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Hiroshima/Japón

Jungkook viaja en una camioneta gris blindada, en la parte trasera lo acompaña Jin, el cual intenta verse lo más atractivo y llamativo.

El conductor mantiene su mirada en el camino y constantemente observa a su jefe por el retrovisor.

—Nos cubren ahora —le hace saber, cuando observa las luces color blanco fuertes alumbrar.

—Entendido —dice Jeon.

Acomoda su blazer color negro, saca su Beretta nueve milímetros, le retira el cargador cerciorándose de que esté lleno de balas, introduce nuevamente el cargador, le retira el seguro y la guarda en la cartuchera entre su saco y su cintura.

—Jin.

—Ya lo sé, solo hablare cuando mencione a tu pareja, de lo demás te encargas tú.

Jungkook asiente.

El castaño revisa su revolver bajo la atenta mirada del pelinegro a su lado.

—Llegamos —anuncia el conductor.

—Quiero la puerta semi abierta —le ordena Jeon—. A los demás los quiero atentos, no es nuestro territorio. Recuérdenlo.

Jungkook, abre la puerta al mismo tiempo que Jin, ambos se encuentran en la parte trasera de la camioneta.

Se miran y asienten.

Tres coreanos escoltan a Jeon, el líder de la mafia de Busan. Jin, camina unos cuantos pasos atrás de Jungkook manteniéndose al margen sin dar un mal aspecto.

—Tú jefe me espera —se dirige el pelinegro a un japonés.

—Adelante —se retira de la puerta con desagrado.

El primero en dar un paso hacia dentro de la habitación en la que los esperan es Jeon, sus hombres lo escoltan, mientras toda la atención está sobre él.

Jungkook se acomoda su blazer, camina lento, pero seguro, observando a cada paso que da el lugar y el número de Yakuzas que hay dentro.

—Conte veinte —se escucha un susurro.

—Veinticinco —agrega Jin.

—Vaya, vaya, tenemos una visita de lujo —el líder Yakuza se pone de pie. —Hazme el favor y desaste de las armas —le pide a Jeon.

El pelinegro, resopla y sonríe.

—No lo haré, por el simple hecho de que tus hombres entraron a mi territorio con armas de todo tipo y calibre. Así que no, no voy a deshacerme de las armas estando en tu territorio —la mirada de Jungkook se vuelve fría, no se dejará intimidar por Yakuzas.

—Bueno, eso tiene una explicación —el japonés sin camisa, mostrando sus tatuajes camina hacia Jeon. —Washi, líder de los Yakuza de Hiroshima —se presenta.

—Jungkook, líder de todo Busan —estrechan sus manos.

—Verás, Jungkook

Ahora ambos están a una distancia no tan lejana, el uno del otro.

—Tú tienes un vínculo con un eligido —la ceja izquierda de Jeon se alza. —Eres la pareja de un Ángel Negro —una leve risa se escucha, cautivando la atención del japonés.

—Perdón —se disculpa Jin.

—Estas culpándome de algo que es erróneo, ahora tengo ganas de golpearte —Jungkook, ladea su rostro.

—¿Estás llamándome mentiroso? —lo señala el japonés.

—Si tuviera un vínculo con quien sea que tú dices, ¿por qué estaría aquí? —el pelinegro, acorta la distancia entre ambos.

The Black Angel FeatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora