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Una semana ha pasado, el apartamento en que Jungkook y Jimin conviven junto a Dai, ha sido testigo de muchas cosas. Como por ejemplo; el amor que ambos se dan mutuamente, la forma en la que Dai es mimado por él y Jimin. Así mismo el amor que Jeon siente al tener al rubio y al enano juntos.

Jungkook está en pláticas con el padre de Hana para intentar obtener por si solo los casinos, pero le resulta difícil. Jimin, por su parte, se mantiene al tanto con su tío y todos los cambios que se hacen en Tokio.

Si bien, su tío ha decidido omitir el hecho de que no encuentra a su hermana y madre de Jimin y Dai, no quiere alterar a su sobrino, pero está seguro que lo hablara con Jungkook cuando pueda.

Actualmente, el rubio está en una llamada a larga distancia con su tío, el celular yace sobre la cama mientras lucha con Dai para que deje que lo vista.

—Dai, por favor —alza su voz Jimin, un tanto molesto.

La risa de Tsubasa no tarda en escucharse a través del aparato electrónico.

—No te burles, tío —le pide.

—Dai —lo llama Tsubasa.

El pequeño que corre de un lado hacia otro en la habitación se detiene al escuchar la voz de su tío.

—Shi —dice con una sonrisa que adorna su rostro.

—Deja que Jiminie te vista —le ordena Tsubasa.

El pequeño observa a su hermano frente a él sosteniendo una linda camisa color azul en sus manos.

—Shi —dice de nuevo.

A pasos rápidos, Jimin se acerca al pequeño y le coloca la camisa, mientras la puerta principal se abre.

—¡He vuelto! —grita Jeon.

Jimin esta por colocarle el pantaloncillo corto a Dai, pero cuando escucha la voz de Jungkook se aleja corriendo.

—Mierda —masculla el rubio.

Jimin lanza el pantaloncillo sobre la cama y toma su celular, le retira el alta voz y lo lleva a su oído derecho.

—Se ha ido —le informa el rubio.

—Solo ten paciencia, Jiminie —le suguiere entre risas su tío.

—¿Has pensado lo de los casinos? —inquiere Jimin, tímidamente.

—Claro que lo he hecho, pero necesito escuchar lo que Jeon piensa —contesta Tsubasa.

—Está bien.

El menor se lanza a la cama y observa como Jungkook entra a la habitación cargando a Dai sobre sus hombros.

El pequeño con su mano derecha se sostiene del cabello de Jeon, y con su mano izquierda intenta alcanzar el techo del apartamento.

—¿Cuándo vendrás de visita de nuevo tío?

—No lo sé, espero y sea pronto —responde Tsubasa.

Está seguro que no saldrá de Tokio a menos que sepa algo de su hermana.

—Dai y yo podemos ir a Tokio y visitarte —comenta Jimin.

Jeon, el cual, baja a Dai de sus hombros se queda por unos segundos observando al rubio que se encuentra sobre la cama, no deja de mirarlo hasta que consigue que Park lo mire a los ojos.

—Eso me parecería bien, Jiminie —dice feliz, Tsubasa.

—Sabía que te alegrarías, puedes decirme cuando y Dai y yo iremos a Tokio —agrega el rubio, tomando asiento observando a Jungkook.

El mayor niega y Jimin sabe que no lo dejara ir, pasa por alto el accionar de Jeon y toma los pantaloncillos cortos de Dai.

Juangkook se acerca a Jimin mientras carga a Dai, el menor aprovecha a colocarle los pantaloncillos.

—Los tenis, Jungkook —le pide al pelinegro.

—¿Jungkook está contigo? —pregunta su tío.

—Sí. Gracias —dice contestándole a su tío y agradeciéndole a Jeon.

The Black Angel FeatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora