Busan/Corea del sur
En la enorme habitación vacía y desordenada se encuentra, Jeon Jungkook, acomodando el nudo de su corbata de manera correcta. Su mirada fija en el espejo frente a él, observando su reflejo detenidamente mientras recuerda el mensaje que su hermoso rubio le había enviado.
Por favor continua con tu vida.
Desde ahora dejará atrás su maldita depresión por no tener a su chico junto a él, seguirá con su vida ya que con ese mensaje Jimin le daba a entender que él haría lo mismo. Pero lo que no sabrá el rubio es que el pelinegro lo buscara hasta volver a ver esos hermosos ojos, hasta poder tocar sus suaves manos, hasta poder acariciar su hermoso rostro. Hasta poder besar sus deliciosos labios y hasta poder recorrer cada rincón de su cuerpo una y otra vez para toda la vida.
El celular del pelinegro suena y deja de sostener el nudo de su corbata, deja caer sus manos al costado de su cuerpo y suelta un enorme suspiro.—Voy a encontrarlos, rubio. Lo prometo.
Se observa por última vez en el espejo, acomoda su saco y luego se gira.—No me rendire —susurra, tomando el celular de la cómoda para luego salir de la habitación.
Mientras él desciende las escaleras una de las sirvientas las sube, hace una reverencia ante su presencia y continua su camino. Jeon guarda su celular en su bolsillo cuando ha leído el mensaje que el señor Kim, el padre de Hana le ha enviado.—Hora de irnos —alza su voz, al llegar a la sala, observando a los tres hombres que siempre lo acompañan.
Hoseok se pone de pie al momento en el que escucha la voz de Jungkook. Namjoon saca su arma, se asegura que lleve el cargador completo y luego le retira el seguro. Jin se pone de pie de manera silenciosa, guarda su nueve milímetros en la cartuchera y camina hacia la puerta pasando cerca de Jeon.
Todos abandonan la casa de Jeon en una de las camionetas polarizadas, Namjoon conduce la camioneta, Hoseok lo acompaña en el asiento del copiloto. Jin, por su parte, viaja en la parte trasera de la camioneta junto a Jungkook.—¿Estas bien? —pregunta con mirada y voz cuidadosa, Jin.
—Sí —murmura su respuesta el pelinegro.
—¿Qué te ha hecho cambiar de opinión? Te miraste en el espejo y te diste cuenta que te ves ridículo encerrado en tu habitación, mientras te hundes en la depresión por lo que hiciste —suelta sarcásticamente, Jin.
—No, aunque si me vi en el espejo por unos largos minutos —contesta Jeon a la pregunta burlona de su amigo.
—Ya, di la verdad —le pide seriamente, Jin.
—Recibí un mensaje del rubio —dice Jungkook, sacando su celular del bolsillo del saco.
—Estas bromeando —sonríe Jin, mientras observa a Jungkook.
—Claro que no —espeta en voz baja, Jeon, mientras extiende su celular para que Jin lo tome y observe el mensaje que Jimin le ha enviado.
Jin de forma rápida extiende su mano derecha y toma el celular de Jungkook, ve la pantalla del aparato la cual refleja y revela el mensaje que Jimin le ha enviado a Jungkook.—Mierda —alza un poco su voz, Jin. —Estoy que no me lo creo —agrega, llevando su mano izquierda a su boca para cubrirla—. Así que esto te ha hecho salir de la mugrosa habitación.
Jin le devuelve el celular a Jungkook.—Su mensaje y los tuyos —confiesa Jeon, tomando su celular.
—Casi llegamos al bar —informa Hoseok.
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The Black Angel Feather
AksiDos chicos, dos vidas totalmente distintas. Destino o casualidad la vida los unirá de una manera para nada peculiar. Dos jóvenes con pasados y vidas distintas unidos por la necesidad de sobrevivir de Jimin y el instinto protector de Jungkook. ¿Amor...