Laguna negra |Scarzzie|

91°

Scarlett.

Mis padres se encontraban de un lado del salón, mis suegros frente a ellos, contaban historias sobre nuestras vidas, y veía a mi novia formar parte de eso con alegría.

Elliot y Rose jugaban en el centro del salón con los cachorros a quienes habían reunido como de costumbre los jueves por la noche.

Es extraño como en menos de un año, toda mi vida como la conocía cambió.

Las reuniones familiares dejaron de ser un pronóstico de ansiedad en la boca del estómago, la acidez que me generaba solo pensar en mis suegros, en Ryan y en mis padres en una misma habitación mientras mis hijos guardaban silencio escaleras arriba... Y hoy no.

Hoy puedo leer un libro mientras participo de algunos momentos de la charla o me apoyo en el hombro de la mujer a la que amo.

Una mujer, aún es extraño, pero se siente muy mío.

—¿Entonces Scarlett llevó a este chico y simplemente dijo que era su novio?

—Tuvo muchos novios —dijo mamá y Elizabeth me observó un segundo —. Pero ese chico en particular, debiste verla, decía "mamá, prometo que es un buen chico", pero en cuanto Karsten le preguntó su edad, supimos que debíamos sacarlo de casa.

—¿Qué edad tenía?

—¡Dieciséis y ella trece! —dijo espantada —. Scarlett tenía un pésimo gusto para elegir.

—¡Hasta el matrimonio! —se quejó papá y le hice callar con una seña. Mis pequeños parecían no haberse percatado.

Elizabeth sonrió.

—Ni lo digan... —murmuró.

—Además, siempre eran muchachos mayores.

—¡Excepto por aquél de apellido Sanders!

—¡Oh, Timmy! —dijo mamá con una sonrisa.

—Supe que ahora tiene un esposo —comentó mi padre —. Siempre lo supe, la verdad...

Giré los ojos. Aún recuerdo cuando me dijo que no le sorprendía que las mujeres me gusten... ¡David Bowie y Timothy no tienen nada que ver en eso!

—Ese muchacho vestía como David Bowie, creí que ella se casaría con él —dijo mamá —. Pero conoció a Ryan.

Mis suegros intercambiaron una mirada, mi chica se levantó.

—Iré a ver si está listo el postre.

Me levanté tras ella al ver que la charla siguió con naturalidad luego de eso.

Encontré a Elizabeth revisando las galletas en el horno de su madre, me acerqué para tomar su cintura, y pegando mi pelvis a su trasero, la hice sobresaltar.

—¡Scarlett!

—¿Por qué huyes de ellos? —pregunté.

—No sé de qué hablas.

—Oh, sabes de qué hablo, mejor dicho de quién.

La rubia suspiró.

—Es difícil hablar de él, ¿sabes? Mis padres no tienen ni la menor idea de lo ocurrido entre ambos, creen que siempre fui solitaria hasta que les comenté sobre mi gusto por las chicas y me vieron salir con un par, o con un muchacho, pero... Cuando sepan que ese Ryan que reconocen de mi pasado, es tu Ryan... —suspiró apartándose de mí —. Me avergüenzo mucho, Mary Kate no les dijo la verdad, maquilló algo... Me cubrió, y tampoco deseo decirles la verdad, no quiero que su visión de ti o los niños cambie, pero no hacerlo significa que crean que no soy honesta contigo, porque...