Park —dice Tae, llamando la atención de mi padre mientras toma su plato y el mío.

—Solo Jay —le pide mi padre, caminando hacia mí junto a mi mejor amigo.

—Ok, señor Jay —se corrige Tae, mientras me entrega mi plato.
—Estudiaremos —suelta mi amigo, contento.

—¿Tú también? —me pregunta mi padre mientras me observa muerde un pedazo de pan.

Asiento.

—Eso es bueno —pronuncia mi padre.

Cenamos y nos divertimos. Sí, tal vez no tenemos un lugar enorme donde vivir. Sí, tal vez no tengo a mis padres juntos y no son los mejores. Sí, tal vez no gano lo suficiente en mi trabajo. Sí, tal vez muchas veces tengo que sacrificarme el doble por mí y por mi padre, pero todo vale la pena al saber que puedo tenerlo frente a mí sonriéndome y apoyándome en lo que decida.

Cuando terminamos de cenar, mi padre se ofrece a lavar los platos, gesto que agradecemos demasiado con Taehyung, ambos salimos y nos dirigimos al lavabo para cepillar nuestros dientes, entre risas y juegos regresamos a la habitación encontrándonos con mi padre sentado en el suelo con una caja no muy grande y delgada en sus manos.

—Jimin, necesitamos hablar —lo escucho decir cuando observa que cerramos la puerta, y colocamos nuestros cepillos en la mesa desgastada.

—Claro —musito.

Tomo asiento frente a él, y Taehyung a mi lado, mientras mi padre lo observa como si fuera un intruso.

—Vamos papá, no lo mires así es Taehyung, al final se entera de todo —replico mientras abrazo a mi amigo y beso su sien.

—Está bien, lo siento —se disculpa.

—Discúlpame por dejarte solo por mucho tiempo —inicia—. Viaje a Japón.

Ensancho mis ojos y tomo la mano de Taehyung fuertemente.

—¿Trabajo? —inquiero.

—No —susurra mientras me mira con dulzura en su mirada.

—¿La viste? —indago, refiriéndome a mi madre.

The Black Angel FeatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora