37°

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Scarlett.

La noche fue tranquila. Elizabeth durmió sin voltear su cuerpo hacía mí, yo observaba el cielo de la habitación sin mayor preocupación.

No tenía motivos para preocuparme. No hemos hablado demasiado, solo lo suficiente.

Cosas que ya sabíamos. Hemos compartido besos.

Ha sido todo.

¿Qué podría yo pensar sobre esto? Intento no hacerlo demasiado, porque... Sé que deseaba besarla, pero... ¡No me gustan las mujeres! Me gusta Elizabeth. Lo sé, me gusta ella. Nunca me interesó otra mujer, pero ella sí.

No quiero darle tantas vueltas a esto, porque no pienso lastimar a Elizabeth, solo quiero aprovecharlo... Necesito entenderme, pero es un proceso... Supongo.

Me giré a ver mi móvil. Más llamadas perdidas de Ryan...

No contestaré. Hasta que llegue al internado.

Me puse de pie, busqué mi ropa y me metí a la ducha de la habitación, no me tardé demasiado. Al finalizar mi baño salí creyendo que me encontraría con Elizabeth durmiendo aún, pero no fue así.

Con el cabello escurriendo el agua de la ducha, bajé hasta la cocina. Me encontré con mis pequeños despiertos y muy felices charlando con Elizabeth.

Me detuve en la entrada a verlos.

—Papi ha dicho que estaría pronto con nosotros, y fui muy triste. Papi nunca está, siempre trabaja. Creo que no nos ama.

Mi pequeño hablaba de ello con naturalidad mientras Elizabeth detenía la preparación del desayuno para acercarse a él.

—Tu papi debe amarte demasiado, es difícil... De seguro él también se pone triste al estar lejos de ambos... Pero... ¿Cómo no va a quererlos? Son sus hijos y son... ¡Asombrosos! Yo ya los quiero.

—Quiero Lilly — dijo Rose emocionada —. Mami quiere Lilly.

Elliot besó la mejilla de su hermanita y ella volvió a centrarse en sus cereales. Elizabeth acarició el cabello de mi pequeño despeinándolo un poco antes de volver a lo suyo.

Él parecía tranquilo.

—Buen día... A todos.

Elizabeth se dio la vuelta, señaló la cafetera.

—¿Desea un poco de café?

—Por favor, pero puedo servirme sola.

Ella negó.

—Es mi invitada, además James volverá para llevarlos al internado en un rato, dijo que debían desayunar antes, el camino es largo.

—¿No irás?

—Eh, depende.

Me senté junto a mis pequeños, levanté la mirada y ella suspiró en cuanto se detuvo para servirme café.

—No haga eso.

—¿El qué? — pregunté fingiendo no tener idea.

—Verme con esos ojos y esperar a que le diga que iré.

—¿No irás?

—Mhm... No lo sé.

—¿Qué debe pasar para que vayas?

—James tendría que quedarse. Es semana libre y desea que esté aquí con él.

Tiene razón, pero realmente deseaba tenerla cerca, aunque mientras esté lejos de Aubrey, me parece bien de todas formas.

Laguna negra |Scarzzie|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora