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Jungkook sube los escalones de forma lenta, mientras lo hace piensa en el plan que ha creado.
Suelta un suspiro cuando pisa el último peldaño, continua con su camino, pero se detiene frente a la habitación de Dai, el cual, mira caricaturas.

Sonríe y prosigue con su camino, está vez hasta detenerse dos habitaciones después, posa su mano sobre el pomo, lo gira y abre la puerta.

Taehyung lo mira mientras permanece sentado sobre una esquina de la cama, se pone de pie y observa a Jimin.

—Iré a cuidar de Dai —dice el castaño, despidiéndose del rubio.

—Gracias, Tae —susurra el menor, mientras lo mira abandonar su habitación.

El pelinegro, cierra la puerta, camina a pasos suaves, se retira la chaqueta y la lanza sobre la silla que se encuentra en la habitación de ambos.

—No lo hagas —habla primero, Jimin.

—Ya lo decidimos.

—No, no quiero que lo hagas.

El menor se acerca de forma rápida hasta su esposo.

—Jimin...

—No, no estoy de acuerdo, tú y yo no hemos decidido nada. Por lo tanto, no iras, no lo harás —lo interrumpe el menor.

—Todo saldrá bien —dice Jungkook.

—No, maldición. No, no iras —articula alterado el menor.

—Cariño, ¿dime qué te sucede? —le pide el pelinegro.

—Nada, no me sucede nada —responde Jimin, alejándose de Jeon.

—Rubio —susurra Jungkook, respetando el espacio de su esposo.

—No, Jungkook, no quiero que vayas. Mierda, ¿y si te pierdo? —la voz del menor se quiebra.

Alza su mirada y observa como los ojos color negro de su esposo, lo miran expectante.

—No seria capaz de ser fuerte si te pierdo, no me perdonaría nunca el haberte ocultado algo como esto —pequeñas lágrimas descienden por los pómulos del rubio. —Por favor, no vayas, no lo hagas —suplica el menor a su esposo, mientras cierra sus ojos al sentir las palmas de Jeon sobre su rostro.

—Estaré bien —le asegura Jungkook, limpiando el rostro de Jimin con sus dedos pulgares.

—No —solloza el menor, en desacuerdo.

—Lo hago por ti y por Dai, por nosotros —le explica Jeon, intentando hacer que su lindo rubio se tranquilice.

—¿Y qué sino funciona? —lo cuestiona el menor, molesto.

—Funcionara, cariño. Haremos que funcione —alza el rostro de Jimin. —Tú y yo somos uno solo, haremos que funcione —el rubio, no dice nada—. Vamos a acabar con ellos y lo haremos juntos.

Jimin, suspira.

—No quiero perderte —musita Park.

—No lo harás, te doy mi palabra.

—Tengo miedo —confiesa el menor.

—También tengo miedo, cariño, tengo miedo de perder mi vida —el pelinegro abraza a su esposo el cual, no tarda en responder el abrazo, aferrándose a la cintura de Jeon. —Tengo miedo de perderlos a los dos, rubio, son mi vida entera —el mayor deja un beso sobre la sien de Jimin—. Pero debemos hacerlo, debemos seguir el plan para evitar muchas cosas.

Por primera vez, el menor asiente.

—Estaremos bien ¿verdad? —pregunta Jimin, a recostando su rostro en el pecho de Jungkook.

The Black Angel FeatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora