67

92 22 2
                                    

Jungkook se encuentra con sus ojos abiertos mientras sostiene en sus brazos a su lindo rubio.
La puerta de la pequeña sala se abre y el pelinegro gira su rostro hacia la izquierda para enterarse de quien se trata.

—Volveré después —dice entre susurros, Ryuu.

El pelinegro, asiente y observa como la puerta se cierra nuevamente.
Jimin se remueve un poco soltando un pequeño suspiro.

—¿Por qué eres tan cómodo? —pregunta, acomodando mejor su rostro en el pecho de su esposo.

—No lo sé, pero hay algo que sí sé.

El menor hace contacto visual con el pelinegro.

—Dime —le pide Jimin.

—Sé que te amo —el menor sonríe. —Y que debemos hablar, rubio —la sonrisa de Park se desvanece.

Jimin, intenta ponerse de pie, pero los fuertes brazos de Jungkook se lo impiden.

—Dije en serio lo de anoche —le recuerda el mayor.

—Lo sé, Jungkook.

—Sé que eres líder de los Ángeles Negros, y del clan de Kobe, que impones reglas y ellos obedecen

—Jung...

—No rubio. No soy uno de tus Yakuzas, soy tu esposo, tu pareja, tu familia —le recalca Jeon, con voz molesta y semblante serio—. Será la primera y la última vez que me voy sin ti en una situación como esa.

—Dai siempre está con nosotros —se excusa el chico.

—Entonces desde ahora, le dirás a la loca y atrevida pelirroja que al único que debe cuidar y poner a salvo es a nuestro hijo.

Jimin se zafa del agarre de Jungkook y se pone de pie.

—Porque yo se cuidarme y defenderme solo —culmina el pelinegro, poniéndose de pie.

—Creo que estas mal interpretando las cosas, Jungkook —habla Jimin, luego de haber escuchado a su esposo.

—Creo que las tengo claras, rubio.

—No, no es así —dice a la defensiva el menor. —No quiero decirte que hacer y mucho menos hacerte creer que no puedes cuidarte y defenderte solo. Es difícil para mí el tener que pedirte que te marches o el tener que viajar sin ti —el rubio hace una pausa—. En serio odio hacer eso, pero tengo que hacerlo.

Jeon niega y ríe con indignación.

—Me dejas fuera, es lo que haces.

Park se lleva las manos a la cintura y suelta un bufido.

—Porque no son mis problemas, ni mis peleas, aunque eso te involucre a ti luchando contra asesinos.

Jimin niega, lleva su mano derecha a su sien.

—Estas muy equivocado si piensas que volveré a dejar que hagas lo mismo —lo señala con su dedo índice el mayor. —Cuando tú y yo decidimos empezar algo serio, me pediste ser sincero contigo, creo que después de lo que hice con tu padre he sido completamente abierto contigo —el celular de Jungkook empieza a vibrar. —He hecho y sigo haciendo mi parte, pero tú al parecer no —el pelinegro saca su celular del bolsillo de su pantalón.

—No es fácil, Jungkook.

—¿El qué no es fácil, rubio? El no salir fuera de casa porque no quieres que nos vean juntos. Eso no es fácil y lo he hecho sin protestar.

—Jungkook, por favor —Jimin empieza a caminar en dirección a su esposo.

—¿Qué mierda ocultas? —lo confronta Jeon.

The Black Angel FeatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora