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Tokio/Japón


Por la noche, todos esperan por la presencia del líder de Tokio. Tsubasa, no hace acto de presencia en la cena que se supone tendría con su sobrino.

—Seguro y le surgió algún improvisto —habla Ravi, mientras toma su cubierto.

—¿Deberíamos esperarlo? —pregunta Taehyung, observando como su novio llena su boca con comida al igual que Ravi.

—Lo hemos esperado por más de una hora, Tae —esta vez el que habla es Jimin.

Una de las sirvientas le acerca un pequeño plato para que pueda darle comida a su hermano.

—Ok —el castaño toma su cubierto y se dispone a cenar al igual que todos los demás.

Luego de la cena, todos toman rumbos diferentes. Yoongi y Taehyung deciden pasar tiempo juntos. Ravi opta por descansar, Jimin por su parte juega con Dai y luego se asegura de hacerlo que descanse.

Cuando el rubio logra que su hermano duerma lo deja en la habitación y decide salir al jardín trasero de la enorme casa de su tío.

—Lo siento, no quería interrumpir —se disculpa el rubio, cuando ve a Ryuu observando el cielo lleno de estrellas que acompañan a la hermosa y enorme luna llena.

—Esta bien, no interrumpes nada, yo ya había terminado —dice con voz nerviosa el japonés.

—Debe ser difícil —Jimin se acerca más a Ryuu.

—Con el pasar del tiempo te acostumbras a no tener a esa persona a tu lado. Te acostumbras a vivir solo con los recuerdos y a seguir con tu vida —Ryuu gira su rostro y observa a Jimin.

—Tienes razón —dice sonriendo débilmente el rubio.

—Debes aprender a soltar el dolor por la muerte de tu padre y seguir con tu vida, rubio —le recomienda el japonés. Girándose sobre sus talones.

—Como si eso fuese fácil —se ríe Jimin, girándose de igual manera para poder quedar frente a Ryuu.

—Nadie ha dicho que lo es, pero si te aferras al dolor, se convierte en enojo y resentimiento, ¿o no? —lo observa fijamente el japonés. —Todo lo que le dijiste a Jeon, sabes que es mentira, pero finges que es verdad porque es lo que el enojo te hace decir —Ryuu hace una pausa—. Piensa en lo que querría tu padre para ti, rubio.

Jimin, traga grueso y cierra sus ojos para evitar el contacto visual con el japonés.

—Él solo querría que yo fuera feliz —habla bajo, Jimin.

—¿Y lo eres? —pregunta Ryuu. —¿Eres feliz, Chim? —pregunta de nuevo, pero algo dentro de Park sabe que no es más Ryuu el que se dirige a él.

El japonés nunca lo ha llamado de esa manera.

—Pa..., papá —solloza Jimin, al saber que puede que en todas las tradiciones japonesas que existen, su padre pueda estarle hablando a través de Ryuu.

—¿Eres feliz, Chim? —pregunta por tercera vez.

—No, no lo soy —responde Jimin.

—¿Por qué mi Chim no es feliz?

—Porque tú no estás aquí —Jimin no evita llorar.

—Dime la verdad del porque no eres feliz, Jiminie –le pide como si la respuesta que ha recibido no fuese suficiente.

—No lo sé —solloza el rubio.

—Claro que lo sabes, hijo. Nunca serás feliz sin el amor a tu lado, por eso tu madre y yo fuimos infelices.

Jimin escucha atentamente y es imposible que pueda luchar contra sus lágrimas.

The Black Angel FeatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora