Laguna negra |Scarzzie|

11°

Scarlett.

—¿Cuál es la parte divertida de estar todo el día en clases absurdas con estudiantes robotizados? — pregunté a Andrew quién comía pastel.

Él sonrió.

—Es por eso que aunque creas que estas escuelas pagadas son absurdas, realmente no lo son.

—No lo creo, simplemente pienso en... La vida de estos niños... — susurré mientras veía el cielo nublado. — tenemos estudiantes ejemplares, que seguramente llegarán muy lejos, sin embargo también hay otros que parecen robotizados por sus familias... Por la sociedad... No lo sé.

—Debemos centrarnos en que tenemos estudiantes brillantes. — comentó sonriente. — hay una chica, ella estaba muy interesada en irse a mi clase... No sé si lo ha comentado aún o...

Negué mientras bebía de mi café.

—No, ¿quién es?

—Elizabeth Olsen. Es... — suspiró. — pocas veces en la vida te encuentras con muchachos especiales de ese estilo... Su energía es totalmente pura y tiene un carácter plagado de conocimientos.

¿Elizabeth? No pensé que querría cambiar de clase, de hecho, acepté su solicitud y...

—No podrá cambiar de clase. He aceptado su solicitud y con lo lento que se vuelve el papeleo, no creo que...

—Pues si deseas, podemos hacer algo para cambiarlo, ya sabes, yo te entrego a Fanning y tu me das a Olsen, no creo que si ambos estamos de acuerdo, existan problemas. Ella estaba muy emocionada por mi clase.

Oh.

—Yo...

De todas formas, Elizabeth ha sido buena conmigo, creo que está en su total derecho de elegir otra clase y yo... Le debo una.

—Se lo preguntaré. — murmuré algo negada a la idea. No lo sé. Me agrada tenerla allí, me hace sentir cómoda, porque... He interactuado un poco más con ella.

Además, es amable conmigo. No me viene mal tener una amiga con la que hablar cada tanto.

—De acuerdo, agradeceré tu respuesta.

—¿Por qué me has invitado aquí? ¿Por eso? — pregunté extrañada. Él sonrió.

—Eres mi compañera de trabajo. Ambos trabajamos de la literatura, vivimos de ella, ¿por qué no lo haría? Me gustaría conocerte.

Sonreí.

Andrew es un hombre listo. Más listo que yo seguramente, o al menos mucho más talentoso.

—Lo agradezco, necesito un amigo para ser honesta. — sonreí. — es mi primer año y ... No sé si pueda acostumbrarme a este sistema.

—Es fácil cuando eres soltero.

Me encogí de hombros.

—Tengo a mis pequeños esperando fuera, no es que no desee darles lo mejor... Pero cuestiono mi decisión cuando pienso en mi rol como madre.

—¿El que quieres tener o el que la sociedad te pide que cumplas?

Sonreí.

Es lindo creer que son diferentes. Es difícil realmente pensarlo.

—El único que podría hacerme sentir menos miserable como madre.

—¿No te gusta ser madre? — preguntó. Y realmente no sabía qué contestar.

¿Me gusta ser madre o sentía que debía serlo al casarme?

Amo a mis hijos, los amo más que a nada en el mundo. Jamás llegaré a siquiera pensar en algo más antes que en ellos, e incluso mi decisión por alejarme de esa vida que llevaba, fue por el bienestar de ellos, protegerlos y a su familia... Siempre son ellos...