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Jungkook


El resto de la noche intento dormir, pero me resulta casi imposible conciliar el sueño. Mi mente da vueltas y sin duda alguna pienso una cosa tras otra. Ninguno de mis pensamientos es bueno, trato de unir una idea con otra y lo que resulta es un maldito problema.

Me siento al borde de la cama vistiendo solo mi pantalón de ceda de dormir, llevo mis manos al cabello llevándolo hacia atrás dejando salir un enorme suspiro. Bajo mis manos y las coloco sobre mis muslos, sé que no dormire y si lo hago sera solo una simple siesta.

Me pongo de pie, tomo mi bata y luego hago un nudo en con la cincha en mi cintura, salgo de una de las habitaciones de la casa, bajo los escalones y busco unos cigarrillos en la mesa de la sala de estar y lo enciendo. Aspiro un poco de nicotina disfrutando de esta, me dirijo a la puerta principal y salgo al patio, camino durante mucho tiempo mientras con cada calada que le doy al cigarrillo este se hace cada vez más pequeño.

—¡Jungkook! —escucho un grito.

Arrojo lo que resta del cigarrillo y lo piso, me giro y veo como Jin se encuentra de brazos cruzados observándome desde los escalones de la casa.

Alzo mi mano izquierda y me dispongo a caminar hacia donde Jin se encuentra.

—¿Qué haces? —me cuestiona, cuando estoy a solo dos escalones de llegar a él.

—No puedo dormir —respondo, quedándome frente a él.

—¿Me dirás que piensas? —camina hacia dentro de la casa.

—Puede ser —bromeo.

Llegamos a la sala y ambos tomamos asiento en el sillón más grande, uno al lado del otro.

—¿Está o estamos en problemas? —indaga.

Jin, es un mar de preguntas y yo soy un sinfín de ideas que no nos llevan a nada bueno.

—Está en peligro y nos queda claro —retiro mis pantuflas y subo mis pies sobre la pequeña mesa frente al sillón.

—¿Crees que Jimin esté involucrado en algo serio? —toma un poco de maní con su mano derecha del pequeño depósito que las sirvientas dejan para Yoongi.

—Así parece, Jin. Los Yakuza lo buscan y la agenda del padre tiene el dibujo de un dragón y estoy casi seguro que es el mismo que el rubio tiene en su espalda —confieso, observando fijamente el cielo falso.

—Mierda, crees que él...

Niego unas cuantas veces.

—No puede ser.

Siento la mirada de Jin, sobre mí.

—Tengo algunas ideas y ninguna es buena —desciendo mi rostro y observo a mi amigo.

—Debes hablar con él —se pone de pie.

—En mi habitación en el segundo cajón de la mesa de noche se encuentra la agenda del padre de Jimin. Quiero que busques alguna similitud con su tatuaje —le ordeno.

Jin asiente para luego dejarme solo.

Me acomodo en el sillón y cierro mis ojos intentando detener las ideas que rondan mi mente, creo que no lograre dormir, pero al parecer logro lo que quiero. Escucho a lo lejos unos leves susurros, los cuales, decido ignorar y continuar durmiendo.

—Joven Jeon —escucho—Joven Jeon.

De manera lenta abro mis ojos y veo a una de las sirvientas.

—Sí —articulo con voz adormilada.

—El joven Jin, quiere verlo en su habitación —anuncia.

Cierro mis ojos por unos segundos más, me pongo de pie y luego subo las escaleras para ir a la habitación de mi amigo.

The Black Angel FeatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora