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Una semana ha pasado y el plan sigue en marcha.

Jimin en Kobe junto a Ryuu, se habían dejado ver por toda la ciudad tomados de la mano, junto a Dai, siendo escoltados por tres Yakuzas y tres Ángeles Negros.

Los rumores se esparcían tan rápido que el esposo del menor, se enteró el mismo día.

Además de despistar al enemigo de esa forma, sus hombres encubiertos se encargaban de sacar el oro e información del santuario de Kamakura, para enviarlo a Busan junto a Jin, donde Hoseok esperaba con los hombres de Jeon.

Jungkook, por su parte, aún en Hakone, territorio dominado por su primo Jeon Yoongi, se encarga de reunirse con Washi para hacerlo morder el anzuelo.

—Jung, sino lo consigues ahora.

—Si lo conseguiré, ahora cierra la maldita boca y déjame todo a mí —dice exaltado el menor de los Jeon, marcando el número del líder de Hiroshima. —Tengo lo que quieres —habla Jungkook, impidiendo que el japonés diga una sola palabra.

—En alta voz —susurra Yoon.

El pelinegro, sonríe forzadamente y hace lo que le pide.

—Sé donde se encuentra el oro junto a la información.

Taehyung se acerca a su prometido, luego de haber escuchado las palabras de Jungkook.

—Mira, Jeon...

—Espera y escúchame, Washi. Estoy harto de esperar, quiero mi dinero, nos apresuramos o empezamos una guerra entre tú clan y mi ciudad —le habla claro el coreano, haciendo que una sonrisa de orgullo se plasme en el rostro de Yoon. —Decide, porque no pienso esperar más tiempo —lo sentencia el menor de los Jeon.

—¿Qué es lo que crees que tienes, Jungkook? —pregunta el japonés.

—Tengo el lugar y como tengo el lugar, lo tengo todo —se mofa el pelinegro.

Mientras Taehyung lo mira con sus brazos cruzados y su ceja izquierda alzada.

—¿Estás seguro? —cuestiona Washi, ahora con voz más interesada.

—Muy seguro. El prometido de mi primo me soltó todo después de una ronda larga de soju.

Los ojos de Taehyung se ensancha al mismo tiempo que sus cejas se elevan.

—Y bueno, luego Yoon me lo confirmó —una leve risa se escucha salir del aparato electrónico.

—Bien, habrá una fiesta de clanes, solo asisten líderes y sus hombres de confianza. Necesito que asistas, te presentaré al resto para poner en marcha un plan, y conocerás a Shiromatsu. Nuestro objetivo.

La mandíbula de Jeon se tensa al escuchar lo último.

—Claro —se limita a decir.

—Tú pareja puede venir —le dice Washi.

—Jin, regresó a Busan, debía atender unos cuantos negocios en mi nombre.

—Entiendo, entonces no te preocupes, te conseguiremos algo en la fiesta —dice entre risas el japonés.
—Nos vemos en unas horas, Jeon —se despide Washi, para luego cancelar la llamada.

—Te conseguirá algo en la fiesta, eso suena genial —suelta, emocionado Yoongi.

Taehyung, bufa, con su mano derecha golpea el abdomen de su pareja.

—Sí, genial porque Jimin estará en esa fiesta también, le envié su traje ayer —habla el chico, sonriendo complacido.

—Taehyung —le llama la atención, Yoongi.

—No me agradas, pero debo conseguirte que usar, imbécil —el chico se gira, dejando a los primos solos.

—¿Qué esperas? ¡Sígueme! —alza su voz, Kim.

—No le grites, Jung —lo señala el mayor.

—Sí, sí —dice con desagrado el menor.

En las horas restantes, Jungkook y Taehyung discuten, se dan miradas desafiantes y al final llegan a una conclusión, no pueden estar juntos por mucho tiempo, porque no se toleran el uno al otro, pero intentan no golpearse por un lindo y amigable rubio.

—Parece como que busco pareja —se queja Jeon, saliendo a la sala en la cual, Yoon y Kim esperan por él.

—Pareces un atractivo mafioso.

Yoongi ve a su pareja, luego de escuchar ese comentario de su parte.

—Dije que parece atractivo, no que lo fuera.

Camina hasta al pelinegro y deja suelto tres botones de su camisa, dejando ver parte de sus pectorales.

—¿No crees que estás exagerando, amor? —lo cuestiona Yoon.

—No, para nada. Deseo que mi mejor amigo se emocione al ver al imbécil de esa forma, mientras tu primo se muere de celos y de ganas de castigarlo cuando vea a Chim.

Ambos primos se miran.

—Taehyung —lo reta Yoon.

—Insinúas en que mi rubio, mi lindo rubio, vestirá de forma...

—De forma sexi y atractiva. Pues claro, me lo agradeces luego, imbécil —habla orgulloso el castaño.

—Tae, estas excediéndote un poco. Jungkook no se va a controlar y mandara todo a la mierda —añade el mayor de los Jeon.

—Él va a controlarse, porque si no lo hace sabe cuáles serán las consecuencias, y si eso pasa, voy a cortarle los testículos con tu Katana —señala a su pareja, mientras mira fijamente a Jungkook.
—Ahora vamonos, no quiero llegar tarde —les pide a ambos.

Yoongi toma su saco y camina hasta el umbral de la puerta, pero se detiene al escuchar las quejas de su primo.

—¿Qué mierda haces? Muévete —le ordena al menor.

—Estoy llamándole a Jimin, pero no atiende.

El rostro de Yoon se vuelve neutro, no comprende porque su primo debe ser tan celoso y posesivo con Park.

—No jodas, Jung. Muévete —le pide irritado el mayor.

Jungkook toma su saco largo en conjunto con su pantalón, camina hasta llegar al lado de Yoongi.

—Escúchame bien, idiota —se dirige Yoongi a Jungkook, luego de haberle arrebatado el aparato electrónico de la mano —Si echas a perder el plan debido a tus malditos y locos celos, te juro que dejaré que Taehyung te corte los testículos con mi Katana —le hace saber—. Concéntrate, recuerda que seguimos un plan, plan que tú mismo ideaste. Así que más vale que te controles, sino quieres perder a Jimin.

El menor se limita a escuchar a Yoongi, sus dientes se presionan tan fuerte, que se puede notar la fuerza que ejercen los músculos de su mandíbula.

—Estaré en ese lugar al igual que Ravi y Ryuu, si algún estúpido quiere sobre pasarse con el rubio, intervendremos, tú no te metas. Mantente al margen, recuérdalo.

Jeon asiente.

—Es ahora cuando debes convencerlo que entre tú y Jimin, no hay nada. Te invitaron por esa razón y para que les digas donde se encuentra todo.

—Lo sé —susurra Jungkook.

—Si ese idiota te lleva un chico o una chica, síguele el juego, pero no te pases porque si lo haces y luego Jimin quiere matarte con su hermosa y poderosa Katana, no te defenderé —lo sentencia Yoongi.

Ambos salen de la casa, el mayor entra al auto junto Taehyung, y Jungkook por su parte se queda por unos segundos frente a la camioneta en la cual sus hombres esperan por él.

Suspira, mira la pantalla de su celular, entra al chat de su esposo, escribe la palabra te amo, lo envía y luego entra a la camioneta, decidido a seguir su plan a cabalidad. 

The Black Angel FeatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora