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Lizzie.

—¿Entonces lograron todo eso con terapia? —pregunté sorprendida por la forma en que mi hermana ya avanzaba más de media hora de camino.

—Como te dije, quería estar tranquila. Contraté algunas trabajadoras, enfermeras y sobre todo terapeutas físicos. Ha sido duro, pero no imposible.

—Pero es que no me lo creo, es... Sorprendente, Ashley —admití maravillada.

Mi hermana sonrió. No dijo mucho, y notaba que no quería que la charla se basara en su tratamiento, pero ¿cómo no iba a insistir? Me he pasado creyendo que no volvería a caminar y aquí está... Ella... ¡Dios!

—¿Qué hay de nuevo en tu vida? ¿cómo va la escuela?

Hice una mueca y la oí reír. Eso es lindo, extrañaba mucho su risa.

—De acuerdo, dejaré esas preguntas de lado, ¿estás escribiendo?

Nuevamente mi rostro dijo más de lo que esperaba, provocando que Ashley se burlara con muchas ganas de mí.

—Bueno, creo que tal vez yo debería proponer los temas de conversación.

Ella asintió. Nos sentamos en una banca del jardín de James, mi hermano realmente tiene un lindo hogar.

—¿Planeas quedarte mucho?

—Por las vacaciones, así podremos ponernos al día.

Dos meses. Excelente.

—Eso me hace muy feliz, no voy a mentir. ¿Has conocido a alguien en los últimos años?

—Si tu pregunta va enfocada a si he tenido sexo, sí. Con un enfermero, tuve que despedirlo luego de eso, se volvió incompetente.

Reí.

—Siempre he admirado la forma en que tienes la cabeza tan fría respecto al amor.

—No es mi cosa favorita en el mundo. No creo en el enamoramiento porque me ha costado toda la vida, pero claro que me gusta el sexo, simplemente no puedo enamorarme del todo.

—¿Él estaba intenso?

—¡Muy! Quería quedarse en casa para cuidarme por las noches y antes de dormir me besaba y susurraba cosas como... "descansa, cariño". No es mi madre.

Dejé escapar una risotada y ella se vio contagiada por mi risa. Ambas comenzamos a reír como si se nos fuese la vida en eso.

Es realmente reparador reírte con tu hermano o hermana, no recordaba esto.

Mientras secaba algunas lágrimas que me empaparon las mejillas a causa de la risa, ella se me quedó viendo con una sonrisa muy dulce.

—Te extrañé muchísimo, Elizabeth. No sabes toda la falta que me hiciste en el proceso, pero estoy feliz de poder verte a día de hoy y... Estar cerca —tomó mi mano.

Sonreí estrechando nuestros dedos.

—¿Sabes? Creía que te generaría rechazo siempre —ella intentó interrumpir, pero no la he dejado —. No, no, yo sé que... En su momento has tenido tus dudas conmigo, y lo comprendo... Ese accidente...

—No fue tu culpa, Lizzie.

—Ashley, Mary Kate era tu gemela. Ella regresó el auto, porque yo le dije que si iría a la reunión de los Downey, ¿y luego? Me rescató, me sacó de allí antes de morir.

Ashley dejó escapar un suspiro. Sé que ha de ser difícil hablarlo, pero nos debemos esto.

—Yo estaba bebida, Lizzie —confesó —. Mary Kate nos sacó a ambas, y no contaba con que sus contusiones habían sido graves, ella siempre fue muy fuerte, temía por ambas. De no ser porque yo insistí en conducir, ella estaría aquí. No fue tu culpa, fue la mía.

Laguna negra |Scarzzie|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora