64°

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Scarlett.

—Me he sentido algo abandonada desde que las sesiones dejaron de ser cuatro a la semana y pasaron a ser una por semana —dijo Claudia con una sonrisa.

Reí pasando mi mano por mi mejilla en el afán de ordenar mis ideas. Siempre debo tocar mi rostro cuando necesito ordenar lo que diré.

—El trabajo, ya sabes, una cabeza ocupada y... Dos niños a los que debí dejar con una compañera de trabajo, porque es sábado y es imposible que hoy tengan que cumplir con clases... —me quejé aunque realmente disfruto estar con mis pequeños —. No me malentiendas, los amo, estoy encantada de tenerlos conmigo y sentir que podré hacer dos cosas que amo sin tener que separarlas, pero... Me cuesta el saber que tengo menos tiempo para mí.

—¿Qué cosas no has podido concretar por cuidar de tus pequeños? Cuéntame de eso.

Me sonrojé. La sola idea de mencionar lo mucho que deseaba tener intimidad con Elizabeth parecía absurda en mi cabeza, ¿debía explicarle y sentirme juzgada? Sigue siendo mi estudiante, incluso con veintiún años, mis veintiocho están cerca y parezco cada vez mas una mujer de treinta mientras tengo una novia o casi novia en los veinte.

—¿Por dónde comienzo? —pregunté nerviosa. Observé la habitación.

Este lugar en la ciudad es bastante cómodo, es silencioso y privado. No sabía de la existencia de estos salones hasta que Aubrey me lo mencionó... Y se ofreció para cuidar de mis pequeños por unas horas.

—Por lo que realmente quieres comentarme, querida.

Sonreí.

—Tengo a alguien... y ella me parece... Fantástica. La... —me detuve un segundo a meditar mis palabras —. Es más joven, y la conozco hace unos meses, y sé que deseo estar con ella y ella sabe que desea estar conmigo, me hace sentir increíble el hecho de contar con ella...

—¿Ella es tu estudiante o una colega del trabajo? Ya que mencionas que es más joven y tengo entendido que tu trabajo es con jóvenes adultos.

—Es mayor de edad, tiene veintiún años... —dije cubriendo mis manos con las mangas del cardigan rosa que traía —. Ella me hace sentir... en las nubes, estoy en mi luna de miel, puedo jurar que... Verla, besarla y... Tenerla es todo lo que necesité en algún momento.

Ella sonrió.

—Explícame eso, ¿cómo lo sabes?

—Es como los romances que me he pasado la vida leyendo. No como con Ryan u otros novios...  Los amé, y amé a Ryan tanto... Pero Elizabeth es... Ella me encanta, y nos entendemos, me entiende, me lee y yo la entiendo y la leo... ¿Comprendes eso? Leer a la persona que te hace sentir como en un cuento de hadas.

—Creo que estoy entendiendo hacía donde va tu frustración con el tiempo, ¿te gustaría pasar más momentos con ella?

—Sí, es justo eso. Me fascinaría estar con ella... Necesito estar más tiempo a su lado y dormir a su lado, quiero explorar esto... Ir a otro nivel.

—¿Lo han charlado? ¿Te genera algún conflicto?

Observé mis muslos y luego la pantalla otra vez.

—No he sido totalmente honesta contigo antes.

—¿Sobre Elizabeth?

—No... Sobre mí.

Ella asintió dándome pie para hablar. Traté de respirar de forma profunda con la intención de calmar mis dudas, sé que tengo un problema y asumirlo es un gran paso, me tomó toda una tarde y dos noches pensar en cómo comunicarlo y... No temer enfrentarme a la realidad...

Laguna negra |Scarzzie|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora