16°

2.4K 430 575
                                    

Lizzie.

—Mamá ha dicho que debes cuidarla.

—Ya, que lo sé.

Sonreí tomando la tela y envolviéndola en mi cuello. Adoro los trabajos de mamá, sus bufandas siempre son las mejores.

Solía hacerlas iguales para sus cuatro hijos, eso era lindo.

James me observó con una sonrisa por un momento antes de hablar, lo noto... ¿Preocupado? No lo sé, es difícil leerlo realmente. Él es tan... Cerrado emocionalmente, la expresión no es lo suyo si no es mediante palabras y escritos.

—¿Esto que has escrito es por alguien?

James parecía intrigado. Negué.

Tomó mi libreta y la movió de un sitio a otro analizando mi escritura.

—¿Qué?

—Letra temblorosa. Estabas nerviosa. ¿Quién es la morena de ojos oscuros que parece cautivarte tanto? ¿Hojas en la mano? ¿Lectura? Es una mujer mayor, eso puedo notarlo.

Me sonrojé.

—Tengo compañeras que leen...

—Pero no te avergonzaría reconocerlo si fuese una chica de tu edad. ¿Quién es?

No sabía cómo refutarle aquello a mi hermano, él era sabio. Llevaba tanto escribiendo que incluso sólo con oírme leer lo que hice, habría descubierto que en efecto, mi musa es real. Existe.

—¿Me citaste aquí para cuestionarme?

Él comenzó a reír y tomó su bolso. La campana acaba de sonar indicando el final del almuerzo.

—Te cité aquí porque quería ver si ya comenzabas a escribir, me alegra saber que sí, pero desearía conocer a tu musa.

Por primera vez esa mueca divertida me pareció falsa. Él temía.

—¿Por qué?

—Sólo quiero saber quién es.

—Dudas. ¿De mí?

No contestó.

¿Acaso él piensa que volveré a cometer el mismo error que antes? No está lejos de ser cierto, pero yo me estoy apartando... No haré nada.

No quiero dañar a nadie.

—¿Es en serio? Creí que todos dejaríamos atrás el asunto, creí que...

—No desconfío de ti — interrumpió —. Sólo quiero cuidarte, eres mi hermana pequeña y definitivamente no quiero que cometas otro error.

—Sé que debo cuidarme de ciertas cosas, gracias.

James me observó fijamente.

—No quise hacer sonar esto como si tu fueses el problema...

—No, yo... Lo entiendo. De cualquier manera, no es que me sienta como si no fuese mi culpa.

James sabía de la historia.

Él estuvo en casa, papá y mamá salieron aquella semana, Ashley y Mary- Kate me encontraron llorando en el cuarto.

¿Cómo podría explicarle a mis hermanos que mi yo de diecisiete años acababa de sufrir una desilusión que parecía hacerle sentir que el mundo acababa allí?

Mary-Kate estaba preocupada, habló con James y él habló conmigo, todos estaban conscientes de que no volvería a asistir a ningún teatro a verle, no volvería a reunir el valor para buscarlo, no otra vez, no contestaría sus mensajes.

Laguna negra |Scarzzie|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora