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Busan/Corea del sur


Faltan cinco días para el enfrentamiento de clanes en Tokio. Tanto Namjoon y Hoseok en compañía de más hombres que trabajan para los Jeon, han sido reclutados.

Yoongi prepara las últimas armas necesarias, su instinto le dice que deben ayudar al tío de Jimin y unirse a él. Kobe quedará sin mandato y esa será una ventaja para ambos.

Un tatuaje se lo hace cualquiera y él sin duda está dispuesto a cederle el puesto en Kobe a su queridísimo y adorado primo, Jungkook.

Yoon piensa que de los dos a Jungkook le conviene quedarse en Japón debido a la cercanía que tiene con Jimin.

Por esa razón, Yoongi optó y pensó que al ganar el territorio de Kobe podía reforzar a Tokio. Además podrían traficar más cargamento hacia Japón si uno de ellos se encuentra del otro lado del charco.

Introduce una M-16 a una de las cajas, coloca su cargador en el respectivo lugar y luego cierra la caja colocándole los seguros.

Jeon, por su parte se encuentra recargado sobre el marco de la puerta observando el accionar de Yoongi.

—¿Todo listo? —pregunta Jung, cuando observa a Yoon asegurar dos cajas más.

—Así es —responde sonriente el de piel pálida. —Es una gran oportunidad, Jungkook —agrega, tomando asiento sobre una enorme caja llena de municiones.

Jungkook entra a la bodega a pasos lentos, una buena charla con su primo después de un largo tiempo no es una mala idea.

El menor toma asiento al lado de Yoongi para empezar una charla como en los viejos tiempos, solo que esta vez mezclando trabajo y vida personal.

—¿A qué te refieres con gran oportunidad? —inquiere el menor, acomodándose sobre la caja.

—Si ayudamos al tío de Jimin, Kobe puede ser nuestra —contesta feliz.

—¿Qué te hace pensar eso? —replica Jungkook, curioso.

—Tsubasa solo quiere su territorio, lo ha dejado claro. El dinero que está obteniendo gracias a nuestro cargamento es grande y lo sabe, encima nadie más de otro clan Yakuza o alguna otra mafia se atrevería a ayudarle sin ningún beneficio a cambio —argumenta de Yoon. —Lo que tú pediste fue que nuestra mercancía entrara y lo lograste, pero también tienes a Jimin y a Dai a los cuales proteges. Estoy seguro que el tío del rubio estará más que orgulloso por eso —sonríe plácidamente el chico de piel blanquecina.

—Insinúas en que nos dará Kobe en agradecimiento por proteger a mi rubio, y al enano —espeta sarcásticamente, Jungkook.

—Así es, hermano.

Yoon palmea el muslo de su primo felizmente cuando se da cuenta que ha captado su idea.

—No te ilusiones, Yoongi.

—Imagínate y eso sucede —menciona Yoon, ganándose una mirada de desaprobación por parte del menor. —Solo imagínatelo, Jung —le pide insistentemente el mayor.

Jeon, fastidiado asiente.

—El territorio de Kobe podría ser tuyo —extiende sus manos y una enorme sonrisa se forma en el rostro pálido de Yoongi.

—¿Por qué mío? —pregunta el menor.

—Porque el rubio se quedará con su tío, porque su tío se lo dará a él, porque el rubio pertenece a Japón y no aquí gracias a su lindo, pero peligroso tatuaje —le recuerda Yoongi.

—No necesito el territorio de Kobe —suelta Jungkook de mal humor.

—Yo sé que no lo necesitas, Jung, pero sabes que cuando Tsubasa tenga a salvo Tokio, Jimin volará a Japón y se mudará con él. Su abuelo le ha dejado una fortuna, yestoy seguro que tu chico no tiene idea de todo lo que su abuelo le ha dejado —canturrea Yoongi, cansando y enfadando a Jungkook.

—Jimin, no me dejará —articula el menor.

—No te ilusiones, Jungkook —el mayor toma las mismas palabras que antes el pelinegro le ha dicho—. Pero lo único que ataba a Jimin a Busan era su padre y tú mismo te has encargado de desaparecerlo.

Al escuchar todas las palabras que Yoongi ha dicho el menor se pone de pie y observa airado a su primo.

The Black Angel FeatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora