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Un mes después...

Jimin


Llevo un maldito mes conviviendo con Jungkook. No es tan malo, hasta que a cualquier hora del día llega un hombre o una mujer y follan.

Cuando eso sucede en mi celular coloco música, entro al baño junto a Dai, y jugamos un poco en la bañera.

En estos momentos me encuentro subiendo los últimos escalones para llegar hasta el pequeño camino que me dirige a la habitación en la que Dai y yo dormimos.

—Rubio —me saluda el primo de Jungkook, seriamente.

Me detengo frente a su habitación y lo veo sorprendido.

—Hola —respondo, sin dejar de mirarlo.

Si bien, el que menos quiere que este en la enorme casa de Jungkook además de mí, es Yoongi.

Intento comprender a todos en la casa y he llegado a la conclusión que con él debo esperar a que tenga ánimos para conversar.

—Vibra algo —señala el bolsillo de mi pantalón.

Asiento rápidamente y coloco a Dai en el suelo.

—Aba —dice Dai, acercándose a Yoongi.

—Ven acá, Dai —le pide.

Saco mi celular del bolsillo, observo la pantalla y me doy cuenta que es mi tío.

—Es mi tío —murmuro.

Yoongi carga a Dai, toma mi antebrazo y me fuerza a entrar en su habitación. No tengo idea del porque actúa de esa manera hasta que escucho unas risas juguetonas, quisiera agradecerle, pero sería estúpido al igual que Jungkook.

—No debiste fijarte en Jung —parlotea.

Niega constantemente mientras me da la espalda y camina hacia la cama aun cargando a Dai en brazos.

—Atendere —digo, tratando de no caer en esa estúpida conversación que siempre tengo con Taehyung, cuando viene por las noches a visitarme. —Tío —atiendo impaciente.

—¡Jiminie! —escucho su voz eufórica. —Estoy en Busan ahora. Yuto, me envió la dirección del bar en el que trabaja tu amigo, nos vemos allí en media hora y luego me reuniré con Jeon —asiento a todo lo que mi tío dice.

—Claro, estaré allí —cancelo la llamada y observo a Yoongi.

—¿Y? —alza sus cejas de forma graciosa, pero cuestionadora.

—Debo ir por él en media ahora al bar en que trabajaba anteriormente —lo pongo al tanto.

Yoongi deja a Dai en el suelo.

—Vamos a cambiarte de ropa, ven acá, cariño —aplaudo para llamar la atención de Dai, el cual, sonríe y camina hasta a mí con su hermosa sonrisa.

Abro la puerta de la habitación de Yoongi y antes de salir me dirijo a él.

—Puedes decirle a Jungkook que necesito que me lleve a ese estúpido lugar —le pido.

Yoongi, se pone de pie y camina hasta a mí.

—No dejes que Jung te trate de esa manera, rubio —me aconseja.

—¿Qué te sucede? —lo cuestiono, incrédulo a sus palabras.

—Simplemente creo que eres un buen chico y no mereces ser tratado de esta manera —contesta.

Abre más la puerta y observa hacia fuera.

—No soy tan bueno como crees —replico, con una sonrisa burlona en mi rostro.

—Te vi usar la Katana y no eres tan bueno —bromea, recargando su cuerpo en el marco de la puerta.

Se cruza de brazos y me observa de forma divertida.

—No soy bueno, soy el mejor —me defiendo.

—Lo que vi fue una mierda, rubio —se ríe sin perder su semblante intimidador.

—Si tenemos un duelo seguro y mueres. Taehyung, no es muy bueno con la Katana —tomo la mano de Dai y hago que salga de la habitación.

—Muero por ver eso —balbucea entre risas.

—Idiota —sonrio, saliendo de la habitación.

Yoongi, sale de su habitación y escuchamos un gemido horrible proveniente de la habitación de Jungkook. Ambos nos observamos, hago una línea con mis labios y sonrió un poco, viendo a Dai y luego al chico de cabello grisáceo frente a mí.

The Black Angel FeatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora