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La camioneta en la que Jimin viaja se dirige a toda velocidad.
Amaya conduce lo más rápido que puede luego de haber descendido de un avión de carga.

El rubio, por su parte, toma uno de los intercomunicadores y busca la señal del clan de Hakone.

—Yoon, ¿me escuchas? —pregunta, mientras sostiene con su mano derecha el intercomunicador y con la izquierda sostiene a un adormitado Dai. —Mierda, Yoongi, responde —suelta desesperado, Jimin.

—¿Jimin? —se escucha la voz del líder de Hakone.

—Yoon, nos atacaron. Amaya conduce una de mis camionetas a toda velocidad, pídeles a tus hombres que no disparen. ¿Me escuchaste? —indaga el menor, cerciorándose de qué lo han escuchado bien.

—Entendido, Jimin —habla el mayor de los Jeon.

Amaya, pasa a toda velocidad el desnivel que une el santuario Yakuza de Hakone con la ciudad.

Jimin mira hacia atrás y con dificultad logra ver a los Yakuza formar una línea impidiendo el paso, mientras sostienen artillería pesada.

Cruzan el santuario y se adentran a la propiedad de Hakone, la pelirroja frena de forma brusca, tanto Jimin y Amaya se retiran el cinturón al mismo tiempo.

—Hay que entrar —habla la chica, mientras abre la puerta del conductor.

Park baja de la camioneta, es escoltado por Yakuzas y guiado por Amaya hasta el interior de la casa.

Las manos, las piernas y todo el cuerpo del rubio tiemblan, se aferra al cuerpo de Dai, acunándolo con sus brazos y su pecho. Camina con su mente divagando, tiene claro que puede morir, pero no quiere que su hijo presencie su muerte.

Amaya se detiene, pero Jimin sumergido en su parlanchina mente continúa caminando hasta salir al jardín, siendo observado por su mejor amigo y su prometido.

—¡Jungkook! —alza su voz, Yoon.

El antes mencionado aparece, observa a la pelirroja, pero no a su esposo y a su hijo, la mirada de Jeon viaja hasta Taehyung y Yoongi.

—En el jardín —le indica en voz baja su primo.

—Mierda —suelta Taehyung, asustado, al recordar la expresión indescifrable en el rostro de su amigo.

—Estará bien —dice Yoongi, atrayendo a su prometido hacia él.

Jungkook, por su parte, sale al jardín, disminuye la velocidad de sus pasos al ver el cuerpo de su rubio, temblar mientras sostiene a Dai.

El pelinegro se queda de pie atrás de su esposo, suspira y de forma lenta posa sus manos sobre los hombros del menor.

—Soy yo, está bien —susurra Jungkook, acariciando suavemente los hombros de su esposo —Jimin —lo llama Jeon.

—Estoy bien —articula con voz quebrada el menor. —Solo temo por él —habla con dificultad el rubio.

—Hey, cariño, no le pasará nada.

El pelinegro gira el cuerpo de Jimin, dejándolo frente a él.

—Lo protegeremos —le asegura Jungkook, a lo cual, Park asiente.

—Todo estará bien —dice Jung, abrazando fuertemente a su esposo y a su hijo. —Estaremos bien, Jimin —murmura en la sien del menor, para luego depositar un beso sobre está.

Mientras Park Jimin, líder Yakuza de Kobe y de los Ángeles Negros, se encuentra al lado de su esposo Jeon Jungkook, líder de la Mafia de Busan. Ryuu mano derecha y hombre de confianza de Jimin, intenta dar por finalizado un ataque que los tomo por sorpresa.

The Black Angel FeatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora