79

131 27 0
                                        

Cuando Jungkook sale del lugar busca la camioneta en la que ha sido transportado, pero no la localiza, bufa, mientras su entrecejo se frunce.

Su celular suena, lo atiende sin siquiera prestar atención de quien es la persona que le llama.

—¿Qué? —atiende con voz tosca.

—Es así como atiendes una llamada de tú lindo y sexi, esposo —habla Park, al otro lado de la línea.

El rostro de Jeon se relaja.

—Cariño —articula el mayor, con voz dulce.

—¿Qué tiene molesto a mi esposo? —lo cuestiona Jimin.

—No encuentro la camioneta —responde molesto, Jungkook.

—Déjame darte una pista, amor —dice el rubio.

A lo lejos se escucha el claxon de un auto sonar repetidas veces. Jeon, gira su rostro en dirección proveniente del ruido.

—Date prisa —habla con voz seductora el menor.

El mayor, camina por la acera, mira las luces de la camioneta encendidas, cuando está por llegar se dirige a su pareja.

—Más vale que estés dentro, rubio —lo sentencia el pelinegro.

—No lo sabrás hasta que vengas —continúa con el juego el menor.

Cuando Jungkook está por abrir la puerta trasera de la camioneta, está repentinamente arranca y luego se detiene.

—Eres demasiado lento —se burla Jimin, por medio de la llamada telefónica. —Inténtalo de nuevo, cariño —le pide el rubio.

El pelinegro suspira y decide intentarlo una vez más, y nuevamente la camioneta arranca.

—Vamos, amor, se más rápido —le pide juguetonamente, Park.

—Espero te estés divirtiendo, porque si no estás dentro de esa maldita camioneta, el único que va divertirse cuando te encuentre seré yo. ¿Me escuchaste? —lo cuestiona Jeon, caminando nuevamente en dirección a la camioneta.

—¿Estás amenazándome? —le pregunta el menor.

—No, rubio. Te estoy advirtiendo —le responde el pelinegro.

Por tercera vez, Jungkook se acerca a la camioneta, pero cambia su celular a su mano izquierda, saca su arma de la cartuchera y antes de que apunte a la ventanilla del copiloto, la puerta se abre un poco.

—Sino estás dentro, voy a ir a buscarte —le da otra advertencia, Jungkook.

Está vez el menor no dice nada, Jeon abre la puerta por completo luego de haber guardado su arma.

—Hola, guapo —lo saluda el rubio, sentando sobre el asiento del conductor.

—Jimin —articula Jeon.

—Ya sé, me amas y estás loco por mí —dice el menor, arrancando la camioneta, luego que el pelinegro ha entrado.

—¿Tan seguro estás? —inquiere Jeon.

—No lo sé, porque no me lo dices tú —habla de forma provocativa el menor.

—Por qué no mejor te lo demuestro, rubio —murmura Jungkook, desviando su mirada al llamativo y sexi atuendo que su esposo viste.

-—Bueno, después de ver cómo la rubia estaba sentada sobre tus piernas, no estoy seguro de tus acciones o palabras, cariño —réplica Jimin, sin dejar de conducir.

—Estaba actuando. Mierda —masculla caprichoso el pelinegro.
—Y qué me dices tú, dejando que Ryuu te toque —contra ataca el mayor.

El rubio gira su rostro hacia la derecha, mira a su esposo con semblante serio y luego suelta una carcajada, para volver su atención al frente del camino.

The Black Angel FeatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora